ÍNDICE

MATERIALISMO DIALÉCTICO Y PSICOANÁLISIS

I. Nota preliminar

II. Los descubrimientos materialistas del psicoanálisis y algunas interpretaciones idealistas

a. La teoría psicoanalítica de los instintos, 17;  b. La teoría del subconsciente y la represión, 27

 III. La dialéctica en los procesos psíquicos

IV. La posición social del psicoanálisis

SOBRE LA APLICACIÓN DEL PSICOANÁLISIS EN LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA

¿QUÉ ES CONCIENCIA DE CLASE?

Prólogo

 I. Dos tipos de conciencia de clase

Fundamentación, 115; Dos tipos de “conciencia de clase”, 122

II. Algunos elementos concretos de la conciencia de clase y algunas inhibiciones del individuo de la masa

En él adolescente (durante la pubertad y pospubertad), 141; En las mujeres, 151; En los trabajadores adultos, 162; En el niño, 169

III. Política burguesa y política revolucionaria

La “política” del fetiche, 179; ¿Por qué no habló Litvinow a la masa?, 184; Esquema de la política revolucionaria, 189; Política burguesa del Partido Comunista alemán, 191; Política revolucionaria intrapartidista, 193

IV. Desarrollar conciencia de clase a partir de la vida de la masa

Dirección, partido y masa, 195; La posición de la Sex-Pol frente al “nuevo partido", 199; El canto y el baile populares como puntos de partida del sentir revolucionario, 208; Labor científica revolucionaria, 210; El miedo de la revolución, 217; La policía de seguridad (SCHÜPO) como Estado y como individuo particular, 219; Desarrollo de la política revolucionaria del Estado a partir de las necesidades de la población, 223; Toma de posesión de la propiedad propia, 231: Conclusiones, 236

Apéndice: Principios para la discusión de la reorganización del movimiento obrero

Del juicio del acontecer político, 237; Del método de trabajo, 239; Nosotros mismos — El partido, 241

 

MATERIALISMO DIALÉCTICO Y PSICOANALISIS

 

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I. NOTA PRELIMINAR

 

El objeto de este trabajo es investigar si entre el psicoanálisis de Freud y el materialismo dialéctico de Marx y Engels existe alguna relación, y, de ser así, determinar qué tipo de relación es ésta. De la respuesta que podamos darle a esta interrogante dependerá si hay alguna base para discutir la relación entre el psicoanálisis, la revolución proletaria y la lucha de clases.

En las pocas contribuciones que hasta este momento se encuentran en la literatura acerca del tema "psicoanálisis y socialismo" se nota una ausencia de orientación adecuada ya sea en el psicoanálisis o en el marxismo. Por el lado del marxismo, la crítica a la aplicación de los descubrimientos psicoanalíticos a la sociología es correcta en parte. Las contadas aportaciones que los psicoanalistas han hecho a dicho tema carecen de una orientación adecuada respecto a los problemas fundamentales del materialismo dialéctico, y además ignoran totalmente el problema central de la sociología marxista: la lucha de clases. Debido a esto, tales trabajos carecen de utilidad para la sociología marxista, de la misma manera que resultaría inútil para el psicoanalista un trabajo acerca de los problemas psicológicos donde no se tomaran en consideración los factores del desarrollo sexual infantil, de la represión sexual, de la vida psíquica inconsciente y de la resistencia sexual.

El ejemplo más lamentable de este tipo de trabajos es Psicoanálisis y sociología[1] de Kolnai, autor que, sin haber sido jamás realmente un psicoanalista, acabó por asociarse con Scheler una vez que renunció oficialmente al psicoanálisis, aunque, desgraciadamente, después de escribir dicho panfleto. Según Kolnai, su renuncia al psicoanálisis fue debida a que éste ya no concordaba con sus puntos de vista... Su trabajo es un compendio de interpretaciones falsas, idealistas y metafísicas de los descubrimientos del psicoanálisis, pero no tiene caso ponerlo a discusión aquí. Sin embargo, Jurinetz presentó erróneamente a este autor como "uno de los más entusiastas discípulos de Freud" y utilizó su trabajo como el punto de partida para una crítica del psicoanálisis.[2]

No podemos ocuparnos aquí en detalle del trabajo de Jurinetz, pero debemos anticipar, para esclarecer una cuestión de principio, que la crítica negativa del psicoanálisis realizada por los teóricos marxistas es correcta en dos puntos:

1] Tan pronto como se abandona el dominio propio del psicoanálisis para aplicarlo a los problemas sociales, se le convierte en unaWeltanschauung (visión del mundo); Weltanschauung psicológica (contrapuesta a la marxista) que proclama el imperio de la razón y pretende poder establecer una mejor vida social a través de una regulación racional de las relaciones humanas por medio de la educación, para dominar conscientemente los instintos.

Este racionalismo utópico, además de que delata una concepción individualista del acaecer social, no es original ni revolucionario, y obviamente rebasa el ámbito propio del psicoanálisis. El psicoanálisis, según la definición de su propio creador, no es sino un método psicológico que trata de describir y explicar la vida psíquica, considerándola como un dominio específico de la naturaleza, con los medios que son propios a las ciencias naturales. Como el psicoanálisis no es ni puede desarrollar una Weltanschauung, tampoco puede sustituir ni complementar a la concepción materialista de la historia. Como ciencia natural que es, el psicoanálisis es diferente a la concepción marxista de la historia.[3]

2] El objeto propio del psicoanálisis es la vida psíquica del hombre socializado. La vida psíquica de la masa sólo le concierne en tanto aparecen fenómenos individuales en ella (por ejemplo el problema del líder), también le conciernen fenómenos del "psiquismo colectivo", como el miedo, el pánico, la obediencia, etc., en tanto pueda explicarlos por sus experiencias con individuos. Pero parece que difícilmente le es accesible el fenómeno de la conciencia de clase. Problemas como los del movimiento de masas, la política, la huelga, que son objeto de la sociología, no pueden ser objeto de su método. Consecuentemente, no puede sustituir a la sociología ni puede desarrollar por sí mismo una sociología. Pero lo que sí puede lograr es convertirse en una ciencia auxiliar de las ciencias sociales, por ejemplo como psicología social. Así, por ejemplo, puede revelar los motivos irracionales que indujeron a un líder a integrarse precisamente en el movimiento socialista o nacionalista;[4] además, puede explicar el efecto que las teorías sociales producen en el desarrollo psíquico del individuo.[5]

De manera que tienen razón los críticos marxistas cuando acusan a algunos representantes del psicoanálisis de tratar de explicar con este método lo que no puede explicar; pero cometen un grave error cuando identifican el método del psicoanálisis con quienes lo aplican y cuando le atribuyen los errores que éstos cometen.

Los dos puntos tratados conducen a una diferenciación necesaria, que no siempre se hace en la literatura marxista, entre, primero, el marxismo, ciencia social, es decir, ciencia propiamente tal; segundo, el marxismo, método de investigación, y, tercero, el marasmo, praxis del proletariado.[6] La teoría social marxista es el resultado de la aplicación del método marxista al estudio de la realidad social. Como ciencia el psicoanálisis tiene la misma jerarquía que la teoría social marxista; la ciencia social marxista se ocupa del estudio de los fenómenos sociales, en tanto que el psicoanálisis trata de los fenómenos psicológicos. Solamente cuando haya que investigar hechos sociales en la vida psíquica, o fenómenos psicológicos en la realidad social, dichas ciencias se sirven como ciencias auxiliares recíprocamente. Pero la ciencia social no puede explicar fenómenos tales corno la neurosis o algún trastorno que afecte la capacidad de trabajo o la vida sexual.

Las cosas difieren cuando se trata del materialismo dialéctico; a este respecto sólo existen dos posibilidades: que el psicoanálisis se oponga al materialismo dialéctico en tanto método, es decir, que sea idealista y antidialéctico; o que se compruebe que el psicoanálisis aplica en su campo el materialismo dialéctico —aunque sea inconscientemente-, como ocurre con tantas ciencias, aplicación que ha permitido su desarrollo teórico. En tanto método, el psicoanálisis sólo puede contradecir o coincidir con el marxismo. En el primer caso, es decir, cuando sus resultados no se derivan de la aplicación del materialismo dialéctico, el marxista debería rechazarlos; pero en el segundo caso tendría que concluir que se halla frente a una ciencia que no está en contradicción con el socialismo.[7]

Por la parte marxista se han propuesto dos objeciones contra la aceptación del psicoanálisis como disciplina susceptible de existir en el socialismo:

1] Que el psicoanálisis es una manifestación de i a decadencia de i a burguesía. Pero esta objeción no revela sino una incomprensión por parte del pensamiento dialéctico sobre el psicoanálisis. ¿Acaso no ha surgido también la sociología marxista como "manifestación de la decadencia de la burguesía"? Sólo fue una "manifestación de decadencia" en la medida en que no pudo surgir sino dentro de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción capitalistas, pero la ciencia social marxista fue el reconocimiento, y por eso también al mismo tiempo el germen ideológico, de un nuevo orden económico que se gestaba en el seno del antiguo régimen. De la posición sociológica del psicoanálisis nos ocuparemos después con más detalles; pero esta primera objeción la refutamos mejor con las palabras del marxista Wittfogel.[8]

2] Que el psicoanálisis es una ciencia idealista. Un mayor .................

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