Categoría: Branka
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INDICE

  1      IDIOMA Y FORMA DE PENSAR
  3      La tendencia científica actual
  3      La vieja seudo-teoría de las filas de palabras
  6      Saussure y el estructuralismo
  9      ¿Qué son las estructuras lingüísticas?
11      Varias estructuras de significados
15      Estructuras en los sonidos significantes
16      La personalidad de un pueblo reside en la lengua
17      Opiniones de varios lingüistas actuales

Enero 1967

 

IDIOMA y FORMA DE PENSAR

 

 Es cosa sabida desde hace ya tiempo que cuando un pueblo olvida su lengua y adopta otra extranjera, se transforma en un pueblo extranjero, apoderándose de él otra forma de ser. Este cambio, esta transformación en pueblo extranjero, no ocurre de cualquier modo. El pueblo alienado que acaba de cambiar de lengua nacional se convierte en esclavo del pueblo que le ha contagiado su lengua, y esto en el plano político y en el plano cultural precisamente. No ocurren cosas distintas de esto.

La dependencia política suele producirse en un plano sociológico, en el punto de confluencia de diversos fenómenos de descomposición. Pueden hallarse las raíces del fenómeno en la economía y en la demografía, en la técnica y en la debilidad espiritual, en los fundamentos mismos de las energías fundamentales de los pueblos. En la superficie, primero surge la dependencia política ; la dependencia cultural viene detrás de la dependencia política ; no a la inversa.

Consideremos, por ejemplo, la historia del colonialismo: en varios sentidos por lo menos ( y sobre todo por el lado de la técnica ) la superioridad de los occidentales con relación a los americanos, asiáticos y africanos era cosa evidente incluso antes de consumarse el colonialismo. La pérdida de la independencia les vino a las colonias justamente de esa diferencia. Aun así, aun en presencia de esa total inferioridad, los idiomas de las colonias se han debilitado a través de los años de colonialismo, pero no han muerto y desaparecido.

A la inversa: para matar y ganar a un pueblo aplastado por la fuerza, el camino más seguro es el hacerle cambiar de idioma Es el que se ha utilÍ7.ado desde hace tiempo. Por otra parte, en lo que concierne a la sociología, el idioma del pueblo oprimido suele ser inferior y menos útil que el de los opresores ( es lo que acabo de decir hace un instante ); y por eso puede justificarse fácilmente el cambio forzoso, es decir el cambio de lengua, como un favor hecho en servicio y por el bien del pueblo: ” para hacer avanzar a la colonia... para salvar a los desgraciados habitan tes de las colonias de las tinieblas... para ayudarles a aclarar sus mentes”...

He ahí designios bien honorables! La historia del imperialismo y del colonialismo está llena de esas palabras. El procedimiento es hábil.

En especial en los Estados modernos, el poder del Estado es mayor que antes; y de ahí que los gobiernos opresores estudien normalmente con toda profundidad los asuntos referentes a la lengua: actualmente existe una premeditada política lingüística poderosa y sólida. Pero no suele ser aparente¡... Es feo descubrir el juego de los caminos de la opresión¡ Es mucho más hábil utilizar la amplia "acción estatal" que ni siquiera lleva el nombre de política: de ese modo, la "política" , las"manías" referentes a la lengua, la "obsesión morbosa lingüística" en una palabra, no son nunca cosa del gobierno: el gobierno nunca tiene "manías” lingüísticas. Las manías, los entercamientos, la politiquería, la "euskeromanía", etc. son cosas exclusivamente nuestras, de los que vivimos en la higuera, de los tontos en otras palabras. Los gobiernos, evidentemente, no se preocupan de esas pequeñeces... "Los grandes con grandeza" (es un refrán vasco ).

Pero son los gobiernos quienes deciden del futuro de las lenguas. Hoy sobre todo no existe un solo gobierno que no tenga una política lingüística determinada y firme.

Antes también existía, al menos como deseo, una actuación respecto a la lengua. Napoleón, por ejemplo, cuando decidió poner a Italia bajo el poder de Francia, vio netamente lo que había de hacerse; y pensaba imponer el francés como lengua oficial, de modo progresivo e insensible, partiendo del Piamonte hasta el extremo Sur, como lengua de Estado.

Incluso los Estados anteriores a Napoleón solían tener con frecuencia unas metas lingüísticas, o una intención neta por lo menos al respecto; pero carecían de fuerza para ponerlo en ejecución, por no tener gran fuerza para la coerción.

Si nos referimos al País Vasco, por ejemplo, el odio de los corregidores no es de ayer... Pero hasta 1794 nuestrosenemigos no han tenido posibilidades reales de alienar y erdeldunizar a nuestro pueblo; y es por eso por lo que no lo han hecho. Las clases dominantes del país han colaborado ampliamente en este quehacer, no cabe duda, lo mismo que en cualquier colonia. En escritos futuros iremos analizando esto.

Séanos suficiente, por el momento, recordar lo siguiente: la "Convention" de Paris dio en ese año de 1794 sus primeras órdenes precisas para matar el” vascuence (medidas eficaces a través de le escuela, e incluso defendibles bajo varios aspectos) y para extender la lengua francesa al País Vasco del Norte.

El "Informe de Grégoire", "habiendo conocido las necesidades existentes"... , dio también los medios para acabar con la lengua vasca y los instrumentos para llevarla a cabo; e hizo ver con claridad la meta: "extirpar de raíz —dice el informe— todos los ’patois’, e implantar en su lugar en todas las regiones la lengua francesa".

Esa política lingüística se ha ido haciendo cada vez más estricta y afilada a medida que se han multiplicado los métodos para introducir una lengua oficial de Estado en el siglo XIX, y más firmemente aun en el siglo XX.

¿Por qué todo eso? ¿Por qué se meten los gobiernos en ese tipo de nimiedades ?

Porque el camino más seguro para sacar a un pueblo de su quicio, para alienarlo, para hacerlo extranjero para con. sigo mismo, para convertirlo en colonia y para sojuzgarlo calladamente, es hoy y siempre el hacerle cambiar de lengua.

Los opresores adivinaron en todo momento y en todas partes que al hacer aceptar a otros pueblos el propio idioma, les quitarían algo verdaderamente esencial. Sabían ya, en una palabra, lo que la Lingüística actual, lanzada por caminos estrictamente científicos, y a través del frío análisis de los fenómenos ha hallado: que el idioma edifica la forma fundamental de pensar y la visión característica del mundo.

Es preciso reconocerlo todo; y como irá viéndose en capítulos posteriores, que cualquiera, cualquier dirigente sobre todo» cualquier intelectual, parece haber ya entendido esta verdad para ahora... excepto los del País Vasco. Sin embargo Humboldt estuvo en el País Vasco hace 160 años... Conoció ya entonces (no anteayer!) a los vascófilos más eminentes de aquella época. Por lo que nos dice la Lingüística actual, Humboldt vio ya en aquellos con exactitud en qué consistía la clave del problema.....

Pero los intelectuales del País Vasco continuaron en la higuera.

 

LA TENDENCIA CIENTIFICA ACTUAL

 

Supongamos, con todo, que es perdonable no haber comprendido, no haber captado hace 160 años, ni hasta hoy, la importancia fundamental de la lengua y que se trata así de un puro despiste. Admitámoslo. No seamos avaros Queden perdonadas todas las faltas cometidas.

Pero , lector, ya hoy no caben dudas sobre la importancia que tiene la conservación de una lengua en la perduración y la personalidad de un pueblo, cuando se conocen aunque solo sea superficialmente , las cosas que enseñan unánimemente la ciencia de la lengua y la sociología En lo sucesivo serán imperdonables las majaderías que inventan a veces ciertos seudo-sabios vascos (y "euzkotarras"). Mas aun: serán increíbles.

Las opiniones del ensayista Mounin van a introducirnos plenamente en el ambiente de la actual tendencia:

“Esta idea de que cada lengua recorta en lo real aspectos diferentes (ignorando la una lo que la otra pone en relieve, apercibiendo la una lo que la otra olvida) y que ella recorta también ese mismo real en unidades distintas (dividiendo lo que otra une , uniendo Lo que otra divide, englobando lo que otra excluye, excluyendo lo que otra engloba) , se ha convertido en el bien común a toda la Lingüística actual (Mounin, Les problemes théoriques de la traduction» pág. 48)

¿Por qué esa valoración? ¿En qué consiste, por consiguiente, la clave de la lengua ?

 

LA VIEJA SEUDO-TEORIA DE LAS FILAS DE PALABRAS

 

Una lengua no es un repertorio, una pura "fila de palabras"; sino una disposición organizativa, una visión particular del mundo , una ordenación específica de todo. No es un revoltijo, sino una "estructura". Es decir: hasta cierto punto, se trata de un microcosmos que evoluciona de modo interno.

Quien quiera leer criticas duras y acertadas en contra de esa seudoteoría de la "fila de palabras", puede hallarlas en los escritos de cualquier lingüista.

Yo las he encontrado con frecuencia en los libros; y ya seria excesivamente largo citar aquí la cuarta parte de ello

Tratando de resumirlas todas vayan aquí, como introducción, antes de entrar en materia, las opiniones de tres glandes lingüistas.

Solo citaré una única frase del famoso estructuralista Hjemslev: "La que se llama Lingüística Estructuralista no es en realidad sino la Lingüística" ( 1957, Congreso Mundial de Lingüistas )

Parece que hoy es André Martinet el número uno en las cuestiones lingüísticas. De un gran prestigio, Martinet es más moderado que Hjemslev como estructuralista. "A nuestro juicio —ha declarado recientemente el filósofo Lacroix— los trabajos de Martinet reemplazan a los de Meillet y Vendryes". Oigamos, por tanto, a Martinet: ” A cada lengua corresponde una organización específica de la experiencia humana " (Elements de Linguistique Géenérale, 16)

En tercer lugar, y para terminar esta introducción, Z.S. Harris declaraba netamente en 1956: la lengua no es ”a bag of words", —no es un saco de palabras—.

 

¿ Qué decían, pues (o qué dicen todavía) los "euzkozales" y "zakuzales" (juego de palabras intraducible) partidarios de la "fila de palabras" ? Antes de exponer qué son las estructuras, será bueno presentar sus opiniones brevemente.

He oído desde joven, una y otra vez, de labios de diversos "patriotas" (?) resúmenes castizos de las ideas "saquistas" y ello para disminuir la necesidad del vascuence ( o no pocas veces para disimula r su propio erdeldunismo...). Hablan aproximadamente como sigue: "Sí, el vascuence es importante, sin duda. Pero realmente, qué importa pronunciar la palabra "zaldi" (z+a+l+d+i) o pronunciar en su lugar la fila de sonidos "caballo" (caballo)? ¿Qué más da colocar la lengua contra el paladar, o de esta o aquella forma ? ¿Aparte de eso qué hay ? Se ha dicho muchas veces que la lengua es el alma de un pueblo; pero eso es exagerar. Una fila de ruidos , una sucesión de sonidos, no puede producir el alma de un pueblo. Eso sería un milagro".

Así andamos todavía ¡¡¡

No nos faltan afirmaciones aún peores: "aun perdida la lengua, ahí quedan nuestras costumbres, nuestro folklore, nuestra manera de ser, nuestro juego de pelota". O, por el lado de los seudo-izquierdistas: "los pueblos no existen, solo existen las clases. Los problemas lingüísticos son seudo-problemas inventados por los capitalistas"...

De tal modo, no escasean los enemigos de nuestra lengua. Y, a veces, puede incluso surgir la duda en nosotros: "¿no estaré yo despistado ? ¿no será una locura pasajera este amor al vascuence?".

Los euskaltzales somos tímidos en nuestro propio pueblo; y nos avergonzamos un poco en la lucha por nuestro propio idioma.

Por otra parte, la lucha que llevamos presenta un ambiente de vejez y lágrimas. Hacemos nuestras defensas por la derecha, y pronto prevalece la debilidad de la postura. Se trata de un fenómeno muy profundo, que ha marcado al País Vasco en este siglo.

Sin embargo los euskaltzales no tenemos nada que temer. Toda la Lingüística actual está a nuestro favor.

Se dice que una lengua es una "fila de palabras": algunos vascos creen esto todavía, y desde luego lo creen todos los "euzko-zales". A su juicio basta preparar un buen diccionario: se terminaron los problemas. Nuestro idioma está salvado virtualmente...Así se extendió entre nosotros la idea (?) absurda de que una vez que los patriotas consigamos el poder, bastaría cambiar los nombres a las cosas (exactamente como se haría con las placas de las calles), y asunto concluido: los euzkotarras se convertirían en vascos, todo el pueblo comenzaría a hablar en vascuence castizo, y el asunto de la lengua quedaría definitivamente zanjado. ¡Qué fácil!

¿Qué dice la Ciencia sobre estas ideas ?

Más aún: desde el momento en que los asuntos lingüísticos quedan reducidos en su opinión a una pura lucha entre sonidos , no vale la pena en el fondo (a juicio de los "saquistas") de intentar mantener vivo el vascuence. ¿Por qué o para qué hemos de pronunciar la hilera de sonidos "zaldi" y no la hilera "caballo” ?

Estos sabiondos y profundos principios se divulgaron entre nosotros, y hasta llegaron a hacerse dueños de la situación semejantes "euzkokadas" y "uzkukadas” (juego de palabras intraducibie). Y así resulta que entre los "euzko-zales” ni hoy ni mañana no ha surgido ni surgirá ni siquiera un diccionario cualquiera; y ni siquiera logran verse en sus estanterías. En ellos la clave es la "euzko-tarquería”, pero no la sabiduría; y menos aún ese famoso y milagroso diccionario.

 

Profundicemos un poco más.

¿Por qué todo eso, en el fondo, en los fundamentos de los comportamientos ? Por lo que sigue: porque a juicio de los "saquistas" el mundo, los seres, la realidad entera, son analizados por nosotros según la "Lógica”; es decir, todos de la misma manera, exactamente del mismo modo en todas las lenguas y en todos los pueblos, es decir, según la "Lógica".Según ellos la "Lógica” es una única, y la lengua no tiene absolutamente nada que ver en la forma de ver el mundo. Por eso piensan que basta con cambiar los nombres, con utilizar rectamente el diccionario, con rebautizar de nuevo a los seres, con cambiar las etiquetas a los botes, y...asunto concluido; Donde los vascos dicen "urdin" los euzkotarras dirán "azul” (o “bleu"); y cuando los vascos dicen "anaia" los euzkotarras dirán "hermano" (o "frére"). Y así sucesivamente.

Si las cosas fueran así, ¿por dónde puede cambiar nuestra mentalidad? ¿por qué? En la creencia de que los compartimentos de lo real y las parcelas que en el recortamos son las mismas en todo el mundo, a juicio de los "saquistas" un solo diccionario basta, pues todo es invariable y determinado según la "Lógica", e idéntico al pasar de una lengua o etnia a otra.

Por eso algunos vascófilos famosos, al tratar de hacer una "buena" gramática (es decir, hecha con arreglo a la "Lógica...), se han lanzado resueltamente por esa vía; y han tratado de hacernos tragar inmensos erderismos. Habiendo tomado como hija de la "Lógica." lo que no es sino estructura interna del erdera (de uno de los erderas, del español concretamente), lo que hicieron fue erderizar nuestro idioma. Véanse, por ejemplo, las seudo-gramáticas puristas, calcadas palabra por palabra y punto por punto de las españolas: las tales son en el fondo servidoras del español, y consecuencia pura de la "Lógica" erdérica. En buena hora han sido puestas de lado estos últimos años. Los tales "anti-erderas” no son vascuence: les falta el genio vasco, nos resultan radicalmente extranjeras. Y no es extraño, puesto que no existen lenguas "lógicas”.

Dice Mounin de nuevo: "A juicio de la Lingüística antigua... traducir consistía en expresar el contenido en litros de un tonel por su contenido en galones; pero se trataba siempre de la misma capacidad, fuera este expresado en litros o en galones; era la misma cantidad de realidad, se pensaba entonces, la que se hallaba expresada en ambos casos... (Esta hipótesis postulaba que) todas las lenguas hablaban, todas y siempre, del mismo universo de la experiencia humana, analizado según categorías del conocimiento idénticas porque todos los hombres... Esta forma de ver ha sido barrida por Humboldt y sus sucesores" (Les Probl. Théor. de la trad.,42).

¿Como opera un idioma (o mejor dicho, cómo opera el pueblo que ha creado y actualizado el idioma ) en esa voluntad de dar al exterior su conocimiento ? ¿ Cómo organiza su experiencia del mundo exterior, cómo organiza el conjunto de las experiencias vistas y aprendidas ? He aquí la respuesta: del mismo modo que c) poeta, según el sentimiento, buscando y resaltando semejanzas, relacionando recuerdos por medio de lo que se ha llamado "la mentalidad arcaica". No por medio del frío razonamiento y del "pensamiento positivo".

La lengua es poesía, no ciencia. Es resto de poesía más exactamente. O, para decirlo con palabras de Emerson: la lengua es ”poesía fósil", ex-poesía. He aquí la clave.

En ese quehacer poético ha tomado parte todo un pueblo, a través de los siglos y de las clases: clasificando las ideas, y convirtiendo el mundo en lengua paulatinamente según la creación de la imaginación popular.

Antes de dar un "nombre" a las cosas, una lengua (es decir, un pueblo)efectúa una clasificación en el plano de las ideas; efectúa una separación profunda, una inconsciente disposición de ideas. Y cada lengua mira al mundo a su manera. No existen idiomas lógicos. Por eso son todas las lenguas fundamentales distintas. Los partidarios de la lista de palabras no entienden esto, ni lo entenderán nunca por lo que se ve.

Hoy la Lingüística no abriga ninguna duda a este respecto: "Todos aprueban hoy más o menos totalmente la teoría de Humboldt" ( Mounin, Probl. th. , 44).

Si escogemos, por ejemplo, la serie de los animales, parece que el quehacer del idioma es cosa lógica. Por ejemplo: el caballo y el toro, supongamos , son dos clases de animales; por consiguiente, les corresponden dos nombres diferentes. Y , de acuerdo con esa dualidad, los vascos los hemos llamado "zaldi" y "zezen"; los españoles, análogamente, "caballo" y "toro"; y los franceses, "cheval" y "taureau". Etc...

Parece así que una lengua es una sucesión de nombres; y que un dice ion a_ rio, sin dificultad alguna, en una larga lista, puede dar las equivalentes exactas para pasar de la una a la otra.

Dicho de otro modo, el sentido común sugiere la verdad de la idea del idioma-repertorio tras un análisis superficial. Y de ahí que no se admitan los perjuicios y las cosas terribles que no sotros, locos euskaltzales, atribuimos a los problemas lingüísticos (algunos "euzkadilleros" de Argentina han llega do a acusarnos de "euskerómanos"... en nombre del patriotismo vasco ¡¡¡).

Si todo eso fuera cierto, el quehacer de una lengua sería en el fondo un simple prolijo bautismo. No existiría problema alguno de fondo. Como en los bautizos, se pondría a este chico el nombre de Joanes, y a aquella chica el nombre de Ixabel, y así sucesivamente. ¿Qué importancia puede tener el nombre en el ser? El ser y el nombre son dos cosas distintas (hay un juego de palabras en el texto, con "izen" e "izan", intraducible al español) ¿Qué puede importar que utilicemos un sonido u otro?

 

SAUSSURE Y EL ESTRUCTURALISMO

 

 

En realidad en todo eso no hay sino un seudo-análisis.

Escuchemos al gran lingüista Saussure: “Tomado en el mismo, el pensamiento es como una nebulosa, en que nada está necesariamente delimitado. No hay ideas preestablecidas, y nada es di£ tinto antes de la aparición de la lengua” (Cours de Linguistique, 155)

Son totalmente dignas de ser recordadas y duras, al mismo tiempo que dignas de ser leídas, las páginas que dedica Martinet a este asunto (Véase Martinet, Eléments de Linguistique Generale, pág. 14 y 15 ). No es posible reproducirlas aquí íntegramente. Difícilmente puede exponer nadie mejor que el por qué una lengua no es simple inventario o fila de palabras. Si el lector puede hacerse con el libro, hallara aclaraciones hermosas sobre este punto, así como sobre otros que nos interesan por ser fundamentales.

La clave en pocas palabras es lo siguiente: el idioma no bautiza, el idioma no puede incluso bautizar, pues no hay todavía nada que bautizar. No hay niño. ¿A quién bautizar, por tanto?

Saussure dice con toda exactitud: "Si las palabras estuvieran destinadas a representar conceptos DADOS YA previamente, ellas tendrían cada una su correspondiente exacta al pasar de una lengua a la otra, con exactamente el mismo sentido; sin embargo no es así" (Cours, 161).

Y confirma Martinet con estas palabras: “Aprender otra lengua no es colocar etiquetas nuevas a cosas conocidas, sino analizar de otro modo nuestra experiencia" (Eléments, 16).

Volvamos al género llamado “Equus”. Tenemos varias palabras en vascuence: "zaldi, behor, zamari, garaño, pottoka"... En español no existe esa misma clasificación. Tampoco en francés. Por consiguiente, en ese mismo terreno del género "equus" hemos ido todos por caminos diversos. Dice bien Ulmann: "Todo sistema lingüístico encierra un análisis del mundo exterior que le caracteriza, y que difiere del de otras lenguas, e incluso del de otras etapas de la propia lengua”

Por lo tanto, la diferencia existente entre lenguas no es una cuestión de diferencia de sonidos. La diferencia surge en los mismísimos fundamentos de la lengua, en la misma clasificación de las ideas. Aclaremos esta idea fundamental por medio de varios ejemplos.

Por ejemplo, para hablar con la gen te, poseemos en euskera varios modos de dirigirnos: el "hika", el "noka",el "zuka" y el "berorika". Solemos decir al amigo "ekarri duk"; a la hermana "ekarri dun"; al recién conocido "ekarri duzu",y esto mismo normalmente; pero decimos también "ekarri du" cuando queremos mostrar respeto. He aquí (sin citar el "xuka" de la región de Amikuze) las formas de tratamiento divididas por los vascos en cuatro grupos.

 ¿Quién puede sostener que tal organización de los tratamientos sea lógica? ¿o qué perdura invariable como un invariante físico, al pasar de una lengua a otra? Los españoles poseen el "tú" y el "usted" (e incluso el "vos" en casos especiales). Nuestro "hi" y su "tu" no son equivalentes exactos. Los habitantes de ciudad españoles hablan con frecuencia de "tú" a sus padres; pero , en las ciudades justamente, en las mismas familias, se les habla de "zu" al pasar al vascuence. En este caso, como en otros muchos, el vasco "hika" es más estricto que el "tú" español.

No solamente hay eso. El español no distingue en sus tratamientos al varón de la hembra; el vascuence sí, por el contrario. Por otra parte el inglés solo posee el "you" para todos; y ese "you" cubre además nuestro "zuek". Pero tienen, sin embargo, un tratamiento específico, el "Thou", para hablar con Dios.

Dicho con otras palabras: en lo que se refiere a los tratamientos sociales, a las superficies cubiertas por cada uno de ellos, la organización interna o "estructura" del vascuence y las de los erderas no son idénticas. No cabe traducir palabra por palabra. Cada lengua ha organizado a su modo las diversas superficies semánticas de los tratamientos sociales. O bien, diciéndolo de otro modo: no existe una clasificación lógica en el terreno de los tratamientos sociales. De ahí que no sea posible encontrar los equivalentes exactos de las palabras o de los modos al pasar de una lengua a otra. La clave está ya en el plano de las ideas; no sólo en el de los sonidos. Nosotros los vascos, los ingleses, los árabes, o los de cualquier otro pueble , no ordenamos del mismo modo ese terreno de los tratamientos. Realmente: "vemos" de otro modo el problema del lenguaje en el trato social.

 Tomemos otro ejemplo. El vascuence distingue con precisión las variaciones del tiempo atmosférico: “elur, garazuza, kaskabar, curi, harri, xirimiri, laño, lanbro, gandu, be año,ihintz, izotz, horma, karro, jela"...

En español, en francés, en chino o en húngaro, ¿quién podría encontrarles equivalentes exactas? Aun siendo conocidos los fenómenos atmosféricos en todas partes, no están clasificados idénticamente en todos los países; a lo mejor un idioma no distingue "kaskabarra" y "garazuza”; ni otro "karro" e "izotza". Pero los esquimales, por lo que dicen los lingüistas, distinguen una gran cantidad de tipos de nieve; y no sotros no. A nuestro juicio todas las clases de nieve son simplemente "elur" Las diferencias vienen así de la clasificación previa de los fenómenos. Son diferencias fundamentales, no diferencias puramente fonéticas.

Por lo que dice Martinet (véase Eléments, p. 15) sólo los franceses distinguen "riviere" (el rio que desemboca en otro rio) de “fleuve" (el rio que desemboca en el mar). En este punto, por lo tanto, lo que distingue el francés no lo distingue el vascuence Pero el vascuence distingue "hortarako" de "horrengaitik"; en tanto que el francés no (diciendo "pour cela" en ambos casos).

En una palabra: las clasificaciones fundamentales no son las mismas

Harris ha explicado claramente en tres puntos esta diferencia.

En primer lugar, dice, un terreno de las ideas (el de los fenómenos atmosféricos, el de la familia, u otros) se puede clasificar u ordenar de modos diversos. Al pasar de una lengua a la otra, cambia ese camino analítico. Tomemos como ejemplo la frase "ez dakit nik". Se dice en español "yo no sé"; y como puede comprobar el propio lector, la sintaxis u ordenación de los términos es diferente en ambos casos. "No saberlo yo": he ahí lo que habría que traducir estrictamente, o algo por el estilo. Pero no existen justamente la posibilidad de traducir palabra por palabra Tomemos ahora la versión francesa: "je ne sais pas" ¿A qué corresponde ese "pas"? Estamos en presencia de otro análisis de la idea. No cabe traducir palabra por palabra Y lo propio ocurre en inglés: "I do not know". ¿A qué corresponde en español ese "do"? ¿Dónde se halla su equivalente en la frase vasca? También es diferente en alemán: "ich weiss es nicht". Etc. En el fondo tenemos una misma idea ahí, pero analizada y dada a entender de modos fundamentalmente diferentes. Hay algo especifico en el plano ya de las ideas, y no sólo en la superficie

En segundo lugar , continúa Harris, a un cambio de ideas no corresponde normalmente un cambio de palabra. Citare dos ejemplos: la palabra “átomo” significa etimológicamente "indivisible”, ese era el parecer humano cuando se inventó la palabra. Sin embargo todos sabemos hoy que el átomo puede dividirse; pero la palabra ha continuado en pie, sin ninguna variación. Lo mismo cabe decirse de la palabra "ballena": no es un pez , sino un mamífero: hemos cambiado nuestro concepto de la ballena, pero no hemos cambiado la palabra. No actuamos de modo "lógico"

En tercer lugar: es cosa sabida que muchas veces "nos faltan las palabras". Eso solía decir 'amblen el poeta Rilke: "casi todo lo que nos ocurre es en rigor estrictamente inexplicable". No se trata de puras palabrearías: los actúa les lingüistas, aun hallándose bien lejos de querer hacer versos paradójicos, aprueban las afirmaciones de los poetas Hablando estrictamente la lengua no es adecuada ni al pensamiento ni al sentimiento. La lengua se mueve en otros planos.

 Las lenguas no son en modo alguno hijas de la Lógica. Y por eso son diferentes las bases de los idiomas, las "estructuras" de los idiomas.

 

¿QUE SON LAS ESTRUCTURAS LINGÜISTICAS ?

 

El procedimiento de análisis de las estructuras o "estructural" se está extendiendo más y más desde que surgió el Estructuralismo. No hay que olvidar que no ha sido Levi Strauss el primer estructuralista, sino Ferdinand de Saussure. El método ha surgido en los estudios lingüísticos, no en los etnológicos.

¿Por qué? Porque, aunque se cree lo contrario, la Lingüística va por delante de las otras ciencias humanas.

No es posible dar opiniones sobre las lenguas sin conocer el estructuralismo. "El método lingüístico de análisis tiene un valor ejemplar en los estudios etnológicos" (Levi Strauss, Anthropologie Structurale, 26). No hay que olvidar tampoco que en esta gruesa recopilación, un tercio es ocupado por análisis lingüísticos.

Aunque la palabra "estructuralismo" no fue utilizada hasta 1930, el estructuralismo y Saussure están ligados para siempre.

Será conveniente pasar de los ejemplos a los conceptos para explicar lo que son las "estructuras", y no al contrario. (Véase la luminosa explicación de Levi Strauss en "Anthropologie Structurale", pág. 303 a 351).

Ya para ahora se han perfilado algo lo que son aproximadamente esas "estructuras". Pero hay estructuras en el vocabulario y hay estructuras en la fonética. La lengua es un ente hecho de estructuras en dos planos.

Tomemos una palabra, cualquier palabra: "mendi", por ejemplo. Esa palabra tiene dos partes, o dos facetas: la serie de sonidos por una (m+e+n+d+i), una hilera de sonidos orales, un grupo de sonidos que lleva con él un significa do; y por otra parte, como ya he dicho" hay un significado, lo que se trata de dar a entender, una significación que va ligada a aquellos; y esta idea nos es evidente a los vascos: el Aizkorri es un monte, el Gaorisankar es un monte, el Mont Blanc es un monte.

Una palabra, por tanto, tiene dos caras: la serie de sonidos, que corresponde a la fonética; y el significado, lo que se da a entender, que corresponde a la semántica. Unidos por la palabra misma posee siempre un sonido y una idea; tiene un "signifiant" y un "signifié"; los que yo llamo aquí "el sonido significante" y el "significado".

Evidentemente esta dualidad se reproduce en todas las demás palabras: hierba, libro, vino. Siempre podemos considerar en ellas el sonido significante y el significado.

Hay así en cada lengua una larga colección de sonidos significantes; y hay también., esencialmente ligadas a la serie anterior, una larga colección de ideas significadas.

Ahora bien: tanto los sonidos significantes como las ideas significadas se organizan en grupos: se delimitan mutuamente en grupos, se diferencian las unas contra las otras, en mutua lucha. Dividimos en grupos todo lo que tratamos de poder expresar. Como aparecerá en los ejemplos que iremos citando, las palabras no fijan su significado por algo "en sí"; ni aisladamente o según no sabemos que "Lógica". No. Leamos a Saussure: "en cada lengua todas las palabras están ligadas mutuamente, y cada una condiciona y delimita el valor de la contigua" (Cours, 165). O bien: "La lengua es un sistema en que todas las partes pueden y deben ser consideradas en su solidaridad sincrónica" (Cours ,124). Es decir: las palabras han de ser estudiadas en grupos, no aisladamente. El ser mismo de las palabras se dice en grupos.

En cada lengua las palabras se han adaptado en la lucha a lo largo de la historia; y han llegado a través de la lucha mutua a esa su situación de equilibrio actual.

Los cinco sonidos de la palabra "mendi" no son obligados en modo alga no (al referirnos a la idea de monte): no sabemos qué ley ''lógica” pueda ligarlos intrínsecamente o adherirlos a esa idea. Somos nosotros mismos quienes hemos separado, creado y delimita do la propia idea correspondiente a "mendi": no los montes. Se puede vivir sin la idea de monte: por ejemplo los indios del Yucatán no conocen las montañas; y su idioma no tiene palabra correspondiente a esa idea. Por consiguiente, ni la serie de sonidos en cuestión, ni el propio significado, son obligatorios o "lógicos”.

A mi juicio la primera parte se en tiende fácilmente. Para nombrar una idea somos libres en cierto sentido: al Aizkorri nosotros lo llamamos "mendi”; pero los españoles le llaman "monte”, los franceses " montagne", y los alemanes "berg” si no me equivoco; y tal vez en algún idioma le llamen “zelai” (que en euskera significa llano); y al llano "mendi" (que en euskera significa monte)... ¿Por qué no? La palabra es arbitraria, y elegible libremente.

"No se ve bien qué impediría asociar una idea cualquiera a cualquier su cesión determinada de sonidos" (Sau ssure, Cours 110). Por ejemplo: nuestro ” hamar" y el español "amar”, que son parecidos fonéticamente, no se parecen en nada en cuanto al significado ("hamar" = 10), ni se parecen tampoco nuestro "beso" («brazo) y el español beso; o nuestro "hill" (morir) con elinglés "hill" (colina). Una misma sucesión de sonidos puede corresponder a cualquier idea; una misma serie de sonidos puede corresponder a cualquier significado.

No sólo eso: en esa arbitraria secuencia de sonidos, las mismas letras o partes son libres y arbitrarias. Los vascos no poseemos el mismo sonido ”z" de los españoles( aunque también nosotros utilizamos el signo escrito "z”). Pero los españoles no pronuncian nuestro "tz" ; y ni nosotros ni los españoles empleamos el tipo de "r” empleado por los franceses ( que no es el mismo que el de los ingleses tampoco). Así al pasar de una lengua a otra laco lección de letras o sonidos cambia. Ca da lengua utiliza su serie de sonidos específica.

Pero hay más.

“El signo lingüístico une no una cosa y un nombre, sino UN CONCEPTO y una IMAGEN acústica" (Saussure, Cours 98). Antes de nombrarlas es preciso ordenarlas y clasificarlas previamente. Tal vez este punto, aun tocado más arriba de modo lateral, sea más difícil de entender que los otros.

He citado antes la palabra "mendi". Pero, ¿dónde terminar, los montes, para pasar a las colinas? ¿En qué altura? ¿En cuántos metros se produce el cambio? Es preciso cortar en cierto punto, aun inconscientemente, delimitando el campo de las alturas respectivo.

¿Dónde termina la arena para empezar la gravilla ? ¿Dónde pasa a ser "koskor" ( = un poco mayor que pequeño) lo "txiki” (pequeño) ? He aquí la respuesta: al pasar de una lengua a otra las fronteras respectivas de las palabras cambian. No existe correspondencia idéntica. Ahí surge la dificultad de traducir con exactitud y corrección. Porque las fronteras existentes entrelos significados no son lógicas, sino arbitrarias.

Lo mismo sucede respecto a la fonética: ¿dónde termina la "u”, para dar paso a la "i" ? ¿Dónde termina "a”, para dar paso a "e"? Las fronteras entre sonidos nos parecen lógicas y evidentes en nuestros idiomas vernáculos. Pero son en realidad cosa arbitraria.

 

VARIAS ESTRUCTURAS DE SIGNIFICADOS

 

Empecemos por el análisis de los significados ("signifiés").

Suelen darse dos ejemplos para hacer entender esa ordenación libre y arbitraria que existe en el fondo de las lenguas: una concerniente a la clasificación de los colores, y otra referente a los grados de parentesco. Siendo como son el mejor ejemplo, citemos ambos aquí.

Es cosa demostrada (pues la actual Lingüística, para poder hablar con mayor firmeza, se ha visto llevada a probar incluso esto) que todos los hombres del mundo podemos distinguir los mismos tipos de color. Dicho en una palabra: el fenómeno de la visión es un fenómeno único e invariable en todas las razas. Los colores que podemos hacer aparecer por medio de un prisma (los mismos que aparecen en el arco iris) son los mismos y el mismo conjunto en todo el mundo. Por otra parte (¡atención a este aspecto¡) todas las personas los ven idénticamente. Por consiguiente , tanto el fenómeno por el lado físico como por el lado fisiológico, es idéntico en todos los lugares del mundo.

Como nos enseña la física, el color es un asunto dependiente de la frecuencia. En teoría desde luego pueden existir millares de colores desde el momento en que pueden existir millares de frecuencias. Sin embargo, a la hora de crear las palabras, cuántos? Si los idiomas fueran fundamentalmente lógicos, al analizar ese indefinido campo de los colores, deberían encontrar la misma clasificación de colores, y sólo variarían los nombres de los mismos colores al pasar de una lengua a otra, permaneciendo el ser de los colores y las fronteras entre los mismos totalmente invariables. Hallaríamos en todas partes tres nombres de color , o cinco, veinte, o siete, como suele decirse hoy. Esta cantidad sería determinada por la misma Lógica.

¿Qué enseña, sin embargo, el análisis de las lenguas? Que cada lengua ha ordenado a su modo el campo de los colores; y que varios colores que ha querido nombrar de modo diverso un idioma determinado, aparecen nombrados en otros con un solo nombre; o inversamente. ¿Por qué? Porque no existe clasificación intrínseca o lógica en ese terreno de los colores. La clasificación de los colores es un quehacer arbitrario.

Aristóteles distinguía tres colores. ¿Qué es extraño? Pues, ¿cuántos son? ¿Veintisiete? ¿Diecinueve? ¿Cuántos tipos de rojo distingues tú, lector?, sin embargo, ¿cuántas palabras posees en tu vocabulario? En cualquier idioma, ¿cuántos colores tienen su nombre específico? ¿Cuál posee palabras especiales para todas las frecuencias?

No es malo recordar cómo hemos andado nosotros, los vascos, medio avergonzados, sin poder comprender cómo es posible que se nos haya infiltrado la palabra erdérica ”berde" (igual a "verde")¡... ¿Cómo no poseemos nosotros una palabra castiza y "pura", a pesar de que el País Vasco es bien verde? No sé por qué. Pero bien podría ser que los vascos, aun pudiendo ver el color verde en lo que a la visión respecta, no dieron importancia a esa frecuencia comprendida entre el amarillo y el azul en nuestro idioma; y de ahí que los cascos no poseamos palabra especial para verde (y tampoco la idea¡). ¿Por qué es lógico el distinguir el verde? Hemos tomado de los erdeldunes la distinción del verde; y la palabra nos ha venido con el erdera. A mi juicio, así, al ser erdelduna la moda nueva de distinguir el verde con una palabra específica, se nos metió con la moda erdérica extranjera la palabra erdérica. No hay otra cosa.

La clasificación vasca de los colores no es la del erdera. Nos quedan, a mi juicio, varios restos de ello. Distinguimos en el huevo el "zuringo" (que viene de "zuri", blanco) del "gorringo" (que viene de "gorri", hoy identificado con rojo). Y decimos todavía de algunas vacas que son "gorri" (rojas). Sin embargo, ni la yema ni las tales vacas son rojas del color de la sangre

Nuestra clasificación de los colores no es ni lógica ni la misma de erdera. Nuestro campo de los colores es un aspecto de la visión especia! del mundo por parte de los vascos.

Del mismo modo: es cosa sabida que los antiguos judíos no distinguían en su lenguaje el amarillo del verde. Tampoco Los griegos: la palabra "jloros" significaba amarillo y verde a un tiempo. Pero otros muchos idiomas los distinguían por otra parte.

¿Qué se ve? Que cada lengua organiza a su manera el campo de los colores. Y que después de efectuar esa ordenación (después de esta, insistimos, pues ella es el primer quehacer de T. lengua) comienza los "bautismos". La invención de nombres distintos viene detrás de la organización o clasificación del terreno de los colores. La palabra sigue a la idea; y no a la inversa.

Puesto que esa arbitraria ordenación del campo de los colores cambia al pasar de un pueblo a otro, puede decirse que cada pueblo ve a su manera el fenómeno de los colores. Por ejemplo, los judíos y los vascos no hemos analizado (y nombrado) de modo idéntico el campo de los colores. He ahí una diferencia pequeña. Para hablar de modo matemático, tenemos ahí una diversidad diferencial entre los idiomas en el terreno de los colores.

 

Vayamos ahora al segundo ejemplo.

Al estudiar el fenómeno del parentesco ocurre el mismo fenómeno. El fenómeno externo objetivo (es decir, el parentesco) es el mismo en todo el mundo: el padre es padre en todas partes, el hermano hermano, etc. Y el hombre los ve idénticamente en todo el mundo, e idénticamente puede diferenciarlos. Sin embargo no es esto lo que ocurre.

También este campo ha sido organizado por cada e: gua de modo específico; porque, una vez más, no existe análisis lógico.

Por ejemplo, el vascuence tiene "aita-ama” (en español "padre-madre", en francés "pere-mere", etc.). Pero nosotros poseemos la palabra "guraso" (conjunto de padre y madre) que carece de equivalente en español. Y tenemos "neba" y "araia ’, y "arreba" y "ahizpa" una junto a la otra las cuatro combinadores posibles de hermano) En este punto el vascuence es más rico y preciso que los erderas vecinos. El vascuence ha diferenciado fenómenos que no han separado los erderas.

He ahí un único fenómeno objetivo, un terreno libre y amplio de significados: el que corresponde a la familia. Y he ahí análisis distintos del campo.

Para seguir con un lenguaje matemático, juntemos todas esas diferencias sutiles, integremos todos esos elementos diferenciales en el área de toda la experiencia humana, unamos todas las briznas de diferencia, y se nos aparecerá en su evidencia la especificidad del estilo de un pueblo, la inexplicable personalidad de un pueblo por el lado del pensamiento, la clave de su cultura nacional: lo que Humboldt llamaba "el alma de un pueblo", creado por el idioma.

Puesto que estas diferencias, esas ordenaciones, suceden también en planos más profundos que el de las palabras

Citemos de nuevo solo dos puntos: el que llamamos de la "indeterminación" y el de la diferencia existente entre verbos "reales" e "irreales".

Se ha citado frecuentemente en qué consiste la "indeterminación" (véase el folleto de "Euskal Idazkaritza", Bayona, 1964). En español existen sólo dos números: singular y plural, hombre-hombres. Lo mismo que en francés. El vascuence por el contrario posee 3: gizon, gizona y gizonak. A cada uno de ellos corresponde una manera específica de declinación. ¿Por qué? Porque expresamos de modo distinto nuestra experiencia humana, en lo referente al número, en vascuence y en español, en vascuence y en erdera incluso muchas veces. Y esto no solo nosotros pues te que cada lengua analiza a su manera. E: lo que respecta al número, por ejemplo algunas lenguas poseen un cuarto número más: el dual (como en griego antiguo), que corresponde a los objetos dobles. Y según dicen algunas lenguas de Australia poseían análogamente un trial.

En cuanto a la acción del verbo, tampoco analizamos todos los fenómenos del mismo modo. Los vascos, por ejemplo, cuando hablamos vascuence (no simplemente en no erdera, o en anti-erdera!) distinguimos de modo evidente en nuestros verbos ¡as acciones ya sucedidas de las acciones que están por suceder: “aipatu du” (ha citado), pero "aipa dezake" (puede citar, pero no ha citado todavía); "erori zan." (se cayó); pero "eror zitekean" (se podía caer). En los erderas contiguos no corresponde ninguna diferencia lingüística a esa diferencia del fenómeno. Analizamos la cosa de un modo distinto. Para hablar exactamente, miramos y expresamos de modo distinto.

En una palabra, a causa de esas distinciones y modos de juzgar distintos, las palabras y los sufijos no cubren en todos los idiomas la misma superficie de significado, no engloban la misma parte o región semántica.

Volviendo al parentesco, nuestra palabra "arreba" cubre una superficie semántica más pequeña que la erdérica "hermana". Ixabel es "ahizpa" de Maite, pero "arreba" de Joseba; mientras que, en español, Ixabel es "hermana" en ambos casos. (El español no distingue hermana de hermana y hermana de hermano, como el vascuence.). El vascuence ha repartido en más porciones el campo de los hermanos y hermanas. Por eso, en ese campo, nuestras palabras tienen una amplitud menor que sus semejantes erdéricas.

Así no es la Lógica quien ha fijado las fronteras de extensión de la palabra "arreba", sino las palabras contiguas de la propia serie.

La ley de los idiomas es una ley interior, no una ley venida de fuera al idioma. Esas ordenaciones originales encuentran su equilibrio interno las unas para con las otras, en mutua lucha, en el terreno de significados en cuestión. Esas partes de clasificación u ordenación son “estructuras”.

La estructura es "un todo formado de fenómenos solidarios, tales que cada uno depende de los otros, y no puede ser lo que es sino en y por su relación con ellos" (Lalande, Dict. Philos.).

Levi Strauss ha explicado de modo semejante la característica fundamental de la estructura: "Una estructura ofrece un carácter de sistema. Consiste en elementos tales que una modificación cualquiera de uno de ellos acarrea una modificación de todos los demás”. (Levi Strauss, Anthrop. Struct. , 306). Es suficiente el cambio de una parte, para que toda la estructura pierda su equilibrio interno.

No es posible, por consiguiente, tomar o analizar las palabras aisladamente. Es la palabra "ahizpa" la que determina los límites de la palabra "arreba": si se pierde una de las dos, la superficie semántica de la otra aumenta. Los tratamientos de "zuka" y debe rorika" limitan el de "hika". Cuando se pierde uno de los tres, cambian los otros dos, ocupando la superficie nueva; y colocando en otro tipo de equilibrio el campo de los tratamientos.

Las palabras han de ser tomadas en grupos, y han de analizarse en grupos, pues surgen y viven en grupos.

Pues las palabras de los grupos se determinan mutuamente dentro de los grupos. No existen palabras aisladas: no hay sino grupos de palabras.

 

Esos grupos de palabras no hacen sino bautizar las clasificaciones opera das previamente en el plano de las ideas.

Saussure da varios ejemplos luminosos. Expliquemos a su manera el ejemplo del campo de las plantas.

En un principio (los niños, por ejemplo; o cuando empezamos a estudiar un idioma que no es el nuestro) nombramos todo el campo de las plantas sin diferenciación alguna. Supongamos que hemos aprendido en primer lugar la palabra ''hierba”: llamamos "hierba” a todas las plantas. En ese momento, la palabra ''hierba", ella sola, cubre todo el campo de significados de las plantas.

Pero en un momento determinad —supongamos— aprendemos la palabra "arto" (maíz). En ese momento, todas las plantas distintas del maíz seguirán llamándose "hierba" para nosotros. He ahí la segunda fase, el segundo equilibrio lingüístico. Tal vez cuando veamos trigo diremos también "arto”. Por lo demás, excepto ante el maíz, diremos "belar" (hierba). Sin embargo, como se deduce evidentemente, la superficie de significado de la palabra "belar" no es "lógica", sino que viene limitada y restringida por la palabra "arto".

Sin embargo, más tarde diferenciaremos otra idea. ¿Por qué? Así como consideramos un día que la hierba y el maíz son diferentes (por el fruto o por loque sea), ahora, distinguiremos "arto" y "gari" (trigo). (Evidentemente, primero distinguimos en nuestro entendí miento, por considerarlos diferentes en si, por ejemplo el grano de maíz y el grano de trigo). Tras haber separado ese tipo de hierba en nuestro interior, lo bautizaremos "gari" (trigo).

Posteriormente, veremos que con el tiempo la hierba se convierte en algo que consideraremos distinto; y decidiremos bautizar a ese algo. He ahí la palabra "lasto" (paja), limitada de nuevo pollas palabras ya existentes anteriormente» Y así sucesivamente. A medida que se multiplican nuestras palabras en ese campo de las plantas, se irá empequeñeciendo la superficie semántica de cada palabra; y nuestro idioma se irá haciendo ca da vez más preciso y agudo en ese campo, tomando las palabras cada vez un sentido más concreto. Porque, lo repetimos, "el valor de cada termino queda determinado por lo que le rodea" (Cours 160).

Ese proceso de clasificación no solo sucede en las palabras. Pueden encontrarse ordenaciones específicas en la su fijación, en todas las partes de la moría logia.

Tomemos como ejemplo el imperativo verbal. En el vascuence actual decimos "esan zazu" , dilo: dilo ahora mismo, y dilo el año que viene. En lo que respecta a los modos imperativos se nos ha pegado la visión erdérica. Pero poseíamos en antiguo vizcaíno otra estructuracion de las formas imperativas, que era específica nuestra (léase "Eskuliburua", de Añíbarro). Y nos expresábamos del modo siguiente: "esan egizu ora intxe" (dilo ahora mismo); pero "esan eikezu datorren urtean" , (dilo el año que viene). Es decir, que nuestros imperativos y Los imperativos españoles no recubrían la misma superficie semántica. (El lector ha podido observar la diferencia de auxiliar: "egizu" cuan do la orden implica ejecución inmediata, "eikezu" cuando la orden es diferida; matiz que no existe ni en español ni en francés).

 

ESTRUCTURAS EN LOS SONIDOS SIGNIFICANTES

 

Ocurre lo mismo con los "signifiant" , con los sonidos lingüísticos o sonidos significantes.

A mi juicio un ejemplo que tomare de la música explica bien las elecciones que efectúa la lengua en el terreno de la fonética.

Por lo que nos enseña la física, el tono de los sonidos es, una vez más, cuestión de frecuencias (como ocurre también con los colores). Puesto que aquí son posibles todas las frecuencias (aquí no hay limitaciones cuánticas... ) todas las notas resultan posibles. Es decir: tantas como se quiera. ¿Cuántas escogeremos entre las frecuencias "f" y "2 f” ?

Nosotros los occidentales hemos elegido doce intervalos, tomando como base la llamada "escala de Bach". Toda nuestra música ha sido creada según esa base o estructura fónica.

Pero podía hacerse otra elección de escala base. Hoy mismo existen en Asia músicas que no se han plegado a esa escala; y, por lo poco que yo he oído, no cabe duda de que son tan hermosas como la nuestra.

 La lengua actúa exactamente de esa misma manera con respecto a los fonemas lingüísticos. Son muchos los sonidos que puede producir oralmente el hombre; pero las lenguas proceden a una e lección de entre todos ellos (cada lengua hace su propia elección), y sólo utilizan varios de entre ellos. Cada lengua posee su propia “escala de Bach”, cada cual distinta; y todas ellas surgidas por caminos lejanos de toda Lógica.

Cada lengua tiene, por ejemplo, en el terreno de las vocales, su propio grupo vocálico, su propia estructura de vocales. En el actual vascuence distinguimos cinco tipo de vocales (los suletinos seis, más castizamente, creo yo); y esas cinco vocales ocupan hoy la misma extensión fonética que en español. Pero en francés existen otras varias vocales( sus "eu", "u" , "i (n)", etc.). Es distinta igualmente la "escala" de vocales o estructura del inglés. Las lenguas organizan de modos diferentes el campo fonético de las vocales. Las fronteras entre vocales no son lógicas, ni las impone nada externo: en cada lengua las fija el equilibrio Ínter no del grupo vocálico propio.

Puede hacerse el mismo análisis entre las consonantes: cada idioma escoge algunas de entre todas las posibles; y en el grupo escogido reina siempre una especie de equilibrio interno.

El valor de las letras se concretiza en esos grupos: "el valor de las letras consiste en diferencias" (Saussure, Cours 165). Por consiguiente, hay en cada lengua estructuras fonéticas, delimitadas conjuntamente y las unas con relación a las otras. No son estas lógicas sino arbitrarias.

En una palabra: en cada lengua "no existen sino esas diferencias reciprocas" (Cours , 166); todo "consiste en esas relaciones mutuas" (171). Visto por el interior, cada lengua es un universo estructurado.

 

LA PERSONALIDAD DE UN PUEBLO RESIDE EN LA LENGUA

 

Es cosa evidente que en las primeras audiciones son Los sonidos de las palabras lo que más nos extraña en un idioma desconocido (todos los “tuskaldun-berris” son puristas al principio).

Pero cuando se analiza el asunto más profundamente, aparece que la verdadera especificidad está mucho más en los fundamentos: la especificidad es doble, y se produce simultáneamente en dos planos.

Tomemos una hoja de papel blanco.

Hemos de escribir en una de las caras los significados, las ideas; y en la otra cara, los sonidos, las hileras de sonidos que oye la oreja. La lengua ha de recortar esa hoja de papel de modo arbitrario; y al recortar va a cortar necesariamente las dos caras de la hoja. Para decirlo con palabras de Saussure: "Podemos representarnos el hecho lingüístico en su conjunto, es decir, la lengua, como una serie de subdivisiones contiguas, dibujadas a la vez en el plano indefinido de las ideas confusas y en el no menos indeterminado de los sonidos” (Cours, 156).

Vendryes explica análogamente esta idea: ”el idioma implica la necesidad de recortar, y elabora sus unidades constituyéndose entre dos masas amorfas” (Choix, 19).

Siendo eso así, ¿que refleja mejor la lingüística estructural? "(la clave de la Lingüística estructural es) la convicción, o al menos la suposición más o menos consciente de que lo que caracteriza a un idioma y lo opone a todos los otros, es un tipo de organización sui géneris que transciende cualquier similitud casual entre realizaciones de hecho de unidades aisladas” (Sur la Ling. Estr.). Hoy ya no nos parece nada profundo la pura fonética: según Saussure aun explicado totalmente en qué consisten todos los movimientos vocales para lograr los sonidos, el problema lingüístico no se habría aclarado ni un ápice.

Casi en los mismos términos afirma Hjemslev: ”las unidades reales del lenguaje no son sonidos, caracteres escritos ni significados: las unidades reales del lenguaje son los elementos relacionados que estos sonidos, caracteres y significados representan. Lo más importante no son los sonidos, caracteres y significados como tales, sino sus relaciones mutuas dentro de la cadena del habla y dentro de los paradigmas de la gramática.

Estas relaciones forman el sistema de una lengua, y es el sistema interior lo que es característico de una lengua como opuesta a otras lenguas; mientras que la representación por sonidos, caracteres y significados es irrelevante para el sistema y puede ser cambiada sin afectar al sistema”.

Esas relaciones entre las palabras y entre los sonidos, son los sistemas de la lengua; o las estructuras de la lengua: "(llamamos estructura) a ”la jerarquía y el equilibrio que, en cada estado del sistema de conjunto de la lengua, se establece entre los sistemas parte de la lengua y entre los elementos de ese sistema” (Granai-Gurvich, II, p.269).

 

Diré de nuevo en voz alta que la estructura de las lenguas no es un capítulo de la Lógica, y citaré en apoyo de esa idea diversas opiniones; diré que no surge de por sí, que no es un invariante; que se transforma radicalmente al pasar de una lengua a otra, que es una cuestión de elección. Y he mostrado una y otra vez que la misma esencia de la lengua, y su característica principal, es esa estructura; o el estilo especial de ese conjunto de estructuras.

Y ésa es la clave.

Porque, si el idioma no es lógico, ¿quién le ha dado y por qué la estructura interna que posee?

La respuesta es fácil: ES EL PUEBLO QUIEN LE HA DADO LIBREMENTE esa especificidad o casticismo. Puesto que la lengua no es una creación lógica, es EL PUEBLO quien ha formado la lengua de cabo a rabo; es EL PUEBLO quien la ha creado y concretizado según exclusivamente su propia manera de ver las cosas. Es EL PUEBLO quien ha llevado el idioma a ser lo que es. Es EL PUEBLO quien ha resaltado este fenómeno, y olvidado aquél.

La creación máxima de un pueblo, el instrumento principal de un pueblo, es la lengua. ¿Por qué una lengua es así y no de otro modo? No lo sabemos. Nadie lo sabe. Pero es TODA LA NACION la que lo ha querido así a lo largo de los siglos, PORQUE HA ELEGIDO ASI, porque HA SENTIDO ASI. Porque el genio poético de la nación lo ha creado así.

Es el pueblo quien ha hecho la lengua: lo ha concretizado según su manera de ser, según su manera de pensar, sus técnicas y sus más profundas tendencias. Ha actuado tan profundamente incluso, que algunas elecciones lingüísticas parecen haberse impuesto inconscientemente.

La creación más fundamental de un pueblo es la lengua, que es la base de la cultura nacional. En una palabra: EL ALMA DE UN PUEBLO ES EL IDIOMA.

Humboldt tenía razón. Los actuales estructuralistas nos han enseñado de nuevo una antigua verdad.

 

OPINIONES DE VARIOS LINGÜISTAS ACTUALES

 

Esta idea es muy importante para nosotros, patriotas vascos. Sobre todo siendo abundantes entre nosotros las "euzkotar-kadas"...

Y será bueno, aunque terna que pueda resultar algo pesado, el citar varias opiniones de los más famosos lingüistas actuales. A mi juicio, algunos vascófilos me agradecerán este chaparrón de citas, pues parecen a veces un poco atemorizados.

Por lo que dicen los lingüistas, la lengua es para la etnia algo semejante a un par de gafas: '‘Depositaría de la experiencia acumulada por las generaciones pasadas, (la lengua) da a la generación futura una forma de ver, una interpretación del universo; le entrega un prisma a través del cual deberá ver el mundo" (Ullmann).

Bien lejos han quedado los cortos y gratuitos juicios de los "sacos de palabras"¡¡¡

Cassirer opina lo propio: "El mundo no es solamente comprendido y pensado por el hombre por medio del lenguaje; su visión del mundo y la forma de vivir esta visión están ya determinadas por el lenguaje".

A juicio de Whatmough la Lógica de Occidente ha salido de las lenguas de Occidente; y por eso no es la misma Lógica que las de Asia y África.

Wartburg dice lo mismo aproximadamente: "la lengua es la expresión de la forma bajo la cual el individuo ve el mundo y lo lleva en el interior de sí mismo". Y J. Trier, por el mismo camino: "Cada lengua crea una imagen de la realidad completa, y que se basta a sí misma. Cada lengua estructura la realidad de un modo particular... En la medida en que esa estructuración constituye la esencia fundamental de la lengua, todos los elementos lingüísticos son resultados de esa estructuración”.

El sabio Martinet incluso dice, con energía: "Ahora hemos aprendido a medir hasta qué punto es la lengua que hablamos la que determina la visión que tiene del mundo cada uno de nosotros... La estructura lingüística que el individuo recibe de su ambiente es responsable esencialmente de la forma en que se organiza su concepción del mundo".

La conclusión en el interesante libro "Les Problemes Theoriques de la Traduction" por parte de Mounin su autor, es la misma: "La situación de las diversas lenguas con relación al mundo de la experiencia humana -según la tesis de Humboldtes exactamente la misma: hablan todas del mismo objeto, pero jamás desde el mismo punto de vista" (5Z). Y en otro lugar: "Aunque a veces puede parecer de otro modo, aun siendo los mismos los fenómenos exteriores y objetivos, las lenguas no los analizan idénticamente" (48).

El francés Albert Dauzat cree también encontrar por ahí mismo la clave de la fuerza de los idiomas: "Cada pueblo se ha constituido poco a poco una verdadera mentalidad colectiva" (La Phil. du Lang. , 44). Y dice más adelante: "La lengua es el espejo de los pensamientos de un pueblo". Lo mismo dice Perrot: "Se puede tener por cierto que la estructura de una lengua está en relación con la mentalidad, las instituciones y la civilización material de los hombres que la hablan" (La Linguistique, 127). Levi Strauss da exactamente la misma opinión al comparar Lengua y Cultura, diciendo que aquella es el apoyo de ésta (véase Anthropologie Structurale, p.78).

Actualmente está puesta en duda la seguridad de que nuestra mentalidad de europeos sea "lógica" y obligada. La antigua seguridad se ha vuelto presunción; El gran lingüista Benveniste ha probado no hace mucho tiempo que las categorías lógicas de Aristóteles no son sino las categorías gramaticales del griego, disimuladas bajo terminología filosófica¡¡¡

Otro de los más grandes sostiene idénticos pareceres (véase La Langue et la Sociéte, Alf Sommcrfelt, 9).

Basados en todo esto, decide Benveniste: "Nuestro universo ideológico ha sido preformado por nuestra lengua;... Las categorías mentales y las leyes del pensamiento no hacen, en una gran proporción, sino reflejar la organización y la distribución de las categorías lingüísticas".

Mauthner sostiene esas ideas de Benveniste y Sommerfelt: "Si Aristóteles hubiera sido indio dakota, su lógica hubiese sido distinta con toda seguridad".

No esperábamos eso los euskaltzales...

Todos opinan idénticamente. A juicio del marxista Cohen: "cada pueblo tiene por Lógica la lógica que le sugiere su sintaxis". Y Masson Oursel: "Cada sociedad tiene por lógica los razona mientes que le inspira la sintaxis de su lengua".

Algunos creen, sin embargo, que estas ideas no son sino la antigua tendencia alemana. Citan a Humbolt, Wundt, Vossler; y dan por viejas esas ideas. Por eso no cito opiniones antiguas; por más que siendo euskaltzale lo haría con gusto. Todas las citas de las líneas anteriores son OPINIONES DE LOS ACTUALES LINGÜISTAS. Quienes las han dado son presidentes y jefes de línea en los Congresos de Lingüística, Los lingüistas de Europa van hoy por ese camino.

Pero los americanos han ido aún más lejos por este camino, con Whorf y Sapir a la cabeza.

Lee Whorf ha hecho profundos estudios sobre las antiguas lenguas de America. Y dice lo siguiente sobre los indios Hopi: "El observador hopi concibe los acontecimientos de una manera diferente de como lo haría alguien cuya lengua materna sea el inglés"... “Una lengua , es un recortamiento operado en la película ininterrumpida de nuestra visión, del mundo... Ordenamos la naturaleza según caminos trazados de antemano por nuestras lenguas vernáculas”. Y en otra ocasión: "Cada lengua es un vasto sistema de estructuras, diferente del de otras lenguas en el cual son ordenadas culturalmente las formas y las categorías por las cuales el individuo, no solo comunica; sino analiza la naturaleza, aprecia o aprecia tal o tal tipo de fenómenos o de relaciones, en los cuales moldea su forma de razonar, y por medio de los cuales construye el edificio de su conocimiento del mundo".

Se conoce eso con el nombre de Postulado de Sapir-Whorf. Y puede explicarse así; una única verdad física no es vista necesariamente por todos los observadores de la misma forma, pues estos no sacan la misma imagen de dicho fenómeno. Los observadores necesitan para eso el cumplimiento de una condición: que las organizaciones internas o ESTRUCTURAS de las lenguas de dichos observadores sean semejantes. De lo contrario, si las estructuras lingüísticas de los observado res son distintas, SE PRODUCEN NECESARIAMENTE DIFERENCIAS AL ANALIZAR LOS FENOMENOS. En estos casos es preciso fijar las fórmulas y técnicas que permitan pasar de una lengua a otra como en los cambios de coordenadas (hasta tienen nombres idénticos los postulados de Whorf y Einsten).

El propio Whorf da una explicación detallada en sus "Les Sciences Naturelles et la Linguistique": "Así ha surgido lo que yo llamo "Postulado de Relatividad Lingüística"; es decir, que los hombres que emplean gramáticas diferentes, llegan a visiones totalmente d£ fe rentes y entienden de modos diversos los acontecimientos exteriores. Y eso porque no equivalentes como observado res ni comparables. Por eso llegan a teorías distintas respecto al mundo". Podría citar páginas enteras de Whorf en que habla invariablemente en este sentido.

Pero recientemente la lengua le parecía aún, puro" ropaje del pensamiento" a uno de los "euzkozales" de "Tierra Vasca"...Así están nuestros "intelectuales" ¡¡¡

Sea suficiente lo dicho.

Hemos analizado por dentro el fundamento de la lengua.

Como se ve, la manera de ser y la lengua de un pueblo están íntimamente ligados, cosidos, fundidos, des de las raíces.

Por lo que se ve, por tanto, y por lo que nos enseña la Ciencia del siglo XX, cabe decir con toda frialdad, y hay que decirlo que si muriera el vascuence el Pueblo Vasco perdería su manera de ser específica su personalidad espontánea, su tipismo específico, su vasquismo; que perdería, en una palabra, TODA SU ALMA NACIONAL.

¿Qué ha hecho el Pueblo Vasco?

¿Qué le ha dado su ser específico?

¿Qué ha creado su nacionalidad? ¿Qué nos mantiene vivos nacionalmente?

¿Qué nos distingue? ¿Qué nos da nuestra alma vasca? NADA MAS QUE EL EUSKERA.

Txillardegi

 

- Traducido del Euskera. "Branka", Nº1-