INDICE

  Introducción

  Prefacio

  1. ¿Existe el neorracismo?
  2. Universalismo, racismo y sexismo, tensiones ideológicas del capitalismo
  3. Racismo y nacionalismo.
  4. La construcción de los pueblos: racismo, nacionalismo, etnicidad
  5. La forma nación: historia e ideología
  6. La unidad doméstica y la formación de la fuerza de trabajo en la economía-mundo capitalista
  7— El conflicto de clases en la economía-mundo capitalista
  8— Marx y la historia: la polarización
  9— La burguesía: concepto y realidad
 10— ¿De la lucha de clases a la lucha sin clases?
 11— El conflicto social en el Africa negra independiente: nuevo examen de los conceptos de raza y grupo de status
 12— El “racismo de clase”
 13— Racismo y crisis
 Posfacio

 

INTRODUCCION

 

De una manera decidida, y no sin cierta osadía, nos hemos atrevido a poner en órbita, en la Europa —desde su España— de 1991, abriendo década y casi siglo de nuevas luces, este libro que vuelve a plantear, de nuevo y de viejo, raíces de problemas —todos sin resolver— sobre temas que vienen siendo casi eternos y que, sin embargo, para algunos ‘políticos’ (es un decir) y sus masas parecerían estar muy claros, mientras que para la mayoría de los hombres y mujeres preocupadas ética, intelectual y prácticamente por la dinámica social e histórica, reproducen todos los interrogantes, dudas y sospechas que caben en la mente y el corazón..., hasta el hastío.

Raza, nación, clase, y por detrás, por debajo o por arriba, tribu, etnias, pueblos, estados... grupos, comunidades, clanes, castas, capas, segmentos... y las gentes a millones buscando:

*dónde, cómo y con qué identificar su destino más allá de consigo mismos;

* desde dónde comprenderse;

*cuáles sean los instrumentos conceptuales, las categorías que puedan utilizarse para saberse y en cuanto son o crean ser, sabiéndose y sintiéndose juntos y en común, afirmarse al lado, enfrente, de espaldas o en contra —sobre todo en contra, porque el ajeno exterior, si juega el papel de enemigo, aglutina y activa la unión interna— de “los otros”.

Pero la cuestión es aún mucho más compleja, porque los grandes universos o “sistemas" de pensamiento, símbolos y representación que en el mundo han tenido y tienen influencia, a través de sus estructuras de poder compactamente institucionalizadas y “legitimadas”, de sus discursos y de sus lenguajes, han llenado de referencias abstractas imposibles de ser captadas por las mayorías humanas (quizá de eso se tratase...) y de vivir incluso para los mismos que son minoría—, las conciencias y los mecanismos de comunicación y expresión, de forma que han hecho de ellas tablas absolutas de la ley ajustadas a medir y pesar la vida y muerte de los pobres hombres —colectivos o individuos—.

Todo ello ha servido para que en la historia moderna de nuestro Grupo Zoológico nos hayamos matado millones de veces por los motivos más absurdos y las irracionalidades más injustificables..., y aún sigamos planteando los grandes conflictos por “razones” vacías de realidad, aparte las inmensas —por abstractas y absolutas— estupideces colectivas arropadas en religiones, filosofías, ideologías, seudopolíticas..., que sirven bobamente a, o son utilizadas fácilmente por, los intereses de los centros de poder económico o político, cada día más concentrado, centralizado y hegemoniza— do por los pocos.

En la “aldea-mundo” que nos dicen somos en la que la única ley real es la impuesta por la “economía— mundo” de signo capitalista que nos domina, siguen dándose virulentamente fenómenos y procesos, “cosas” tan comunes y extrañas.

*como ETA, Sendero Luminoso, Kjmeres, Unita, Renamo..., por poner ejemplos, iguales y distintos, que marcan una de las líneas de muerte por causas que se cuestionan en este libro...;

*como El ANC de Sudáfrica, el Polisario saharaui, el Frente Popular de Liberación de Eritrea, El Tamil de Sri Lanka, el NDF filipino, el Frente Farabundo de El Salvador o la URNG de Guatemala como el FSLN de Nicaragua... y las “justas causas”, que también adquieren luz en las discusiones del libro;

*como las Repúblicas bálticas o las balcánicas o las asiáticas o las “islámicas” o las otras, que opacan. la luz y transparencia del liderazgo político que mayores aceptaciones concitó nunca entre los hombres (lo cual, por otra parte, no significa mucho...) en la ‘formación social históricamente determinada’ o país en el que más se dogmatizó y “teorizó” sobre la Cuestión Nacional —tema central de las discusiones del libro—;

*como las Coreas, los Vietnams, las Alemanias, las Irlandas..., o los Timor, los Kuwaits, Sáharas Occidentales, Gazas, Cisjordanias, y territorios ocupados en nombre de..., como Granada, Afganistán, Panamá, que sin duda necesitan futuro;

*Pero este libro también enfrenta las pendientes que tiene el mundo como macrotejido de Estados y naciones, reconocidos como tales sin que se hayan aclarado (aunque en la mayoría de los casos existiesen “acuerdos" y pactos inter-nacionales) sus procedencias. constitución y composición; es decir: que las viejas nación-estado, sus tierras, pueblos, historias, culturas, instituciones y formas organizativas, con sus fronteras —físicas, culturales, sociales o políticas—, muros, fosos y baluartes se fijaron antes de que se reconociese la voluntad popular soberana como fuente de todo tipo de derecho, autoridad y legitimidad; y, después de formados —aunque también antes—, se instigaron los más exacerbados nacionalismos, sus dogmas, mentiras y fanatismos frente/contra “lo vecino otro”, que a la contra y por lo mismo, respondía con “personalidad” propia...: ¡Historia moderna y contemporánea de la Humanidad!

*También está el mundo del derecho, constitucional e internacional, con sus "sujetos” propios, otra vez los estados y otros abstractos, que, a su vez, conforman unidades mayores de ámbito regional, continental, internacional, mundial y sus organismos.

IEPALA cree que el tema que ocupó el debate de estos dos heterodoxos de las doctrinas y ‘doctrinarios’ de la crítica, viene bien para cuantos aún están dispuestos a ^pensar antes de hablar y a discutir previamente a imponer “verdades” o prácticas a los demás. El potente instrumental intelectual con el que se acercan a la realidad, sus análisis y teorías explicativas viene bien, también —aunque lo hagan en un lenguaje que, según algunos y la nueva moda, ya pasó (hasta que retorne sin el rigorismo que lo “fijó” como fórmula “científica”)— para cuantos tienden a reducir los temas a noticias de periódico y/o a dar la razón —a veces la razón que ni tienen ni pueden tener— a cuantos reivindican, eso sí con mucha pasión (corrientemente acompañada de dosis mayores de irresponsabilidad), cualquier espacio, tiempo o bandera nacional.

Incluso es frecuente observar que una demanda nacionalista, por el mero hecho de serlo, proceda de la clase e intereses que sea —en su mayoría vinculados con posiciones conservadoras y reaccionarias, coincidentes con los intereses del capital como polo dominante en la relación social— es contemplada con simpatía e incluso adhesión, atribuyéndosele de entrada una cuota de racionalidad política que nunca tienen —sin con ello decir que los macronacionalismo de los Estados tengan esa u otra racionalidad; pues pocas razones más buenas y sin sentido como la razón de Estado—.

Por todo ello nos hemos decidido, muy gustosamente, a sembrar con este libro —que sin ser absolutamente reciente pone en cuestión incluso las futuras firmezas defendidas con fiereza— el ancho terruño de la inteligencia teórica y política de esta década mítica de los noventa.

Nuestro objetivo, pues: abrir las mil preguntas que sobre esas realidades, movimientos, aspiraciones, categorías, abstracciones..., que se llaman raza, nación, clase, pueblo, estado, tribu, etnia, incluso sociedad..., existen o deben existir; Y contribuir a que los afectados —¡todos!— nos atrevamos a repensar sin metafísicas especiales qué somos, por qué y cómo nos organizamos; hacia donde vamos y qué queremos construir que sea visible y humano.

No queremos abrir este espacio para que crezcan los nominalismos sino para que la razón (la pura, la práctica, la instrumental..., pero también la razón ética frente a la “razón” de Estado y la “razón” nacional —valga la contradicción-) se abra camino y adelantemos el momento interno constituyente de esto que consiste en ser humanos, en que nadie tenga razón suficiente para matar o herir a otro, ni construir absurdos.

 

Prefacio

Etienne Balibar

Los ensayos que reunimos en este volumen y que presentamos conjuntamente al lector son fases de nuestro trabajo personal, cuya responsabilidad asume cada uno de nosotros. Sin embargo, las circunstancias los han convertido en elementos de un diálogo que se ha estrechado en estos últimos años y del que quisiéramos ofrecer un reflejo. Es nuestra contribución a la elucidación de un tema candente:¿cuál es la especificidad del racismo contemporáneo?¿cómo puede relacionarse con la división de clases en el capitalismo y con las contradicciones del Estado-nación? A la inversa, ¿en qué nos conduce el fenómeno del racismo a reconsiderar la articulación del nacionalismo y de la lucha de clases? A través de esta cuestión, aportamos también nuestra contribución a una discusión más amplia, que ocupa al “marxismo occidental” desde hace más de una década y de la que podemos esperar que saiga lo suficientemente renovado como para situarse en consonancia con su tiempo. Por supuesto, no es ninguna casualidad que esta discusión tenga un planteamiento internacional, que combine la reflexión filosófica y la síntesis histórica, y la tentativa de reestructuración conceptual con el análisis de problemas políticos muy urgentes en nuestros días (especialmente en Francia). Al menos, esa es la convicción que quisiéramos compartir.

Permítanme hacer algunas indicaciones personales. Cuando conocí a Immanuel Wallerstein en 1981, ya había leído el primer tomo (publicado en 1974) de su obra El moderno sistema mundial, aunque no el segundo. Ignoraba por lo tanto que en él me adjudicaba una presentación “teóricamente consciente" de la tesis marxista “tradicional” relativa a la periodización de los modos de producción, la que identifica la época de la manufactura con la revolución industrial, frente a aquellos que, para...............

 

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