Capitulo Primero. Exposición para establecer un "Soviet" en España”

 

En el verano del 2006, en un breve paréntesis de descanso por la investigación de lo que seria nuestro próximo ensayo histórico, tuvimos la ocasión de leer la obra de Stephen Koch titulada La ruptura. Hemingway, Dos Passos y el asesinato de José Robles. El autor narraba de forma rigurosa y muy entretenida la llegada a Madrid durante la Guerra Civil de John Dos Passos, el mas grande novelista de nuestro tiempo para Jean-Paul Sartre, en busca de su amigo y traductor de sus obras al ingles José Robles Pazos, que trabajaba para el Ministerio de Guerra republicano también como traductor. Robles había desaparecido (su cuerpo nunca fue hallado).

Dos Passos intento averiguar lo que le había ocurrido a Robles, por lo que solicito la ayuda de su amigo Ernest Hemingway, que se encontraba en la misma ciudad, comprometido con la defensa de la República. La sospecha de la desaparición de Robles recayó sobre los servicios secretos soviéticos, por lo que Hemingway aconsejo a Dos Passos que era mejor que se marchara de España y dejase de indagar sobre el paradero de Robles. Esta actituó del escritor hacía Dos Passos fue el motivo de la ruptura de su amistad[1].

Lo que nos llamo la atención de este ensayo fue el papel de José Robles como traductor y colaborador del general soviético Vladimir Gorev, asesor militar de la República y uno de los artífices de la defensa de Madrid en 1936. Pero en cambio nuestra curiosidad histórica no se centró en el papel de Robles como traductor, ni en el propio Robles, sino en Gorev. Conocíamos al asesor soviético que, aparte de la defensa de Madrid, había aparecido en algún que otro documento del Ejército Repúblicano vasco defendiendo la plaza de Bilbao.

Comenzamos a hacernos preguntas. ¿Qué hacía un asesor soviético de tanto peso en el Frente Norte? ¿Había mas asesores de tan alto rango a nivel político y militar aparte de Gorev? ¿Hasta donde llegaba la influencia soviética dentro del Gobierno republicano y en Euzkadi que se atrevía a traer a su militar mas capaz a Bilbao? Pero lo poco que conocíamos era que en abril de 1937 el general asesor camarada Gorev es enviado por el alto mando republicano para intentar de nuevo un milagro: poner orden en la defensa de Bilbao, a la que los nacionales acechan después de iniciar una ofensiva a la que nada tiene que envidiar la realizada en otoño del año anterior sobre Madrid.

Las respuestas a estas preguntas quedaron en punto muerto hasta hace un par de años, en que decidimos retomar el asunto. Las recientes investigaciones publicadas de historiadores tanto nacionales como extranjeros sobre la ayuda soviética a la República nos aportaron las líneas de análisis necesarias para afrontar el ensayo que aquí presentamos: hasta que nivel, tanto político como militar, llego la influencia soviética en el Gobierno Provisional de Euzkadi en 1936 y 1937.

La primera incógnita que temamos que desvelar sobre la influencia soviética en Euzkadi era la mas desconocida: el papel de la 3ª Internacional Comunista antes de estallar la Guerra Civil y su implantación en territorio vasco, aunque eso nos desviaba del motivo principal del presente ensayo, la ayuda soviética al Gobierno Provisional vasco y sus repercusiones en el desarrollo de la guerra.

Pero creemos imprescindible aportar a este primer apartado, que nos sirve también de capítulo de introducción, unos conceptos necesarios de lo que fue la 3ª Internacional Comunista o Komintern a nivel mundial, con una descripción somera de todas las organizaciones que la formaban y que tuvieron su implantación en la España de la Segunda República y del Frente Popular, incluyendo a las provincias vascas.

En 1935 tres grandes organismos, y que venían a detentar todo el poder político comunista, coexistían en la Unión Soviética: la oficina directora del Partido Comunista o politburó, con Stalin como secretario general, el propio gobierno soviético y el comité ejecutivo de la 3 Internacional Comunista o Komintern. Esta ultima se encargaba de las actividades destinadas a la propaganda bolchevique en el extranjero, y de extender el ideario de la revolución por el mundo

Desde el 25 de julio al 22 de agosto de 1935 se celebro en Moscú el VII Congreso de la 3 Internacional Comunista, donde se reunieron representantes de partidos comunistas de 65 países del mundo. La delegación española estaba compuesta por los principales representantes del PCE, encabezados por Dolores Ibárruri, Pasionaria, que pronuncio el discurso de salutación: "Camaradas [...] Nos hemos reunido en el momento de las grandes contradicciones que están despedazando actualmente el sistema capitalista. En varios países domina la feroz y sangrienta dictadura fascista, en otros, la burguésía se prepara para implantar un régimen análogo. Está muy cerca el peligro de una guerra imperialista; se prepara un asalto contra la Unión Soviética. Nosotros, los delegados españoles, llevamos a este Congreso la pericia histórica de una lucha armada, que en varias regiones de España tenia carácter de rebeldía y que una vez mas ha confirmado que la social democracia no es capaz de conducir al proletariado a un fin victorioso, y que solamente se puede vencer bajo la bandera del Frente único".

La Pasionaria se refería como Frente único a la unión entre comunistas y socialistas, y la pericia histórica de la lucha armada en varias regiones españolas era una clara alusión a los sucesos de octubre de 1934, aunque el trabajo del Komintern había comenzado ya en 1932 cuando el secretariado europeo de la Internacional Sindical Roja planteó en el terreno sindical «la tarea de la concentración de los principales esfuerzos de organización sobre Cataluña, como un centro industrial mas importante cuyo proletariado desempeña el papel decisivo en toda lucha revolucionaria, y un trabajo serio en las cuencas mineras de Asturias y provincias Vascongadas, y Andalucía, Extremadura y Castilla»[2]

Pero las actividades del Komintern en España no solo abarcaban la lucha y propaganda sindicales. Después de la celebración del XI Pleno de su Comité Ejecutivo en febrero de 1930, se reactivo la acción comunista, casi anulada en los años anteriores, con la implantación de varias organizaciones más.

Dos de las que mas se hicieron notar por su gran actividad fueron la Internacional Juvenil Comunista o Komsomol (Komunistizaskaya Molodez) y la Internacional Juvenil Comunista y Exploradores Rojos (Pioneros) que, desde 1932, contaban con una sección española formada por comités en todas las regiones y capitales de provincia, contando Vizcaya y Bilbao. Estaba compuesta por comités de barrios y células en fabricas, centros de enseñanza y empresas, así como órganos de prensa que se dedicaban a la propaganda.

Otro organismo fue la Liga Anticlerical Revolucionaria, creada en España en 1931; sus centros mas importantes radicaban en Madrid, Bilbao, Sevilla, Córdoba y Granada. Esta organización estaba adherida a la Internacional Proletaria de Librepensadores y Sin Dios, fundada en 1925, y recibía de esta tanto las instrucciones como el dinero para desarrollar su propaganda antirreligiosa.

Otra de las organizaciones mas conocidas y que tuvo un papel destacado durante toda la Guerra Civil española fue el Socorro Rojo Internacional, conocido entre los miembros del Komintern como la retaguardía roja de la revolución, con la misión de distribuir fondos entre los camaradas comunistas que «habían padecido persecuciones por la opresión burguésa en sus respectivos países». En España el Socorro Rojo comenzó en 1926 encargándose de la recaudación de fondos, pasando a constituirse en organismo en 1931 para desarrollar sus propias actividades, con un comité central que estaba integrado por 25 miembros de los cuales 11 integraban el comité ejecutivo nacional. Los 14 miembros restantes eran los representantes de las distintas regiones, uno por región, aunque las regiones de Cataluña y Baleares, Andalucía Occidental, Castilla la Nueva y Vasconia contaban con dos representantes cada una[3].

Durante la guerra, con motivo de la ofensiva nacional de Mola sobre lo que quedaba de territorio vasco republicano, el Socorro Rojo Internacional organizo desde Madrid en el mes de mayo de 1937, en cooperación de Unión Radio, emisiones extraordinarias dedicadas a Bilbao y a los heroicos combatientes de Euzkadi.[4]

Una de las organizaciones mas prestigiosas del Komintern fue sin duda la Sociedad para las Relaciones Culturales en el Extranjero, VOKS, creada en 1921 como organismo dedicado a establecer relaciones entre los intelectuales de la 3ª Internacional y de la URSS con intelectuales extranjeros. Con motivo del decimo aniversario de la Revolución de Octubre, en 1927 se reunieron en Moscú muchos de estos intelectuales en un congreso que desemboco en la creación a nivel mundial de la Sociedad de Amigos de la URSS, que llego a España en 1933, contando con secciones provinciales en Bilbao, San Sebastián, Santander, Logroño, Vitoria, Zaragoza, Oviedo, Coruña, León, Palencia, Valladolid, Zamora, Salamanca, Cádiz, Valencia, Alicante, Málaga, Almería, Córdoba, Sevilla y Granada.[5]

Pero no todas las actividades del Komintern se centraban en la propaganda única de implantar el ideario bolchevique a nivel mundial. En el caso español, el Komintern había trazado un meticuloso plan para el establecimiento de un soviet o modelo soviético. Los detalles acerca de la organización del plan los dio el diario londinense The Times del 3 de mayo de 1938, siendo confirmados por un exhaustivo estudio de los documentos hallados en España inmediatamente después de la rebelión del 18 de julio de 1936 y realizado en 1939 con el permiso y la autorización del Gobierno franquista.[6]

El 16 de mayo de 1936 tenia lugar una reunión en la Casa del Pueblo de Valencia, a la que asistieron Ventura, como delegado de la 3ª Internacional, y varios miembros del Comité revolucionario para España. Acababan de llegar de Francia, en donde se habían reunido con los delegados del Partido Comunista francés y de la Confederación General de Trabajadores, con un plan consistente en llevar a cabo un movimiento revolucionario conjunto entre España y Francia a mediados de junio de 1936, presumiendo que León Blum fuera ya presidente de la República francesa al asumir el poder el Frente Popular. A esta reunión de Valencia también asistieron Loumoviov y Tourochoff, destacados activistas del Komintern recién llegados a España. Entre las decisiones adoptadas estaban la de desencadenar el mismo día que estallara el movimiento revolucionario, una campaña Agit-prop[7] antifascista y proletaria por todo el mundo; que los sindicatos provocaran huelgas de naturaleza económica y social en todas las ciudades españolas para ensayar su grado de resistencia; desplazar al presidente del Consejo de Ministros, Casares Quiroga, mediante una votación adversa en el parlamento, ya que un atentado contra su vida no era posible debido a las precauciones que este tomaba; confiar a una célula de miembros de la policía en Madrid la tarea de eliminar a políticos y militares contrarrevolucionarios; desacreditar públicamente a los dirigentes socialistas reformistas y centristas, como Prieto, Besteiro y González Peña; provocar huelgas en Huelva, Asturias y Bilbao, ya que eran las zonas donde mas habían influido los dirigentes socialistas nombrados sobre los centros obreros; y establecer enlaces en todo el país, que para Vizcaya serian el comunista Manuel Eguidazu y el socialista Fulgencio Mateos.[8]

 

[1] KOCH, Stephen, La ruptura. Hemingway, Dos Passos y el asesinato de José Robles. Galaxia Gutenberg-Circulo de Lectores, Madrid, 2005.

[2] AHN, Madrid, Intervención de la Tercera Internacional en la política española y actuación del Gobierno del Frente Popular a favor de dicha intervención.

[3] Denominaban Vasconia a la región que comprendía las provincias de Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Navarra, Santander, Burgos y Logroño.

[4] ABC Madrid, 7 de mayo de 1937. La emisora EA-4 del Socorro Rojo Internacional organizo para el día 6 de mayo, a las siete de la tarde, una emisión extraordinaria dedicada a Bilbao, en la que participaron varios jefes militares de la defensa de Madrid: el general Miaja, el teniente coronel Ortega (que fue jefe de las Milicias Vascas Antifascistas y ahora iba a ser nombrado Director General de Seguridad del Ministerio de Gobernación), los comandantes Lister, Mera, El Campesino, Sansinenea (era el actual jefe de las MVA), Anton, Modesto y Carlos, y el delegado del Gobierno vasco en Madrid.

[5] Uno de los miembros que fue elegido en Moscú en 1927 para formal parte de la presidencia de esta Sociedad de Amigos de la URSS fue el diputado comunista por Paris Paul Vaillant Couturier, redactor jefe del periódico L'Humanite en 1936, y del que analizamos en un apartado posterior su aportación en la ayuda a Bilbao.

[6] Exposición del plan secreto para establecer un "soviet" en España. Editora Nacional, Bilbao, 1939. También TRUJILLO, Luz y OLMEDO, Miguel Ángel, Memoria recobrada (1931-1939) II, www.esunmomento.es, 2009.

[7] Sección de Agitación y Propaganda del Komintern, que llevaba en funcionamiento en España desde 1932

[8] El ingeniero de caminos Manuel Eguidazu fue durante la Guerra Civil comandante del batallón comunista vasco Facundo Perezagua. Hecho prisionero por las tropas franquistas tras la caída de Bilbao, fue uno de los oficiales vascos fusilado en 1937. Fulgencio Mateos era concejal socialista en el ayuntamiento de Bilbao y comandante de la columna de su mismo nombre al comienzo de la guerra. Murió en combate en el frente de Álava el 26 de octubre de 1936. El primer batallón socialista vasco llevaría su nombre, UGT1 Fulgencio Mateos.

 

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