Las 4 traiciones de PNV

1. Breve repaso de las cuatro principales traiciones del PNV a Euskal Herria en los últimos 65 años.

Comienzo con un muy breve recordatorio de lo que os conté en la charla. Un recordatorio de las cuatro últimas principales traiciones del PNV. Dije y digo "principales" porque las traiciones del PNV a Euskal Herria han sido muchas más en los últimos 65 años. Esas cuatro han sido:

 

1ª La traición de 1937.

 Cuando el PNV, mediante el Gobierno Vasco que encabezaba el lehendakari José Antonio Agirre impidió la voladura de la industria bilbaína que fue entregada intacta a Franco, contribuyendo así decisivamente a su victoria final. Y cuando, en vez de reconvertir a los gudaris vascos del Ejército vasco en fuerzas de guerrilla que mantuvieran la resistencia contra los invasores franquistas, forzó la insensata rendición de Santoña que, además de suponer la muerte y la prisión para miles de gudaris, contribuyó también decisivamente a la victoria final del genocida Franco que acarrearía los ominosos 38 años de la larga noche de piedra de la dictadura franquista sobre y contra Euskal Herria.

La clave de aquella decisiva traición es la misma que la de las demás traiciones. Para entenderla tienes que manejar conceptos del materialismo histórico, conceptos marxistas, que permiten entender cómo funciona la lucha de clases en el campo de batalla de la lucha política. Conceptos que diferencian la clase dominante de la clase "reinante", la burguesía vasco-españolista de la burguesía mal llamada nacionalista vasca (que en rigor debe llamarse burguesía nacionalitaria y no nacionalista porque no cumple el requisito de toda burguesía nacionalista: buscar la independencia nacional y crear un Estado nacional propio). Te iré precisando esos conceptos a lo largo de esta carta. En una apretada síntesis te digo ahora que la clave de aquella traición fue ésta:

  1. Que la burguesía nacionalitaria vasca, era la clase dominante en la Euzkadi que funcionó de facto como Estado vasco independiente en los últimos meses de 1936 y los primeros de 1937 alineada con la II República española en guerra contra la rebelión fascista encabezada por Franco.
  2. Que esa clase entonces dominante usaba al PNV y al Gobierno de Agirre como clase "reinante" en su nombre pero manteniendo el control último.
  3. Que esa clase dominante obedeció a sus intereses como clase burguesa que la ligaban estructuralmente con la burguesía vasco-españolista franquista (está probado documentalmente que los Bancos Bilbao y Vizcaya financiaron la rebelión franquista) y por eso forzó al PNV y al Gobierno Agirre a la traición de 1937.

 

2ª La traición de los años 50 del siglo XX.

 Cuando, tras la doble bendición para el dictador Franco que supusieron sus acuerdos con los dos "patronos" extranjeros del PNV (el Concordato con la Iglesia Católica Romana del 27 de julio de 1953 y los Acuerdos con los Estados Unidos que les concedían bases militares en territorio español, fechados el 26 de septiembre del mismo año), la burguesía nacionalitaria vasca se encontró cómoda bajo la dictadura franquista y condujo al PNV del exilio y del interior a la inacción. Esa traición de la burguesía nacionalitaria vasca fue denunciada nada menos que por el que fuera Vicepresidente del Gobierno vasco en el exilio, Xabier de Landáburu, en su libro –escrito en octubre de 1956— titulado La causa del pueblo vasco (Razones de una actitud— Posibilidades de actuación). En la página 172 de la edición que yo manejo (la 3ª, de Editorial Geu Argitaldaria, Bilbao, 1977) explica con crudeza que esos burgueses nacionalitarios vascos:

"están congraciados con el propio régimen que ha favorecido la audacia estraperlista, la habilidad del más astuto, al mismo tiempo que, por ley penal, les evita las huelgas de los obreros. Industrias que antes de la guerra, con el rey o con la república, estaban en dificultad o en decadencia, hoy, gracias al aprovechamiento inteligible de los propios vicios de la situación, han levantado cabeza con indudable brillantez y no desdeñable provecho. De entre sus propietarios y gerentes los hay que siguen siendo patriotas, pero tienen pocas ganas de que desaparezca la cómoda dictadura para que venga a Euzkadi un sistema vasco y democrático que devuelva la normalidad a la vida industrial. La normalidad para algunos es el salario bajo y la ganancia sin control, el fraude en la calidad y la complicidad con el funcionario rector del mercado oficial.

El drama de esos burgueses patriotas es que desean una Euzkadi en libertad, pero sin huelgas, sin emociones, sin quebraderos de cabeza, con un orden social como el de ahora, que recuerde la paz de los cementerios y con tal de que sean el competidor o el trabajador quienes tengan que hacer de difunto."

Como Xabier de Landáburu no tenía la suerte de ser marxista no pudo perfeccionar esa vívida descripción de la traición de los empresarios de la burguesía nacionalitaria vasca y su conversión fáctica en franquistas recordando la enseñanza clave de Marx y Engels. "No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia".

Lo que más me importa de la mención de ese triste episodio es que entiendas, compañera, que esa deriva hacia el franquismo se produjo por motivos económicos y de interés de clase de la burguesía nacionalitaria vasca. Y que es esa deriva la que forzó a la injustificable y culposa inacción y a la paralización de la resistencia activa contra la dictadura de la pequeña burguesía antigua de las cúpulas del PNV en el exilio y en el interior, que funcionaban como clase "reinante" en el Gobierno vasco en el exilio y en el partido en Euskal Herria Sur.

Fueron esa inacción y esa paralización las que en 1959 empujaron a unos puñados de jóvenes de la pequeña burguesía nueva vasca que en 1952 habían fundado el grupo Ekin a romper sus relaciones con el PNV. Relaciones de años durante las que habían intentado infructuosamente mover al PNV a la acción y a la lucha. Convencidos de la traición objetiva del PNV a Euskal Herria que esa inacción suponía, esos jóvenes se convirtieron ese año de 1959 en lo que hoy conocemos como E.T.A.: la Organización Socialista Revolucionaria Vasca para la Liberación Nacional Euskadi Ta Askatasuna.

 

3ª La traición del período 1976-1979.

 Es sobre la que te voy a dar más detalles en esta carta. Fue la que convirtió al PNV en socio-súbdito del Rey que Franco nombró. En herramienta imprescindible para engañar a gran parte del Pueblo Trabajador Vasco vendiéndole como la liebre de la vía a la soberanía lo que sólo era el gato disfrazado de la sumisión y la partición de Euskal Herria Sur y la traición a los gudaris que habían luchado por la independencia y la liberación de la nación vasca.

 

4ª La traición del actual período 1999-2002.

Es la que estamos padeciendo en estos días. Que repite en clave de farsa la anterior y que de forma suicida e insensata pone además a las gentes del PNV a merced del odio de sus enemigos españoles declarados.

Recordadas así esas "cuatro traiciones principales del PNV en los últimos 65 años" paso a explicarte la del período 1976-1979.

 

2. El timo de la estampita: la mal llamada "transición democrática española" del período 1976-1979.

Cuando una nación está ocupada y oprimida por un Estado extranjero (y Euskal Herria lo está por dos: los Estados opresores español y francés) los cambios en la vida política de ese Estado tienen importancia y trascendencia para la nación ocupada. Por eso necesito, para explicarte la traición del PNV a Euskal Herria en el período 1976-1979, enmarcártela en la mal llamada "transición democrática española" del período 1976-1979.

Mal llamada digo porque sí fue transición pero no fue transición a la democracia. Fue transición de la Dictadura a la Democra-dura. Fue transición del genocida Dictador Franco al Rey que Franco nombró. Fue sólo una metamorfosis nazifascista del Estado español. Una metamorfosis que mudó la asquerosa oruga del Estado español nazifascista en la asquerosa mariposa de la falsa democracia española actual que, aunque reclama falsamente para sí a bombo y platillo tener un carácter democrático desmentido una y mil veces por sus hechos, mantuvo y mantiene intactos muchos y muy esenciales de sus espantosos componentes nazifascistas. La tortura a las vascas y los vascos, por no citar más que uno.

Es en este momento, compañera, cuando tengo que contestar explícitamente a una de tus preguntas. La que me hiciste diciendo "¿Por qué dices que la alienación es la necesaria falsificación de la Historia?"

Fíjate bien: la alienación es el fruto de la fabricación y de la implantación eficaz de la ideología. La ideología es la falsa conciencia necesaria y consiste en mostrar al mundo del revés. En contarlo, definirlo, explicarlo como no es. Y su mecanismo básico es falsificar la Historia.

Falsificar la Historia, negar determinados acontecimientos o mutilarlos y presentarlos de tal modo que las y los oprimidos no puedan aprender de ellos, es una práctica universal que ya justificaba el ultrarreaccionario Platón en su época.

¿Por qué? No ya para dominar mejor sino simplemente para poder dominar. Porque la Historia supone dos cosas amenazadoras y muy peligrosas para todos los explotadores, dominadores y opresores. En primer lugar sucede que la Historia es cognoscible y aprehensible teóricamente. En segundo lugar sucede que la Historia es transformable. Ambos aspectos van unidos, forman una unidad. La capacidad de conocer y transformar la Historia, de hacerla en suma, siempre ha sido afirmada como clave por las fuerzas revolucionarias.

Nos mienten sobre nuestra Historia, fabrican una Historia falsa para dominarnos. Para que los vascos no pensemos en tener un Estado propio nos mienten que nunca lo tuvimos negando nada más y nada menos que la realidad histórica de ocho siglos (824-1620) de existencia independiente y soberana de la Navarra marítima, del Estado vasco que tuvo por nombre primero Reino de Pamplona y luego Reino de Navarra. Para que no pensemos en independizar Navarra o Álava de España nos mienten que se unieron voluntariamente a Castilla ocultando que fueron invadidas a sangre y fuego como efectivamente ocurrió.

Si esto, que es decisivo, te ha quedado suficientemente claro entenderás entonces por qué España ha realizado un tan gigantesco esfuerzo como ha hecho para falsificar la historia de la mal llamada "transición democrática de 1976-1979". La clave de todo el asunto es que lo que sucedió en ese  período fue efectivamente un cambio pero sólo fue un cambio del sistema de dominación y  explotación.

Fue un cambio que NO cambió ni la dominación y explotación ni los dominadores y explotadores ni los dominados y explotados. Que siguieron siendo la MISMA dominación y explotación (capitalista) que antes de "la transición", los MISMOS dominadores y explotadores de antes (el bloque de clases dominante español) y los MISMOS dominados y explotados (la clase obrera y demás clases populares).

Lo único que cambió fue el sistema de dominación y explotación. Se substituyó el sistema que ya se había convertido en ineficaz, en inservible.

Aquel "milagroso" tránsito español a la democracia que nos mienten sucedió entre 1976 y 1979 encierra un secreto cuidadosamente ocultado, complicado y enrevesado, pero que se revela a un ojo atento resumido de forma estremecedoramente sencilla en un puñado de hechos. Los pueblos del Estado español éramos antes de ese tránsito como un viejo caballo martirizado por el exceso de trabajo, con la boca destrozada por un freno y un bocado viejos y desgastados por haberlos usado continua y brutalmente para dominar y doblegar a la pobre bestia. Y nos dijeron entre 1977 y 1978 y nos siguen diciendo ahora que habían dado la libertad al caballo. Pero lo único que de verdad habían hecho era cambiar el freno y el bocado. Por otros distintos, sí. Nuevos. "Democráticos". Más eficaces. Pero que seguían siendo eso: un freno y un bocado.

Y no lo hicieron por bondad, ni por caridad, ni por piedad, ni por amor o respeto a los derechos del caballo. Lo hicieron sencillamente porque aquellos frenos y bocados viejos (aquel sistema de dominación y explotación) ya no funcionaban. Lo hicieron porque les convenía. A ellos. Y porque no tenían mas remedio.

¿Necesito decirte lo que eran ese freno y ese bocado, ese sistema de dominación y explotación? La dictadura franquista, claro. Que servía para facilitar la superexplotación de la fuerza de trabajo y, a través de ella, acumular capital.

El régimen nazifascista de la dictadura de Franco fue el asesino y genocida sistema de dominación y explotación que usó el bloque de clases dominante español (compuesto por la burguesía industrial catalana, la burguesía industrial y financiera vasco-españolista y la aristocracia y burguesía terratenientes y financieras andaluzas, castellanas y extremeñas) para sobreexplotar a los pueblos trabajadores del Estado español. Hasta 1960 no se volvió a alcanzar el nivel que el salario agrario español tenía en 1935 (que tampoco era para tirar cohetes) y que llegó a descender a la mitad. Fue esa gigantesca y feroz sobreexplotación facilitada por el régimen franquista (que ha sido definido para los decenios de los años cuarenta y cincuenta como "fascismo agrario") la que generó la acumulación de capital que hizo posible la industrialización de los años sesenta y la creación de inmensas fortunas.

Te insisto en que esa gigantesca acumulación de capital robada a los trabajadores fue posible gracias al sistema de dominación y explotación constituido por el régimen franquista. Que estaba basado en un ESTADO fuerte y autoritario cuya columna vertebral eran sus aparatos armados: su ejército y sus policías y guardias civiles, doblados por los aparatos administrativos con ellos coordinados. Un régimen definido por mantener un sistema de dominación bien engarzado y articulado en el que los aparatos armados y sus prolongaciones de cárceles, jueces y fiscales autoritariamente usados se combinaban con unos aparatos ideológicos (Prensa y Radio, sindicatos, escuelas, Iglesia, Televisión y asociaciones) encaminados a sembrar en la gente la ideología, la falsa conciencia necesaria que aconsejaba no tener ideas políticas ("ni de derechas ni de izquierdas"). Y con unas instituciones políticas funcionando como coro para decir amén a un Gobierno que sólo decía amén al "caudillo". Un régimen obsesionado por mantener doblegadas a toda costa (a costa de tiros, sangre, tortura, cárcel, represión y muerte) a las viejas naciones ocupadas (los Países Catalanes, Euskal Herria, Galicia) para que la sagrada "unidad de los hombres y las tierras de España" mantuviera la fijeza de los limites de su mercado. Un régimen coronado por un "caudillo" bonapartista que solo daba cuentas a Dios y a la Historia de como controlaba las cúpulas de los aparatos de Estado y del sistema de dominación y explotación.

El problema para el bloque de clases dominante español es que a finales de los años sesenta ese freno y ese bocado, ese sistema de dominación y explotación, estaban ya viejos, gastados, obsoletos, inútiles. El sistema de dominación y explotación fallaba porque ya no conseguía hacer las dos cosas que tenía que hacer: mantener dóciles y sumisas a las clases dominadas y resolver los conflictos y contradicciones entre las clases dominantes. Los fallos del sistema de dominación y explotación se agravaron por la repercusión en el Estado español de la feroz crisis económica y sistémica del capitalismo mundial desencadenada en 1967-1969 que aún padecemos.

El bloque de clases dominante español se enfrentaba ya en el período 1973-1975 con un problema circular, como una pescadilla que se muerde la cola. No podía meterle mano a la crisis económica porque para ello tenía que rehacer y reacomodar su sistema de dominación. Porque con un sistema de dominación fallón e insuficiente no podía aplicar las duras penalidades a la clase obrera imprescindibles para darle una salida "capitalista" a la crisis. Pero dejar pudrir la crisis económica, intentar capearla a base de endeudarse más aún con prestamos extranjeros y confiar en una pronta recuperación de la economía mundial (que fue lo que hizo el Gobierno) agravaba el problema del sistema de dominación. Porque el aumento de los conflictos sociales le forzaban a usar día tras día la represión policíaca alimentando la espiral acción-represión-acción deteriorando cada vez más la "autoridad" y la eficacia "suave" (disuasoria, preventiva) que todo buen sistema de dominación debe tener. Las huelgas "salvajes", respuesta cada vez más frecuente a la represión, deterioraban a su vez la situación económica. Y así sucesivamente.

En el verano de 1975 la dictadura franquista realizó una enloquecida marcha atrás hacia los peores niveles de bestialidad de sus primeros tiempos con una brutal "legislación" llamada "antiterrorista" y con los fusilamientos de dos gudaris de ETA (Txiki y Otaegi) y de tres luchadores del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista Patriótico) el 27 de septiembre. La heroica respuesta colectiva del pueblo vasco tuvo eco y repetición en una movilización de repulsa internacional contra la España de Franco casi sin precedentes. El bloque de clases dominante español, cuyos intereses exigían la progresiva y rápida integración en Europa, se alarmó.

Y entonces Franco murió.

Una gran mayoría del bloque de clases dominante entendió entonces que había llegado el momento de hacer lo que era ya necesario desde hacía años: CAMBIAR EL SISTEMA DE DOMINACIÓN Y EXPLOTACIÓN. (Te aclaro que esa "gran mayoría" lo era en poder material, en poder económico. En el bloque de clases dominante la mayoría no se establece contando cabezas, sino contando pesetas)

Y se puso en marcha la "transición democrática española". Se empezó por un relevo en la hegemonía en el bloque de clases dominante español. La oligarquía financiera ligada al capital extranjero sustituyó como fracción hegemónica a la oligarquía financiera tradicional. Expresión de ese relevo de hegemonía fue el relevo en el núcleo oficialmente gobernante: Adolfo Suárez sustituyó a Carlos Arias Navarro como Presidente del Gobierno de España en julio de 1976 y los "propagandistas" (los hombres de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas) pasaron a ocupar los puestos que otrora ocuparon los del Opus Dei.

Por supuesto que no se trataba de hacer libres a las clases dominadas. De lo que se trataba es de conseguir DOMINARLAS MEJOR. Más eficazmente. Más de acuerdo con "la altura de los tiempos". Igualándose a EUROPA. Te repito que se trataba de cambiar un sistema de dominación ya inservible e ineficaz por otro más adecuado y suficiente. Y ello para que la herramienta renovada del sistema de dominación modernizado permitiera arreglar el problema fundamental para el bloque de clases dominante español: el económico, el de recomponer la tasa de ganancia del Capital. Se trataba de cambiar el freno y el bocado ya viejos y gastados por otros nuevos que sirvieran para sacarle más eficazmente jugo al caballo.

Había que cambiarlo todo, tenía que parecer que se cambiaba todo, para que todo (lo esencial: la dominación y la explotación) siguiera igual. Se cambiaron las leyes y las banderas, las Cortes franquistas se hicieron el harakiri (votaron su propia desaparición), muchos de los que continuaron de mandamases —empezando por el Presidente del Gobierno Adolfo Suárez— no volvieron a ponerse las guerreras blancas y las camisas azules del uniforme de la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. (el partido único franquista), hubo muchos partidos políticos y muchos sindicatos legalizados, hubo elecciones "libres" el 15 de junio de 1977. Y hasta una Constitución "democrática".

Pero permanecieron intactos y funcionando muchos de los espantosos elementos básicos nazifascistas de la dictadura de Franco. Por ejemplo: los mismos policías y guardias civiles torturadores y asesinos del franquismo. Muchos de ellos ascendidos y condecorados por los Gobiernos "democráticos" después de que siguieron torturando impunemente. Por ejemplo: los mismos militares perjuros y sediciosos que violando sus juramentos se rebelaron en 1936 contra el Gobierno legítimo de la República que siguieron ocupando la cúpula del mando de los tres ejércitos. Por ejemplo: los mismos jueces sumisos al poder que condenaron a muerte o a feroces penas de cárcel a los militantes comunistas, socialistas, anarquistas o independentistas revolucionarios vascos que luchaban contra la dictadura franquista. Por ejemplo: el siniestro Tribunal de Orden Público de Franco metamorfoseado en la anticonstitucional Audiencia Nacional que hoy padecemos. Por ejemplo: las mismas decenas y decenas de miles de funcionarios corrompidos, incompetentes, serviles y venales que constituían la burocracia del régimen de Franco. Por ejemplo: los mismos millares y millares de empresarios enriquecidos por la superexplotación de sus obreros protegida por las bayonetas. Por ejemplo: los mismos sacerdotes católicos prepotentes bendecidores de la Cruzada.

Por supuesto no hubo ninguna revisión de las fantásticas fortunas acumuladas mediante el soborno, la prevaricación, el cohecho, la sobreexplotación, la violación de las leyes, la complicidad con el poder franquista y la bendición de la Iglesia Católica. Ni hubo ningún juicio para condenar y castigar los crímenes de los 39 años de la larga noche de piedra de la dictadura de Franco. Por citar uno: los cientos de miles de fusilados después de acabada la guerra de 1936-1939 que un ministro de Franco confirmó a un periodista extranjero.

Fue el "timo de la estampita". A los pueblos trabajadores del Estado español les dieron el cambiazo de la prometida democracia por la continuación disfrazada del Estado nazifascista español. En el timo de la estampita hace falta un cómplice para que un listo pase por subnormal. En el timo de la estampita de la "transición democrática española" hizo falta un tonto-listo para hacer pasar un fascista por demócrata. Ese tonto-listo tuvo en el Estado español cientos de cabezas: las de los dirigentes de la UGT y de Comisiones Obreras y del PSOE y el PCE que firmaron los inicuos Pactos de la Moncloa en 1977 y las de los diputados y senadores "socialistas" y "comunistas" que votaron la Constitución española de 1978.

Fíjate bien, compañera, es evidente que la "transición democrática española" sobre ser contrahecha y cojitranca era impresentable e inaceptable si se presentaba como lo que era: el hijo bastardo de la dictadura franquista, el producto de la voluntad del bloque de clases dominante español. El PSOE de Felipe González y el PCE de Santiago Carrillo, la UGT de Nicolás Redondo y las Comisiones Obreras de Marcelino Camacho aceptaron hacer el papel vergonzante de padres putativos del bastardo, del nuevo régimen.. Si ellos no lo hubieran hecho así, si el PSOE y el PCE, CCOO y UGT no hubieran jurado que sí, que "esto" ya era una democracia, son millones y millones los obreros que nunca habrían tragado que toda esa jauría de franquistas que acabo de enumerarte se habían acostado una noche fascistas para amanecer al día siguiente demócratas.

 

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