Por una izquierda socialista revolucionaria vasca

Federico Kruwitg

1966 

 

 

Comentario del escrito: "Por una izquierda socialista revolucionaria vasca" del C. E. de ETA.

 

A este escrito del C. E. de ETA se le puede aplicar la conocida norma latina de "excusatio non petita, accusatio manifesta", puesto que la presentación empieza con una excusa con respecto a lo que unos miembros de ETA han querido interpretar como una nueva línea. Es muy revelador que un escrito programático de un C. E. empiece con una mala formulación. Por otra parte la afirmación de que no haya tal nueva línea se contradice en cuanto supone dicho escrito, puesto que se trata en él efectivamente de exponer la nueva línea. Con lo que holgaba de excusarse. La formulación propia de esa excusa para luego, en efecto hacer aquello de que se excusa, habla de la falta de honestidad. Es de suponer que esta falta de honestidad se dé pues en más partes de este escrito.

 

CONTENIDO

Principios

La estrategia

 

 

  

PRINCIPIOS

 

Al tratar de "por qué luchamos" el autor de este escrito cae en el "Proletrult" que presionaran poco después de la toma del poder, algunos extremistas en la Unión Soviética. Esta desviación debida a un falso socialismo fue en su época combatida en la Unión Soviética tanto por Lenin, como por Trotsky. Decir "el desarrollo de una cultura obrera y popular es tanto como no decir nada. La cultura es el producto de una sociedad... y la cultura socialista, nace al igual que el socialismo como consecuencia del sistema burgués que le precede y de los que a éste precedieron. Marx, Engels y Lenin no poseyeron otra cultura que la burguesa de su tiempo que a su vez se derivaba de las que le precedieron. Sólo tras una asimilación perfecta de lo que produjeron los espíritus que precedieron fueron capaces de crear algo, no con desarrollos utópicos de una cultura proletaria"... lo cual en si es absurdo, puesto que el fin de un partido revolucionario NO es el perpetuar el estado del proletario sino justamente la supresión del proletario con todas sus alienaciones. Al pretender la creación de cultura "obrera y popular" lo que hay que interpretar con el sentido que tienen las palabras en la época actual equivale a querer perpetuar el status de alienación de la clase que está alienada, como es la clase obrera; la cultura de una sociedad sin clases nacerá del ambiente dado en este sentido. Esto recuerda en mucho a las desviaciones, a las falsas divinizaciones de la clase obrera realizadas por personas incompetentes, así como a esas "comisiones de ideología" marxista que no se daban cuenta que la ideología de una sociedad, de una clase dada está compuesta en toda sociedad dividida en castas, clase socialista, por una serie de alienaciones mentales, fetiches, prejuicios, etc., que en una época dada son necesarios, pero que sería, desde el punto de vista marxista, un CRIMEN, querer perpetuarlos. El fin del marxismo es justamente la supresión de toda ideología. A este respecto llamaría la atención el reproche que hace el filósofo marxista alemán Havemann a los "ideólogos" rusos, de la "Waprosdi Filosolij" que caen en aberración parecida a la que cae el autor del escrito de ETA.

El autor de este artículo cae en esto como en otros puntos posteriores en el vicio de la "deificación del proletariado". Conviene recordar que Lenin ya se opuso a la demagogia revolucionaria, a esta adulación de bajas pasiones, que consiste en deificar al proletariado como tal. La clase obrera "por si" nunca ha hecho (...). (Léase a Lenin sobre este particular en "qué hacer".) Marx, Engels y Lenin no fueron ninguno de ellos proletarios, sino hijos de la burguesía.

Dice el autor "solamente cuando existe una situación de miseria absoluta las capas de la población más afectadas combaten por el socialismo aún sin conocerlo". Dejando aparte la formulación un tanto digna de una zarzuela de que se combate por algo que no se conoce, ya que apesta a demagogia, diremos que tiene razón el autor, en tanto que afirma que la clase obrera solamente en situaciones de miseria es cuando combate por subsistir. Mientras no llegue a tales situaciones de miseria no combate por su subsistencia... y siempre busca una solución o una salida para no combatir. La clase obrera es pacífica... tanto que a veces se deja llevar al matadero antes que combatir. Pero sería menospreciar a la humanidad (incluyendo en ella a la clase obrera) el afirmar que sólo combate por la subsistencia material y no combate por idealismos más altos. Lo contrario es la verdad. Pero esos ideales evidentemente, según reconoce el autor "no son los del socialismo". Esto es tan verdad que el propio Stalin cuando se halló en la Unión Soviética que los alemanes estaban a las puertas de Moscú, a pesar de veinte años de socialismo, tuvo que recurrir al "patriotismo ruso" para que se combatiese contra los nazis. Entonces sacó de la tumba a todos los héroes de las epopeyas rusas contra Napoleón, se crearon órdenes de Koutouzow, etc. Y en los países que el socialismo ha llegado al poder ha sido siempre por el "bien" del patriotismo. Si quitamos los países a los que el socialismo llegó con las bayonetas rusas, tenemos que en Yugoslavia, donde el socialismo es algo propio, se impuso en la lucha patriótica contra los alemanes, en China en la lucha patriótica contra los japoneses, y en Vietnam se está imponiendo en la lucha patriótica contra los franceses y los yankis. Y por no olvidar que en Cuba se ha impuesto en un sentimiento antiyanki. Es aquí que la verborrea que le sigue de que en Euzkadi "al no existir esta miseria... etc.'" peca de falta de visión política por parte del autor, puesto que esa miseria que parécele al autor ser necesaria, por lo menos HASTA HOY nunca condujo a nada, y donde se llegó al socialismo fue por medio de una lucha patriótica, lo cual muy bien sería factible en Euzkadi. Las medidas que el autor puede prever, con sus "cambios" es una utopía. Esa "revolución" que viene precedida por diferentes reformas de tipo revolucionario es una utopía y una afirmación gratuita que nunca se ha dado, si no fue en la cabeza del autor y de ciertos autores trotskistas que han hecho revoluciones sobre el papel en las mesas de café. Hasta hoy en día en ninguna parte del mundo ha llegado una revolución socialista al poder precedida por esos pretendidos cambios "revolucionarios" pacíficos que deben precederles. De aquí que para justificar una berborrea hueca el autor tenga que afirmar estupideces como la que, evidentemente se tiene tratar bajo un régimen del Gral. Franco, la revolución socialista ya está en curso. Luego no le falta para coronar sus sofismas más que afirmar que "la toma del poder" es decir la instauración de un régimen socialista se dé cuando los diferentes poderes políticos hayan caído (como peritas maduras) en las manos del proletariado... Como si la burguesía fuese tan tonta, como que dejase arrebatar su poder y que las concesiones que hacen para la galería iban a socavar el sistema capitalista. El autor parece ignorar por completo que incluso tras la toma del poder por la clase revolucionaria se hace necesaria la "dictadura del proletariado" para impedir que la burguesía destronada no vuelva al poder. El autor de ese escrito pretensiosamente socialista de tal candidez que ignora hasta el ABC del punto de vista socialista sobre el ESTADO y no sabe que todos esos cambios "revolucionarios" que él pretende obtener en un sistema burgués y que deben traer el socialismo, lo que hacen es. reforzar el estado burgués, adormeciendo al proletariado, que evidentemente como no es una clase belicosa, está siempre dispuesto a contentarse con las migajas que le dan... y en tal situación no escucha los cantos de los políticos socialistas (le debieran servir para ello los ejemplos de Suecia, Noruega, Dinamarca, donde a pesar de todas las reformas socialistas en estados burgueses, no se ha llegado al socialismo, y el interés de cambio ha llevado a derrocar a gobiernos socialistas después de lustros de actuación positiva... y donde se dan gobiernos burgueses y capitalistas con programas socialistas). Si en vez de teorizar utópicamente mirase un poco a la realidad el autor de este escrito se hubiera ahorrado de desvariar.

 

 

 

La estrategia

 

El conjunto de las normas propuestas por el escrito del C. E. de ETA es base de unas falacias mantenidas como "lea motif" a través todo el mismo. El autor de este escrito no hace más que repetir unos sofismas neo-trotskistas con los que pretende llegar a los fines de un socialismo vasco. Tales sofismas estratégicos, hasta hoy en ninguna parte han dado ningún resultado y son producto de "estrategas de café" que en su aislamiento de las masas buscan el tiempo en qué justificar su actuación política. En este sentido son clásicas las posiciones de los grupúsculos "UGS" (Unión de la Gauche Socialista de Bélgica) y del PSU (francés). Estos partidos sin ninguna incidencia real sobre las masas, tienen una serie de teóricos abstractos que manejan masas y pueblos sobre sus esquemas, sin que jamás calasen en las masas reales.

Sin contacto real con las masas, sin contacto real con sus pueblos y ante una posición de inactividad del socialismo, derivada de la época del culto a la personalidad y en que siguiendo la estrategia rusa de la tercera internacional, los estrategas de la cuarta internacional buscaron —creo que con la mejor fe— nuevas soluciones. Al no tener fuerza real practicaron el "en-trismo" en otras organizaciones, pero como todo "entrista" e infiltrado de este tipo, o no estaban unidos al espíritu que engendró la organización en la que se infiltraron o procedían de un ghetto espiritual del que nunca supieron desligarse.

En este sentido es clásica la estrategia elaborada por la IV Internacional (grupos parisinos de Mandel, Gorz, etc.) la cual tras una verborrea socialista, de izquierda extrema, lo que en realidad hace es una política derechista. No en vano los trotskistas han sido de origen judío, y sin que caigamos en anti-semitismo, puesto que al fomentar este espíritu de ghetto no lo hacemos creyendo que los judíos, son como son, por su origen racial, sino que entre ellos por vivir realmente en ghettos existe ese espíritu de ghetto. El ideólogo de la IV Internacional es un judío de Amberes, habiendo estudiado el problema nacional lo comprende sobre el papel, pero en este tema como en otros NO basta la comprensión abstracta hecha en un cuarto apartado de la realidad de las masas populares, así su comprensión del problema nacional, no obsta para que él y su partido (la fracción bruselense trotskista llamada UGS) hayan llegado siempre con retardo en las cuestiones flamencas. La verdad es que ni él a pesar de su origen amberés, ni otros trotskistas y varios bruselenses como Libermann) llegaron a tener sentimiento de problema nacional. Su posición internacionalista era simplemente "cosmopolita" y cuando proponen soluciones como el federalismo triple, lo hacen de tal forma que sólo logran enfurecer a los que sufren de la persecución nacional. Queriendo buscar "solucioncitas" nuevas, inventan al diablo, de forma que los oprimidos tienen que considerarlos como unos "canallas", puesto que canallesca es la solución triple que ellos proponen. No se trata de mala fe sino de desligamiento, de espíritu de ghetto. Sus soluciones están tan lejos de la realidad que parece que fueran elaboradas en un quirófano de un sanatorio, desde el que ellos quieren curar la sociedad. Huelen a cloroformo mezclado con incienso, y no se sabe si en ellas predomina el incienso de la sinagoga o el cloroformo del quirófano. Son siempre soluciones enfermizas.

Inspirándose en tales estrategas trotskistas está redactado el escrito del C. E. de ETA, como lo estuvo el ZUTIK especial que es un plagio de la obra de Gorz "Strategie Ouvriére et Neo-Capitalisme". Las necesidades que el autor del escrito de ETA enumera coinciden tanto, de forma que se repiten hasta términos y frases completas con lo que en la revista trotskista española "Acción Comunista" sobre este mismo tema se dice, que ambas muestran su común inspiración. Acción Comunista es un grupúsculo trotskista, salida de una escisión del F. L. P. y que en la actualidad se inspiran en los mismos estrategas que. sirven de fuente de inspiración a los escritos de ETA.

La estrategia del escrito del C. E. de ETA se basa en la falacia de "reforma revolucionaria". Este tópico trotskista de reformas que no son reformas ! de revoluciones que no lo son, se basa evidentemente en una falta de comprensión de la Naturaleza de la Dialéctica. Es evidente que la dialéctica como un método de pensar, como una forma de concebir el mundo NO ES nada si sólo es dialéctica.

La dialéctica tiene que ser aplicada en concreto. En caso contrario justamente el método dialéctico puede conducir a la más deleznable charlatanería. Contra este peligro ya previno en su tiempo Engels y modernamente el filósofo marxista Havemann a vuelto a hacer una dura crítica de la charlatanería, en que en la época stalinista se cayó en Rusia, justamente por no interpretar el materialismo dialéctico como dialéctico, sino como un materialismo mecanicista el cual es metafísico.

Así pues cuando aún se está pensando en conceptos metafísicos aplicarlos a un sistema dialéctico, es pura charlatanería. Esto es lo que le pasa en gran parte al escrito del C. E. de ETA, por caracterizarlo simplemente se podría llamarlo una "pieza de oratoria charlatana". Tras una fraseología reformista no dice nada y se limita a producir una serie de sonidos más o menos incoherentes tirados de tratados marxistas.

Al inventar y sacar del sombrero de su prestidigitación esas "reformas que no lo son" y de las que no dice nada, puesto que nada se puede decir de tal "concepto contradictorio" (pero contradictorio en sentido de la lógica formal) se contradecirá por completo su autor. El autor ve la revolución socialista, que según él ya ha empezado en una serie de cambios que evidentemente se hacen en el sistema capitalista "y no se sabe que los injertos socialistas en un sistema capitalista lo que pueden hacer es prolongar el sufrimiento del explotado, cuando no, engañándole en una serie de medidas conquistadas le hace perder su fuerza combativa por esa drogización. Lo que caracteriza al socialismo no son éstas o aquellas medidas "socializantes" hechas en un SISTEMA capitalista sino el cambio de estructuras de dicho sistema. Y esto es lo que NUNCA permiten los explotadores, están dispuestos a cualquier concesión SIEMPRE Y QUE SE CONSERVE EL SISTEMA con lo que, de facto, sigue ejerciéndose la explotación capitalista. Es típico del reformismo, como le achacaba Lenin a Rosa Luxemburgo, el NO ATACAR al mal en sus raíces, sino el estar poniendo emplastos y querer curar "síntomas" del mal que quieren curar.

La entera estrategia propuesta en el escrito del C. E. de ETA es un reformismo de tipo ya anticuado, y sólo cabe que se presenten entre vascos tales escritos, de un reformismo del tiempo de nuestros abuelos, debido a la falta de conocimientos marxistas, socialistas en general y de la Historia del Movimiento obrero y de la Filosofia. Este reformismo ya hace tiempo que mostró cuáles eran los frutos que ,es capaz de dar.

De aquí que el autor del escrito del C. E. de ETA, pensando en trotskista, puesto que los trotskistas nunca han pasado de ser un pequeño grupo, cuya actuación ha sido siempre derechista (o la Fabiano) y su verborrea de extrema izquierda, proponga para ETA el que se reduzca a ser un grupo de presión, es decir una agrupación que sin ser un partido, actúa al margen de ellos... pero con una fuerza popular, que ETA debe sacar de nuevo del sombrero de la prestidigitación trotskista. Si ETA tuviere fuerza, como es de esperar, la misma gente que integra dicha fuerza exigirá que ETA misma se haga con el poder. El sofisma de un grupo político fuerza en las masas pero que no está unido a ellas, es una prueba de esa forma de pensar de estratega trotskista de café, quienes hacen una "virtud" de lo que les es la "puñetera realidad" impuesta. Aquí hacen de su aislamiento de las masas una virtud... y proponen soluciones de tipo fabiano, es decir de actuar indirectamente sobre las masas. Pero las soluciones de tipo fabiano son por su propia naturaleza, de tipo burgués y derechista. Proponen pues la organización de partidos del tipo burgués, partidos de notables, que esta vez serían notables trotskistas-etarras.

Sin duda alguna —y aunque no tenga conciencia de ello— el autor del informe del C. E. de ETA, impresionado por los éxitos alcanzados por el PNV en sus manifestaciones de masas, propone que ETA se transforme en una especie de PNV, pero con signo contrario diciendo que ha de ser "un movimiento que encauce el patriotismo popular en sentido progresista".

El autor ignora por completo que tales posiciones son factibles para un movimiento burgués que tiene a su favor la ideología del medio ambiente. Un movimiento se diferencia especialmente de un partido, más que por la cantidad de los puntos comunes que puedan tener sus participantes, por el hecho que une a sus componentes más bien por lo que dejan de ser que por lo que son. Pero estas actitudes son factibles para los movimientos burgueses. Un movimiento obrero, o un movimiento nacionalista de pueblo oprimido, tiene que luchar contra la ideología imperante, que en cada caso y por el peso de su inercia, tenderá a derrocar la concepción que debe ser enseñada a las masas oprimidas. No en vano afirmaron Marx y Engels (en "La Ideología Alemana" y en el "Manifiesto del Partido Comunista") que las ideas dominantes son siempre las de la clase dominante, a lo que podríamos añadir que en el caso de opresión nacional hay aún que decir, que las ideas dominantes son también las ideas de la nación dominante. De aquí que un partido obrerista o un partido de liberación de un pueblo oprimido tenga que unir a sus miembros por un contenido ideológico positivo y no pueda ser nunca un movimiento mal definido que sólo anda bailando entre los diferentes grupos políticos, para ver la forma de dar su peso (en la hipótesis de que jamás lo lograra) en favor de esto o aquel partido, como elucubra el autor del escrito del C. E. de ETA.

Al tratar de las perspectivas que se le ofrecen a un movimiento expone el autor del escrito del C. E. de ETA, en completo acuerdo con el trotskista Lorenzo Torres, en "Acción Comunista" n.° 6. En su V parte este autor pedía "un partido obrero", "un partido revolucionario", "un partido democrático". El autor del escrito del C. E. pide en el mismo orden "un movimiento al servicio de la clase trabajadora" (es decir obrero) "un movimiento socialista revolucionario", "un movimiento revolucionario". Donde Lorenzo Torres dice: "El partido debe ser un instrumento de la clase y su papel es coordinar, orientar, agrupar a los elementos más revolucionarios de la clase, contribuir a dar consciencia al proletariado de sus intereses históricos, contribuir en primera fila a la lucha del proletariado por su liberación". El autor del escrito del C. E. dirá idénticamente: "El papel de este movimiento sería trabajar por la unidad, organización y concienciación de la clase obrera y permanecer en su servicio siempre incondicionalmente". Como se ve o el autor del escrito del C. E de ETA copió y plagió a "Acción Comunista" o ambos están inspirados por un tercer escrito común de la internacional Trotskista, puesto que la revista "Acción Comunista" y sus dirigentes tienen al menos la franqueza de reconocer su inspiración trotskista.

Igualmente es común la inspiración en lo referente al movimiento democrático: Dice el escrito del C. E. de ETA: "Por su funcionamiento ello significa: con una estructura interna que posibilite e impulse la democracia interior. En este sentido habrá que luchar fuertemente contra la centralización y la burocratización del aparato. Habrá que imponer la democracia directa de hecho en el interior de la organización y si bien es cierto que la clandestinidad nos obliga a limitar el alcance del ejercicio democrático, habremos de superarnos en la búsqueda de nuevas fórmulas de participación, control y en cierto modo, dirección de la base sobre la cabeza. Deberemos esforzarnos por combinar las medidas de seguridad —que nos obligan a construir una pirámide jerárquica desde arriba— con el control de la base desde ahora o ir ampliando cuando sea posible el número de participantes en la toma de las decisiones.

Lorenzo Torres dice en "Acción Comunista": No se puede crear una organización con estructuras diferentes, realmente democráticas manteniendo el modelo del centralismo burocrático.

Nosotros luchamos por una organización descentralizada, o sea con una amplia autonomía de las secciones locales y regionales. Una organización que no sólo respete, sino impulse en su seno, la más absoluta libertad de discusión. Una organización con libertad de tendencias. Una organización sin cargos de responsabilidad personales, sino colectivos. Una organización en la que los órganos políticos regionales y centrales, esté compuestos por delegados elegidos y revocables por la base de militantes. La lucha contra la burocratización que esclerosa a las organizaciones no puede limitarse a meras declaraciones demagógicas.

Sin que entre a discutir, ni critique o condene la inspiración trotskista que les es común el escrito del C. E. de ETA y a Lorenzo Torres en "Acción Comunista" debemos tener en cualquier caso en consideración, que Acción Comunista no es otra cosa que un grupo muy reducido de personas (no llegarán a los 50) cuya mayoría se encuentran en el extranjero... y en el que participan incluso algunos no-españoles, que aspira a una revolución y que cortado de la realidad objetiva de España intenta abrir alguna lucecita en el panorama espiritual español. Esta es la forma corriente de trabajar de los grupos trotskistas, aunque a veces las luces que abren lo que hacen es ofuscar o dañar. Pero su actuación no pasa de establecer planes estratégico revolucionarios en la mesa de un café en París, Bruselas o Toulouse. Como no tiene fuerza real en las masas (que no los conoce apenas) lo que hacen es querer influir indirectamente por medio de los intelectuales de otras agrupaciones que lean sus escritos.

La actuación de ETA con una base popular que era cada vez mayor, ha de ser contraria. Sería una actuación de "memelo" el copiar una situación forzada de los grupos y grupúsculos trotskistas. ETA tenía un quehacer en las masas. No puede limitarse a una actividad fabiana.

Así pues las medidas que se proponen en el escrito de ETA parten todas ellas de un supuesto erróneo. Si ETA se ha de limitar a NO SER NADA que es lo que en definitiva y sacando cuentas de lo que propone el autor de dicho escrito cabe deducirse, se podría disolver... cosa que quizá pretenda el autor de este escrito. A no ser que pretenda algo más canallesco, que por cierto él mismo lo dice indirectamente, es de que ETA saque las castañas del fuego para otros. Dice: "ETA ha de renunciar a tener un movimiento sindical propio" (es decir actuará sabinamente)... En lo político se propone:

"Nuestra influencia sobre sus proposiciones ha de ser mayor si nos situamos fuera de su juego competitivo. Llegado, el momento nuestro movimiento concederá su apoyo el voto o lo que haga faltaa aquel partido que mejor represente los intereses de la clase obrera vasca."

O sea que ETA no debe competir en política, ni en organización sindical... luego no le queda nada que hacer... a no ser como "Acción Comunista" o los grupúsculos trotskistas, ser una "capillita enquistada"... todo lo cual peca de cándida estupidez, puesto que se pretende que un partido o movimiento que no compite con los demás llegue a tener fuerza. Sin duda alguna por la gracia del Espíritu Santo. Si ETA no compite con las concepciones ideológicas de los demás partidos —y para ello es IMPRESCINDIBLE para un partido de los oprimidos ORGANIZACION que es la única forma por la que los oprimidos puedan vencer— ETA no tendrá nunca fuerza y las pretensiones ilusorias que se deriven de una argumentación ilusa como hace muestra el autor del escrito del C. E. de ETA, esas pretensiones de mandar y dirigir el movimiento vasco desde un café o una "boite de nuit" caerán en el ridículo y todos los partidos y movimiento que se organizaron en la competición se carcajearán de ETA. La organización de capillitas es una necesidad obligada para quienes como los grupúsculos trotskistas tienen que limitarse a hacer estrategias en las masas de los cafés o de las boites de nuit. Pero para ETA seria canallesco y estúpido hacer de esta necesidad una virtud.