Introducción

 

El “espíritu de la época”[1] de la Europa de entreguerras[2] de vino marcado por emergencia de la sociedad de masas.Con el "crack"[3] de la bolsa de Nueva York de 1929 la crisis económica de Occidente se transformaría en social. Lasmasas paradas y depauperadas pondrían su fe en la Revolución o la contrarrevolución, pero estaba claro para todos quelas masas entraban en la política de una forma rupturista y violenta. La Democracia Liberal estaba gastada y anticuada.Apenas lograba mantener el orden social y carecía de aspiraciones a una justicia social más igualitaria. Por la izquierda, lasocialdemocracia se radicalizaba, el comunismo estalinista exportaba la Revolución soviética y los anarquistas soñabancon la Revolución Social desde abajo. Por la derecha, diversos autoritarismos temían la Revolución y la rebeldía de lasmasas. Su adaptación a la sociedad de masas daría como resultado el triunfo del fascismo.

En España, el fascismo irrumpió en el debate público con anhelos de ruptura total con el pasado. Pero era un fenómenoartificial. Los grupos contrarrevolucionarios lo promocionaron como un útil instrumento de movilización violenta contralas izquierdas y, en especial, contra el obrerismo organizado. El fascismo aglutinó una derecha "de orden", representadapor las varias ramas del conservadurismo autoritario[4], indistinguible de una nueva derecha radical o revolucionariarepresentada sobre todo por el fascismo[5], el nazismo[6] o el nacional-sindicalismo[7]. La frontera estratégica entreambos no estuvo bien definida, y se confundió con frecuencia en los momentos críticos de la lucha por el poder.

En la época de entreguerras hubo un parentesco entre los diferentes movimientos y regímenes autoritarios surgidoscomo reacción o adaptación a la sociedad de masas. Su base eran tradiciones político-culturales de raigambre nacionalque exigían la adhesión como forma de socialización política y empleaban para eso un barroco aparato simbólico y laimagen de un líder carismático que personificase esa misión nacional. De tal forma que el fascismo no se definiría tantopor su estructura totalitaria de movilización como por su misión nacionalizadora. El teórico fascista español RamiroLedesma ya entendió en 1935 el neologismo "fascistización" como búsqueda de soluciones políticas concordantes con elfascismo a través del impulso a una "revolución nacional".

Pero además de la imposición de esa voluntad nacionalizadora, otras características dominantes del primer fascismohispano fueron su fatal tradicionalismo y su carácter marcadamente contrarrevolucionario. El fascismo español extremóla perspectiva sobre todo católica y antidemocrática de la derecha. Durante la II República en España no existió unmovimiento fascista canónico, sino un proceso de impregnación en sus principios, valores y símbolos, hasta el punto deque no hubo formación relevante de derechas que no estuviera fascistizada en mayor o menor grado. La "fascistización"consistió en la asunción de una cierta fraseología, una simbología y las referencias a la intransigencia y la fuerza bajo untrasfondo ideológico tradicional. La "fascistización" era una forma de hacer atractivo el conservadurismo para las masascon un cierto aire de "modernidad".

El carácter esencial de la violencia, distinguió al fascismo de cualquier otra corriente política de la época. La violencia dela izquierda antifascista siempre fue defensiva. El fascismo no entendió la militarización de la acción política como unsimple recurso o estrategia destinada a la conquista del poder, sino como sentido mismo de la existencia y verificación desu autenticidad. El fascismo hizo de la violencia un elemento que superaba el carácter de mero instrumento táctico paraconvertirse en una manifestación de la voluntad de poder nacional a través de la fuerza creadora de la acción. Todo estovinculado con la idea de regeneración y con el afán por crear una gran comunidad nacional en torno a un poderoso mito,fuera este la raza, la romanidad, la cristiandad o la tradición. El fascismo contemplaba la violencia como un aspecto de sucarácter y como una manifestación orgullosa del ser nacional antes que como un mecanismo político secundario. Laviolencia no era un recurso excepcional para conquistar el poder, sino una representación simbólica permanente de ladisciplina y unanimidad nacionales.

La táctica fundamental del fascismo para llegar al poder consistió en el empleo sistemático de la movilización callejera yde la violencia colectiva organizada de forma militar para intimidar a la oposición política y dar notoriedad almovimiento. Los grupos fascistas emplearon una violencia de masas, extensiva e intimidatoria, una "política delmatonismo", basada en raptos, palizas y actos humillantes, ya que con ello se trataba de intimidar a los oponentes, envez de eliminar físicamente a los dirigentes enemigos. En las bases fascistas, la violencia "seria" y "constructiva" deldirigente Mussolini, fue sustituida por el predominio de una ética de la violencia sin dirección, una popularizaciónbanalizada de la filosofía de la fuerza nietzscheana[8], del "èlan vital" bergsoniano[9] o de la violencia míticasoreliana[10]. Del futurismo[11] tomaron la exaltación de la guerra como momento supremo de la vida, y del combateviolento como modo esencialmente masculino de realización individual.

Ante esta realidad del fascismo nacionalizador español, opuesto a las sensibilidades particularistas como la vasca, yviolento contra toda oposición, y, en especial, de izquierdas, nació su opuesto, el antifascismo, que cobró forma fuera deEuzkadi, durante la guerra civil, con milicias voluntarias de vascos leales en un episodio, no por menor, menos necesitadode rememoración para todos los amantes de la paz de buena voluntad. Sirva la presente historia para testimoniar elantifascismo armado vasco como opción con raigambre antecedente en pasadas encrucijadas del devenir de los tiemposy constructor de lo mejor de nuestro presente y las esperanzas de lo mejor de nuestro futuro. Frente a la Nación únicaespañola espantada de la diversidad de paisanajes de la Península Ibérica con su rica diversidad y a la Guerra perpetuaque sentenció el fascismo con su uso de la violencia espantada de la voluntad pacífica de cohabitación de los pueblos ysu mestizaje, traemos hoy a colación las llamadas "Milicias Antifascistas Vascas" durante la Guerra Civil Española. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 

 

 

 

[1] Espíritu de la época: Principio generador, tendencia general, carácter íntimo, esencia o sustancia de un período de tiempo que se distingue por los hechos históricos acaecidos durante él.

[2] Europa de entreguerras: La Europa durante el tiempo comprendido entre las dos guerras mundiales del siglo XX (La Primera y la Segunda). Es decir, la Europa entre los años 1919, en que terminó la Primera Gran Guerra, y 1939, en que empezó la II.

[3] Crack: Anglicismo que significa crisis económica. Es una ruptura de equilibrio entre la producción y el consumo caracterizada por un hundimiento de la bolsa y los precios. Las crisis comienzan con una aceleración en el número de quiebras de las empresas, especialmente en los sectores bancario y bursátil; suceden bruscos descensos de los precios, la producción y la circulación monetaria y un aumento general del paro, que llega a afectar a amplias masas de trabajadores. La crisis es seguida de una etapa de depresión más o menos larga, a continuación de la cual los negocios reemprenden progresivamente su marcha ascendente. Las crisis afectan a todos los países que se rigen por el sistema capitalista y son periódicas.

[4] Conservadurismo autoritario: El conformado por los absolutistas carlistas, los monárquicos alfonsinos, la oligarquía financiera e industrial, los católicos de derechas y los militares autoritarios.

[5] Fascismo: Del italiano "fascio" que significa haz. Fue un movimiento político de tipo totalitario y nacionalista, surgido en Europa durante la década de 1920, como reacción al creciente empuje del movimiento obrero e izquierdis-ta. Representó un intento de las clases dominantes para salvar el sistema capitalista (y en muchos países también el latifundismo) del socialismo, y para aniquilar las organizaciones obreras. El fascismo se opuso teóricamente a la igualdad política entre los hombres y al gobierno democrático de la mayoría, y sostuvo el principio del jefe conductor y de la élite gobernante. En el terreno social se declaró contrario al capitalismo y al socialismo y pretendió abolir la lucha de clases mediante una nueva organización de la sociedad basada en las corporaciones profesionales y en el sindicalismo vertical, en el que se integrarían y conjugarían los intereses de patronos y obreros, bajo el arbitraje supremo del Estado. El fascismo adoptó actitudes extremadamente nacionalistas, expansivas y militaristas. El coraje, la fe, la unidad y la disciplina los convirtió en virtudes básicas, mientras que la oposición política y la crítica las reprimía y el Estado dominaba la vida del individuo. Los principios del fascismo fueron llevados a la práctica por Benito Mussolini en Italia a partir de 1919.

[6] Nazismo: Tendencia política de extrema derecha, denominada también Nacionalsocialismo, que se desarrolló principalmente en Alemania. La utilización de vagos postulados socialistas respondía a la necesidad de contrarrestar y desviar la influencia ejercida por la propaganda marxista en amplias capas de la población alemana. Ideológicamente, el nazismo, debido a su confusionismo teórico, se permitió reivindicar numerosos precursores. Pero sus más inmediatas influencias fueron la literatura racista y pangermánica, Gobineau, H.S. Chamberlain y algunos aspectos parciales de Nietzsche y Spengler. Psicológicamente, canalizó el sentimiento de frustración nacional existente en Alemania después de la derrota de la Primera Guerra Mundial y la firma del Tratado de Versalles, y la desesperación y desconcierto ante la crisis económica de 1929. En lo social, mezcló demagogia y violencia para atraerse a la arruinada pequeña y media burguesía. Fue estimulado por los grandes industriales como medio eficaz para frenar la acción de los partidos de izquierda y los sindicatos. La estructura prusiana del ejército alemán sirvió de germen y modelo para la creación de un movimiento autoritario y con una indiscutible sumisión al jefe. La personalidad de Hitler está estrechamente ligada, tanto en el aspecto orgánico como en el doctrinario, al desarrollo del nazismo.

[7] Nacional-sindicalismo: Cuerpo de doctrina del Partido Falange Española Tradicionalista (FET) y de las juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) que rigió España tras la victoria del alzamiento fascista sobre la República. Sus antecedentes se encontraron en el semanario "La conquista del Estado", publicado en 1931 por Ramiro Ledesma Ramos, que contenía la primera proclama de la juventud española; en las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), primer intento orgánico del nacionalsindicalismo español, cuya constitución fue anunciada por Ramiro Ledesma Ramos en octubre de 1931, y en la Falange Española, fundada el 29 de octubre de 1933 por José Antonio Primo de Rivera y que se fusionó con las JONS el 13 de febrero de 1934.

[8] Nietzsche, Friedrich (1844-1900): Filósofo alemán nacido en Röcken. La idea central de Nietzsche es la valorización de la vida como voluntad de afirmación del hombre frente a la sistematicidad de la razón. Opone a ésta, a la que en sus primeras obras identifica con el "espíritu apolíneo", el "espíritu dionisíaco", que supone sumergirse en la profunda realidad vital humana que se encuentra plasmada en la tragedia griega. La moral nietzscheana se basa en el desprecio a la escala de valores de la ética cristiana y burguesa, la cual es propia de resentidos, es decir, de hombres que, al no ser capaces de realizarse a si mismos, valoran positivamente la humildad, la benevolencia, la utilidad, cosas propias solo de "esclavos" y no de hombres libres, señores, capaces de llegar a ser superhombres, gracias a una conducta que va "más allá del bien y del mal", que consiste en la afirmación de lo que considera lo vital por excelencia: la fuerza, la voluntad de dominio. Este hombre, en realidad, realiza lo humano que ya está dado desde siempre, al realizarse a sí mismo. No hay, por lo tanto, un progreso histórico, sino una repetición, un eterno retorno.

[9] Bergson, Henri (1859-1941): Filósofo francés de origen judío, nacido en París y profesor del Collège de France desde 1900. Considera que la intuición empleada como método de acceso a la realidad en sí, conduce a una metafísica; y por su falta del sistema del método (la intuición debe estar siempre abierta a la creación), su metafísica no puede tener el carácter de lo sistemático y dogmático; la metafísica es "evolución creadora", que en su historicismo, en su devenir, abarca el mundo entero, y las concepciones filosóficas, como instantes de la evolución; lo que revela la intuición es esta evolución, la de la vida y sus inagotables posibilidades (el "élan vital"), realidad originaria una, desdoblada posteriormente, una de cuyas manifestaciones es la inteligencia misma, elemento que, en el terreno de las necesidades prácticas, especializa y mecaniza la realidad; pero esta misma inteligencia, saltando por encima de este camino, se dirige a la metafísica misma.

[10] Sorel, Georges (1847-1922): Escritor político francés. Su profesión de ingeniero le relacionó con los problemas obreros, y en sus escritos adoptó una radical postura antiburguesa. Desalentado por el reformismo de los partidos socialistas, consideró el sindicalismo como único medio adecuado para la lucha de clases ("Réflexions sur la violence", 1908). Pensador contradictorio, admirador de Proudhon, Marx y Nietzsche su concepción de la violencia y de la necesidad del mito ha ejercido diversa influencia en el movimiento anarquista y en algunos teóricos profascistas.

[11] Futurismo: Movimiento cultural de origen italiano que, con doble proyección artístico-literaria, fundó a comienzos del siglo XX F.T. Marinetti, autor del "Manifiesto del futurismo" (1909) y del "Manifiesto técnico della letteratura futurista" (1910), referido a la literatura. Junto a una poética de las "palabras en libertad", libre de nexos sintácticos y de toda puntuación, vinculada al empleo de fórmulas aritméticas, signos musicales y expresiones onomatopéyicas o imitativas, su temática se inspira en el afán de traducir el ritmo nuevo de la civilización moderna, exaltando el culto a la máquina y al producto industrial —como contrapuesto a las obras de arte de tradición clásica-académica —, el mito de la acción por la acción (a semejanza de G. d'Annunzio) y el concepto de la guerra como "única higiene mundial". Posteriormente, el grupo de los seguidores de ET. Marinetti fue en parte absorbido por el fascismo, y el asentimiento a la consagración oficial probó su carácter ambiguo y su escasa conciencia del efectivo alcance de los principios proclamados doctrinalmente. El futurismo tuvo gran repercusión en toda Europa (191044) como precedente de otros movimientos innovadores más tardíos.

 

 

 

 

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