Índice general

Prólogo

Valeri Bosenko: mis recuerdos de un gran profesor

Sobre el autor

Nota del traductor

El proceso de formación de la teoría

El materialismo filosófico como principio

Contenido gnoseológico del concepto de materia

Sobre el contenido cosmovisivo y metodológico de los principios y categorías de la dialéctica

Sobre el conocimiento de lo infinito en el movimiento

Sobre el objeto de la lógica dialéctica

Cómo es posible la teoría universal del desarrollo

 

Prólogo

 

Rescatar a un autor del “socialismo real” tiene gran importancia, permitir al lector comparar sus criterios sobre la práctica y la filosofía con los criterios hoy imperantes, más aún en la época presente en que los derechos humanos tratan de ocupar el terreno de la lucha de clases, en que el “socialismo del siglo XXI” erige al Estado y democracia capitalistas en herramientas para el tránsito del capitalismo al socialismo, archivando el protagonismo de las masas como hacedoras de la historia.

¿Qué importancia puede tener para nuestro tiempo plantearse los temas que planteó Bosenko en su momento? Según muchos, ninguno. Porque se trataría solo de la repetición de argumentaciones provenientes del marxismo dogmático. Sin embargo, en la época de la contrarrevolución, en la que la reforma seduce a los pobres, en  que ex-izquierdistas encuentran revolucionario a quien entrega bonos de cualquier tipo, o, en nombre de la defensa de los derechos humanos aceptan la guerra de agresión de las potencias capitalistas contra los pueblos; todo, guerra, bonos y presupuesto estatal se financia con la sobreexplotación de los trabajadores; por esto, las reflexiones del filósofo soviético, no solo tienen sentido, sino que, además, resultan necesarias para despejar la bruma de nuestra época, y desmienten la falacia de que el concepto lo es todo[1] y éste debe aplicarse cual emplasto sobre el mundo real en forma critica.[2]

Desde los años sesenta algunos estudiosos señalan lo difícil del momento histórico. Esta preocupación sirvió para expandir la tesis de que la clase obrera descrita por Marx ya no existe más y debe buscarse otro sujeto que sustituya a la clase revolucionaria del socialismo científico, por tanto, la revolución proletaria ya no tiene vigencia. Lo anterior ocurre, a pesar de todo por la inminencia de la revolución proletaria, y por esta razón se recupera el nacionalismo étnico, de manera que el objetivo es que la rebelión del oprimido se ubique exclusivamente en tareas reformistas; por tanto no es desdeñable que un sector creciente de intelectuales sermonee a los explotados con su crítica al eurocentrismo.[3]

El mundo asiste a la cruzada imperialista, los medios de información masiva tiranizan a los pueblos, su manufactura de los hechos crea escenarios donde la imagen es utilizada para montar un texto y contexto, parece una labor altruista, pero el objetivo es instalar el moralismo, desatar la histeria colectiva, y lograr que la población vea en el estado policiaco, y en los tribunales y leyes penales los instrumentos que combaten el mal (lujuria, inmoralidad, y todas las formas de corrupción) e impongan la visión escolástica que sacraliza el orden vigente. En la Edad Media, los escolásticos bebieron de los escritos aristotélicos para señalar un mundo en el cual nada se mueve sin la voluntad de dios; esta concepción encendió la persecución de la Inquisición a todo criterio o practica que pusiera en duda el dogma cristiano, así lo hicieron con los pensadores que hicieron descubrimientos en el terreno de las ciencias naturales.[4] De esta forma, el clericalismo pretendió resistir los cambios y sostener la continuidad feudal, la revolución inglesa encabezada por Cromwell, y la revolución francesa, la americana y la haitiana consagraron no solo el triunfo de las ciencias naturales, sino también de la producción y el cambio capitalista.

Hoy, en el mundo crece el desempleo y se redobla la explotación de los trabajadores y los recursos naturales de los países pobres, desde los países pobres y colonizados miles de emigrados buscan la igualdad y libertad. En otro tiempo fueron los invasores bárbaros de las tribus germanas, quienes acentuaron la crisis del imperio romano provocando la disolución de la vieja sociedad. En Inglaterra, para evitar la guerra civil, el rey Juan sin tierra, en el año 1215, firmó ante la iglesia, y la nobleza, la Carta Magna,[5] ley que, estableció que el Rey no estaba por encima de la ley, y que reconoce derechos, a la nobleza y ciudadanos de Inglaterra. Este derecho, sustento la lucha del hombre burgués (con este desarrollo de la economía —producción e intercambio— que le permitió tomar el poder con la revolución francesa de 1879). El desarrollo del capitalismo provoca la disolución del feudalismo, y con ello del desempleo y el vagabundaje, miles de ellos fueron llevados a la horca para restaurar la paz pública.[6]En nuestro tiempo, la crisis del capitalismo, las guerras de agresión y la miseria de los pueblos ha creado un ejército mundial de desempleados, que hoy invaden el “primer mundo”.

En los años posteriores al “desplome” del socialismo soviético, el bando triunfante declaró resuelto el futuro de la humanidad. En esta atmósfera no es raro que las obras de los fundadores del socialismo científico desaparezcan y se borre sus nombres de la historia de la filosofía,[7] que la academia denosté sus ideas por no cumplir con los postulados científicos establecidos en la época de la “posmodernidad” del mundo global y el neoliberalismo. No es extraño que los adversarios de la lógica materialista la declaren empirismo puro, porque no puede probar sus hipótesis siguiendo el camino de los formalismos de la “ciencia” académica. Cuando el marxismo se apoya en la ciencia lo condenan porque ésta no puede ocupar el lugar de la filosofíal...............................

 

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