INDICE

   Presentación
   Internacionalismo
   Socialismo y conciencia
   Partido y dialéctica
   El hombre y la mujer nueva
   Derecho a la revolución

Tenemos la obligación imperiosa de pensar, ¡imperiosa![1]

 Che Guevara, 2 de octubre de 1964

 

Las revoluciones no se exportan. Las revoluciones son creadas por las condiciones de opresión que los gobiernos latinoamericanos ejercen contra los pueblos y de allí viene la rebelión y después emergen las nuevas Cuba… No somos nosotros los que creamos las revoluciones, es el sistema imperialista y sus aliados, aliados internos, lo que crean las revoluciones. […] El problema de la transición pacífica al socialismo, nosotros lo discutimos como una cuestión teórica, pero en América es muy difícil y es prácticamente imposible. Por eso es que específicamente nosotros decimos que en América, el camino para la liberación de los pueblos, que será el camino del socialismo, marchará a través de las balas en casi todos los países[1].

Che Guevara, 13 de diciembre de 1964

 

Presentación

2017 va a ser año de conmemoraciones: 150 aniversario de la publicación del libro I de El Capital; 100 aniversario de la revolución bolchevique; 50 aniversario del asesinato del Che; 50 aniversario de la segunda parte de la V Asamblea de ETA… Además, estas efemérides vienen marcadas por el hecho de que ahora, en 2016, se cumplen 25 años de la implosión de la URSS. Si aceptáramos la numerología cabalística y pitagórica creeríamos que alguna energía o ente esotérico ha determinado la conjunción de tales fechas para, desde una dimensión astral inaccesible a la racionalidad humana, recordarnos el definitivo fracaso de la teoría marxista. 

2017 va a ser un año de intensa lucha teórica y ética entre el marxismo y la ideología burguesa. Si 2016 lo ha sido especialmente por la descomposición de la URSS, el año que aguarda a la vuelta de la esquina será el de la confrontación general no solo en el plano de las ideas sino fundamentalmente en el de la reelaboración de una alternativa socialista al imperialismo: ¿Existe otra salida al capitalismo que no sea ese indefinible postcapitalismo[1] esencialmente reformista porque elude deliberadamente la cuestión de la toma del poder? Frente a tanta demagogia, el comunismo se presenta como la necesidad[2] por excelencia que debe resolver nuestra especie, tal como argumenta J. Beinstein. 

Hemos escogido el 50 aniversario del asesinato del Che para esta lucha ética y teórica por su candente actualidad y su carga de futuro. Denigrar al Che es lo mismo que denigrar al socialismo. La prensa burguesa lleva medio siglo haciéndolo y recientemente un diario de centro-derecha imperialista ha dado un paso más en el periodismo de guerra intelectual contra el Che[3]. Que nadie se engañe, la confrontación teórica entre el capital y el trabajo es una guerra intelectual en la que todo vale con tal de destruir la conciencia crítica, imprescindible para la libertad que, según Aminta Beleño Gómez:

La conciencia crítica es la que nos otorga sentido de la existencia, la que nos ubica en la clase correcta, la que nos impide avalar hechos deshonestos en la fila de la revolución, y nos dicta línea en momentos de incertidumbre[4].

Una de las funciones del periodismo de guerra es la de ocultar la fuerza simbólica de la praxis: al Che le cortaron las manos una vez asesinado[5] para negar su praxis, la dialéctica entre la mano y la mente, el hacer y el pensar que le caracterizaba, al igual que en 1973 a Víctor Jara le cortaron los dedos y la lengua, y le macharon las manos antes de asesinarlo[6] porque sus canciones eran y son un arma estética de conciencia crítica. En la praxis del Che, las manos empuñaban ora el fusil ora la pluma y el libro, siempre en función de un plan, de la táctica del momento que se regía por la estrategia adecuada para la toma del poder político. Luis Suárez Salazar insiste en la interacción de las formas de lucha, organizativas y de vanguardia, en la dialéctica de lo objetivo y subjetivo, etc., como características del Che, huyendo siempre de todo dogmatismo[7].

Semejante flexibilidad y adaptabilidad a las necesidades explica que la supervivencia del guevarismo, que ha ido cambiando de significado al son de las exigencias de la lucha antiimperlista. Fernando Martínez de Heredia señala tres fases: hasta los años setenta en la lucha contra las dictaduras; hasta los noventa en la denuncia crítica de la degeneración de los países del Este; y en la actualidad mediante la lucha cultural, anticapitalista y socialista. Ahora son cuatro las aportaciones del guevarismo: la intransigencia contra toda opresión; restablecer la propuesta socialista; denunciar el socialismo pasado pero reivindicando sus jornadas heroicas y proféticas; y luchar por la ética, el marxismo y la cultura anticapitalista sin descalificaciones a priori[8].

Para Néstor Kohan: 

El guevarismo constituye la actualización del leninismo contemporáneo descifrado desde las particulares coordenadas de América Latina. Esto es: una lectura revolucionaria del marxismo que recupera, en clave antiimperialista y anticapitalista al mismo tiempo, la confrontación por el poder, la combinación radical de todas las formas de lucha y el enfrentamiento a fondo contra todas las formas de dominación social (las antiguas o tradicionales y también las formas de dominación aggiornadas o recicladas)[9].

Estando de acuerdo con los autores, nosotros, por la brevedad del texto, exploraremos la quíntuple valía de su pensamiento: internacionalismo, socialismo,..................................

  

 

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