CONTENIDO
Presentación
Introducción
El Estado autócrata de la nobleza
El Estado burgués
El Estado proletario
El Estado proletario y su desaparición progresiva
Los anarquistas y el Estado proletario
Economía comunista y economía anarquista
Las bases de clase del anarquismo
La táctica de los anarquistas
Del anarco-sindicalismo al comunismo
El anarquismo ruso en el año 1921
Conclusión.
APENDICES: Biografías y organizaciones
PRESENTACIÓN. LA OBRA DE UN REVOLUCIONARIO
El Partido Bolchevique agrupó en su seno a los talentos más destacados de la militancia revolucionaria rusa. Hombres como Lenin y Trotsky han pasado a la historia no sólo por ser los dirigentes geniales de la revolución de octubre, sino por haber contribuido de una forma colosal al desarrollo de la teoría marxista. Las obras completas de ambos abarcan más de cincuenta volúmenes respectivamente, en los que todos los aspectos de la teoría y la práctica revolucionaria son abordados con una profundidad sobresaliente: desde la defensa de la dialéctica materialista, estudios sobre la dinámica del capitalismo contemporáneo y el imperialismo, la lucha contra el revisionismo, cuestiones de estrategia y táctica revolucionaria, la teoría marxista del Estado y, especialmente, la ingente producción teórica dedicada a la construcción del partido marxista.
Toda la experiencia histórica ha demostrado que aquellos que desprecian el conocimiento teórico no pueden preparar el futuro. Es imposible preparar las fuerzas que hagan realidad el derrocamiento del capital sin conocer en toda su esencia el funcionamiento de la sociedad capitalista y la naturaleza de sus instituciones políticas. La teoría marxista es útil en la medida que sirve como guía para la acción, para la intervención directa en la lucha de clases. "No hay práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria" solía insistir Lenin a sus camaradas y, si reconocemos la certeza de esta idea, la obra teórica del bolchevismo exige de un estudio pormenorizado por las nuevas generaciones de revolucionarios marxistas.
Sin embargo, el legado de los autores bolcheviques, y de otros marxistas de altura teórica innegable como Rosa Luxemburgo, nos ha sido transmitido muy parcialmente, en muchos casos deformado y distorsionado hasta hacer de él una caricatura grotesca. La causa de ello no ha sido tanto la censura capitalista, como la infame falsificación y persecución de la teoría marxista a manos del estalinismo.
Una falsificación histórica del marxismo
Tras la consolidación del régimen burocrático en la URSS se ejerció todo tipo de calumnias y violencia física contra miles de cuadros del bolchevismo, en una guerra civil unilateral de la nueva casta dominante contra el partido de la revolución. Paralelamente a su aniquilación física, los escritos de muchos de estos bolcheviques, trabajos en no pocos casos de una gran profundidad teórica y que recibieron las consideraciones más positivas del propio Lenin, fueron proscritos y destruidos durante décadas incluso decenios después de la muerte de Stalin. Esta manera de actuar no era ninguna casualidad. La burocracia triunfante necesitaba extirpar de la memoria y el conocimiento colectivo de las nuevas generaciones de obreros y revolucionarios el auténtico pensamiento marxista pues este representaba, al fin y al cabo, una amenaza real para su política contrarrevolucionaria.
El foco de toda esta ofensiva contra el pensamiento marxista a manos del estalinismo se centró en la obra de todos aquellos que pudieran ofrecer un análisis disidente con las nuevas reglas de juego. Indudablemente la obra de Trotsky fue objeto de la persecución más sañuda, pero no fue el único. Los textos de Zinóviev, Kámenev, Bujarin, Rakovski, Preobrazhenski, Radek, Rosa Luxemburgo y cientos de autores fueron eliminados de la circulación. Incluso las obras de Lenin fueron mutiladas y acotadas con las notas editoriales apropiadas para no contravenir la teoría del socialismo en un solo país o la política antileninista de colaboración de clases, practicada asiduamente por los jefes estalinistas en todo el mundo.
En el panorama de estos autores destaca la obra de Preobrazhenski, viejo bolchevique y destacado economista que realizó numerosas aportaciones teóricas que abarcan los terrenos más diversos.
Preobrazhenski se incorporó a las filas del bolchevismo en 1904, siendo aún estudiante, y fue un incansable organizador clandestino del partido en la región de los Urales y en Siberia. Convertido en dirigente del bolchevismo en los Urales en el periodo de la revolución de octubre, ocupó posiciones dirigentes en la época de mayor dificultad para el partido. Fue elegido miembro del Comité Central en 1917, 1918,1919 y en 1920 fue nombrado por sus camaradas secretario del mismo.
Siempre destacó por su gran talento. Fue, junto con Bujarin, uno de los economistas más notables de la organización, y dedicó una gran cantidad de sus escritos a los problemas del periodo de transición, aportando una visión original de las necesidades de la economía soviética en una época en la que el desarrollo de la economía planificada se encontró con dificultades tremendas provocadas por la guerra civil y el bloqueo imperialista.
Cuando los primeros síntomas de burocratización afloraron en el seno del partido, Preobrazhenski se situó decididamente en el ala izquierda, combatiendo estas deformaciones y defendiendo con fuerza la vuelta a las condiciones de la democracia obrera, tanto en el seno del partido como en los organismos soviéticos.
La Oposición de Izquierdas
En 1923 la ofensiva burocrática, alimentada por los fracasos revolucionarios en Europa y la estabilización precaria del capitalismo, dio lugar a una fuerte reacción en el seno del partido. El propio Lenin, muy afectado por su enfermedad, ya había propuesto una alianza a Trotsky contra estos desmanes, que se habían puesto de manifiesto con toda crudeza tras las aventuras de Stalin en Georgia y su manera chovinista de tratar la cuestión nacional. La alarma sonó en todos los rincones de la vida partidaria y se alzaron numerosas voces exigiendo la vuelta a las condiciones de democracia interna y libre discusión que siempre existieron en el seno del bolchevismo. Pero la tarea se enfrentaría a dificultades crecientes.
El 15 de octubre de 1923, 46 dirigentes bolcheviques, entre los que está Preobrazhenski, hacen pública una declaración demandando el fin del poder de los funcionarios y de la persecución contra los que expresan opiniones diferentes sobre el rumbo político del partido y de la dictadura proletaria. En este periodo, el debate se centra en las amenazas económicas, políticas y sociales que está provocando el mantenimiento de la NEP, que en última instancia refuerza las tendencias pequeñoburguesas de la sociedad, y la manera de superarlas con un giro decidido hacia la industrialización de la URSS.
Es en el marco del "gran debate" cuando Preobrazhenski defiende con ahínco reforzar los planes de industrialización a través de la intervención estatal mediante un plan centralizado y de lo que denominaría la "acumulación socialista primitiva", es decir, la transferencia del excedente agrícola a la industria para de esta manera superar la crisis de precios de los productos industriales y de consumo, necesarios tanto en el campo como en la ciudad, pero extraordinariamente elevados debido a la situación de atraso y baja productividad de la industria soviética.
Frente a Preobrazhenski se situaría Bujarin, teórico del socialismo en un solo país y del desarrollo económico basado en la agricultura y el enriquecimiento del kulak.
En ese periodo la batalla dentro del partido comunista de la URSS adquiere grandes dimensiones. Trotsky que permaneció al margen de la declaración de los 46 se solidariza plenamente con ella y publica una serie de artículos bajo el nombre de El Nuevo Curso. En ellos trata de analizar las causas del descontento interno y las contradicciones que se desarrollan entre los viejos hábitos de un aparato acostumbrado al trabajo clandestino..............................