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 De la "cárcel de pueblos” zarista a la gran confraternidad de naciones

Lo que el Poder soviético ha dado a los pueblos de la U.R.S.S.

La unidad de lucha de Jos pueblos soviéticos es cada día más sólida

 

LA UNIDAD Y LA CONFRATERNIDAD DE LUCHA DE LOS PUEBLOS DE LA U.R.S.S.

 

Estamos en el segundo año de la gran guerra patria del pueblo soviético contra los usurpadores fascistas alemanes.

Todos los pueblos soviéticos, unidos en confraternidad de combate, animados por su guía y jefe militar, camarada Stalin, sostienen en inmenso territorio una heroica lucha contra su más vil y pérfido enemigo: la Alemania hitleriana. La U.R.S.S. ha recibido sobre sí todo ei peso del golpe de las legiones blindadas hitlerianas. Y en este singular combate entre la Unión Soviética, y la Alemania fascista y sus vasallos, el glorioso Ejército-Rojo y la Marina de Guerra, defendiendo su multinacional Patria, asestan al enemigo golpe tras golpe, aniquilando en encarnizados combates su fuerza viva y su material de guerra.

Las inmensas extensiones de nuestro país con sus incalculables riquezas, desde tiempos antiguos, atrajeron hacia sí el interés de los usurpadores alemanes.

En el transcurso de muchos siglos, los príncipes y barones alemanes intentaron repetidas veces esclavizar a nuestro país, saquear sus riquezas. Ya a fines del siglo XII y a principios del XIII las hordas alemanas trataron de conquistar las tierras de Pskov y de Nóvgorod. Pero los caballeros teutones que atentaron contra la tierra rusa tropezaron entonces con una resistencia fulminante. En 1242 las, tropas rusas, con Alejandro Nevski a la cabeza, derrotaron completamente a los “perros-caballeros” alemanes en los hielos del lago Chudskoie (Peipus). Pero tampoco después de esto se apaciguaron los príncipes y barones alemanes, y más de una vez volvieron a intentar la conquista de las tierras rusas; pero todas sus tentativas terminaron con derrotas para ellos. Durante la llamada Guerra de los Siete Años, Rusia obtuvo una completa victoria sobre los alemanes, sobre el famoso rey de Prusia Federico II. En aquella guerra las tropas rusas derrotaron el ejército alemán, considerado entonces como el ejército más potente de Europa, y en el 1760 entraron en Berlín. En la guerra mundial de 1914—1918, más de una vez los ejércitos rusos infligieron duras derrotas a las tropas de Guillermo II.

Cuando sobrevino en Rusia la Revolución Socialista de Octubre y se estableció el Poder soviético, los alemanes intentaron acabar con el joven Estado soviético, no afianzado aún, y someter a Jos pueblos de nuestro país. El ejército alemán emprendió entonces la marcha contra Petrogrado, Ucrania, Bielorrusia y el Cáucaso. Imborrables, sangrientas huellas dejaron los invasores alemanes en Ucrania, Bielorrusia y el Cáucaso. Se llevaban todo lo que caía en sus manos—cereales, petróleo, carbón—, incendiaban las ciudades y pueblos, saqueaban y asesinaban a la población pacífica. Ya en aquel período, según decía Lenin, los ejércitos alemanes se comportaron como “bandas de salteadores”.

Bajo los golpes del Ejército Rojo las tropas alemanas de ocupación se vieron forzadas a huir de nuestro país. Los ucranianos y bielorrusos, ayudados por el pueblo ruso, expulsaron entonces a los usurpadores alemanes.

El hitlerismo comenzó su siniestra actividad con la supresión de las minorías nacionales dentro de la propia Alemania y luego trasladó más allá de sus fronteras esta política de odio a la humanidad. La Alemania, hitleriana se ensañó con una serie de pueblos europeos —los austríacos, checos, polacas, noruegos, belgas, holandeses, franceses, griegos, los pueblos de Yugoslavia y otros—, les privó de su libertad e independencia nacional, liquidó su, organización estatal, desmembró el territorio de muchos de estos Estados y sometió su población a la esclavitud colonial.

La propaganda fascista cubre pon torrentes de cieno a todos los pueblos que no pertenecen a la “raza superior de los señores”.

Los, fascistas consideran a los ingleses y americanos como “semihombres”, a los rumanos, húngaros y turcos como monos; a los japoneses, cómo “infrahombres”; a los italianos los llaman hombres de “sangre corrompida y alma envenenada”; a todos los pueblos eslavos los han declarado de “raza inferior”; a los pueblos del Cáucaso, “desechos del caos racial”. Uno de los satélites de Hitler ha dicho: “El que no es alemán no es un ser humano, sino algo intermedio entre el hombre y la bestia. Está más próximo al mono que al ser humano”.

La teoría racista del fascismo se plantea como misión fundamentar “teóricamente” la sanguinaria política imperialista de los plutócratas alemanes, las conquistas territoriales en el Oriente, y justificar la dictadura fascista en el interior del país., El fascismo fundamenta sus conquistas territoriales argumentando que la llamada ‘‘raza superior aria” debe asumir la tarea de subordinar a la dirección de Alemania las razas inferiores que pueblan los grandes territorios orientales y que no son capaces, dicen ellos, de existir como Estados independientes,.

El sistema fascista de opresión y de arbitrariedad niega, en su base misma, la idea de igualdad de los pueblos. “No hace falta en manera alguna liquidar la desigualdad entre los hombres —dice Hitler—; al contrario, lo que hace falta es ampliarla y convertirla en una ley protegida por barreras insuperables... Por lo tanto yo nunca reconoceré a otros pueblos igualdad de derechos con respecto al pueblo alemán”. Y no se trata tan sólo de ideas propias de una imaginación calenturienta, para cuyo desarrollo y “fundamentación” se han escrito montañas de libros en la Alemania fascista, sino que los caníbales hitlerianos llevan a la práctica en los países conquistados una represión de verdugos sobre los pueblos civilizados de Europa.

Según la idea del carcelero mayor de los pueblos, de Hitler, la Alemania, fascista debe ser un Estado en el cual todas las naciones y razas, excepto la escogida raza nórdica alemana, representarán, según la expresión de Hitler, la “clase de los extranjeros vencidos, aquellos a quienes llamamos tranquilamente los esclavos modernos”. Los hitlerianos hacen todos los esfuerzos para realizar este plan de su mente calenturienta, el plan de edificar un imperio mundial esclavista con la “gran Alemania” en su centro.

De acuerdo con este plan, Inglaterra, Francia, Chequia, Moravia, Polonia, Hungría, los Países Bálticos, los Estados Balcánicos, Ucrania, Bielorrusia, la región del Volga y el Cáucaso, rebajados a la situación de colonias del imperialismo alemán, deben formar una “unión de pueblos de segundo orden”. Todos los recursos materiales y humanos de estos- Estados —miembros de la “federación" hitleriana—deben estar completamente subordinados y puestos al servicio de la Alemania fascista.

Hitler lo explica así: “Esto será una federación, pero, claro es, sus miembros no tendrán los mismos derechos que los alemanes. Será una unión de pueblos de segundo orden que no tendrán su ejército, que no dirigirán su propia política, que no dispondrán de una economía propia”. La “federación” hitleriana no es otra cosa que un dogal para ahogar a los pueblos y afianzar su situación de esclavos.

Actualmente los alemanes llevan a cabo la guerra contra nuestro país, tratando de apoderarse de sus riquezas y luego realizar sus planes de dominio mundial.

Al preparar la llamada “guerra relámpago” los hitlerianos calculaban que la retaguardia soviética era inestable, que la unión estatal de los pueblos soviéticos no es firme. Los cabecillas desbanda hitleriana, en su ilimitada confianza en sí mismos, estaban profundamente convencidos de que, después del primer golpe militar fuerte, la Unión Soviética se desmembraría y dejaría de existir como Estado único, que “... comenzaría una lucha entre los pueblos de la U.R.S.S., surgirían insurrecciones y el país se desmembraría, lo que facilitaría el avance de los invasores fascistas hasta los mismos Urales”.[1]

Pero toda la experiencia de la gran guerra patria atestigua la absoluta falta de fundamento de los ilusorios planes de los imbéciles hitlerianos. La experiencia de la guerra nos muestra que, a pesar de las duras pruebas, a pesar de la pérdida temporal de una considerable parte de territorio, el Estado multinacional soviético, no sólo no se desmembró bajo los golpes de la máquina militar hitleriana, sino 'que, por el contrario, nunca fue tan firme como lo es ahora.

“El hecho de que el régimen soviético haya soportado tan fácilmente esta prueba y haya consolidado aún más su retaguardia— dice el camarada Stalin—significa que el régimen soviético es hoy el régimen más sólido”.

¿Por qué el Estado multinacional soviético es tan sólido e inquebrantable? ¿Qué fuerza es la que cimenta el régimen político soviético?

Uno de los fundamentos inconmovibles del multinacional edificio de los Soviets es la gran amistad entre los pueblos soviéticos, lo que constituye una inagotable fuente de fuerza y solidez del régimen soviético. La amistad entre todas las razas y nacionalidades era y es uno de los principales baluartes del Estado soviético. Esta amistad se fue creando ya en las condiciones de la lucha conjunta contra, el zarismo, se desarrolló en los días de la Gran Revolución Socialista de Octubre, fue templada con la sangre de los pueblos soviéticos en el transcurso de la guerra civil y de la lucha contra los intervencionistas extranjeros, creció y se afianzó en los años de la construcción-pacífica socialista.

Esta magnífica confraternidad de los pueblos soviéticos la debemos al gran Partido de Lenin y Stalin, que siempre», en todas las etapas de desarrollo del Estado soviético, ha tenido una extraordinaria preocupación por el desarrollo estatal, económico y cultural de todas las nacionalidades que pueblan nuestro país.

La amistad de los pueblos soviéticos es el resultado de la aplicación consecuente de la política nacional leninista-stalinista. La realización de esta política, única política justa y de principios, a base de Estados nacionales, aseguró una elevación sin precedentes del nivel material y político-cultural de todos los pueblos soviéticos, afianzó su confraternidad en el sistema de un Estado federal único.

Más de una vez los pueblos soviéticos han tenido que defender sus conquistas revolucionarias con las armas en la mano. Ya en el período inicial de la existencia del Estado soviético los pueblos de nuestro país tuvieron que sostener una lucha encarnizada contra los intervencionistas extranjeros y sus lacayos, los guardias blancos.

En aquel duro período para nuestra Patria, el Poder soviético mostró una firmeza y fuerza no vista’ hasta entonces. El Origen de esta fuerza residía en que el Poder soviético surgió de lo más profundo de las masas populares. Era un Poder accesible, un Poder comprensible para los pueblos; expresaba y defendía Sus intereses vitales. Al liquidar todas las formas de opresión nacional, él Poder soviético consolidó sus fuerzas y recibió el apoyo fraternal de todos los pueblos liberados de la esclavitud. Uniendo sus esfuerzos sobre la base del Poder soviético, los ucranianos, los bielorrusos, los pueblos del Cáucaso, con el gran pueblo ruso a la cabeza, echaron a desenfrenados intervencionistas fuera de los confines de su Patria, defendieron su libertad e independencia nacional. Fue una prueba histórica de la bien cimentada amistad de los pueblos soviéticos.

Y actualmente, en los días de la guerra patria del pueblo soviético contra los usurpadores fascistas alemanes, en los días dé las severas y duras pruebas por las que está pasando nuestra. Patria, la gran amistad de los pueblos soviéticos se ha afianzado aún más. Las pruebas ligadas con la guerra han convertido  ......................

 

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