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Hace 25 años que desapareció Maddi Heguy

 


Madi Heguy, Militante abertzale de Heleta, detenida 21 de mayo de, de 1985
Tras las declaraciones de un salatari ([1]). Condenada a una pena de cuatro años, Maddi se escapó de la prisión de Pau el 13 de diciembre de 1986 en compañía de Gabi Mouesca y gracias la intervención de un comando de Iparretarrak.

 

MADDI prisionera.

Un mes más tarde, durante una conferencia de prensa clandestina, Maddi explica las circunstancias de su detención: "El 21 de mayo, a las 8 de la mañana, con el pretexto de un control de tráfico, la PJ y la gendarmería me interceptan en el camino al trabajo. Después de un registro en mi domicilio de Macaye que se demuestra infructuoso, soy conducida a las instalaciones de la PJ de Bayona. Es entonces cuando me entero que la detención de esta mañana resulta de las declaraciones confidenciales de un informante llamado Olhagaray. Entonces, rápidamente, me llevan a mi antigua casa de Anglet, donde me responsabilizan del descubrimiento de armas de IK, descubierto en el sótano contiguo a este apartamento, dejado hace más de seis meses. Para justificar mi responsabilidad en este caso, las fuerzas de represión se basan únicamente en las declaraciones de Olhagaray y sin más pruebas, me llueven las inculpaciones. Desde el principio, la táctica que elijo será negarme a cooperar; por lo tanto, permanezco en silencio. Inicialmente, al menos, para más tarde, y en respuesta a la violencia verbal de los policías, voy a optar por contra ataque, interrogando a los inspectores sobre la desaparición de Popo ([2]). [...]

Durante más de un año, los jueces se niegan a la confrontación que exijo con mi detractor. Por otra parte, durante mi juicio, asistimos a una inversión del informante, la justicia no tiene en cuenta a uno de los testimonios, es el contenido de una carpeta de la declaración totalmente vacía. Frente a esta represión ciega, nuestra única arma es oponerse a la negativa. Y frente a este enemigo de los dientes bien largos, cuyo único proyecto es nuestra destrucción, debemos gritar sin miedo y con fuerza en todos los frentes nuestra voluntad de vivir. "

Entonces Maddi recuerda su detención "denigración, desprecio, amenazas, provocaciones: se necesita, por supuesto, una gran fuerza moral para resistir esta verdadera aniquilación de toda la identidad. Además, para una mujer, no es el más fácil frente al ambiente machista... lo dicho, es nuestro activismo, siempre nos hicieron sentir como una parte integral de una comunidad de corazón, de espíritu y de lucha que constituye el baluarte esencial contra todos los ataques."

La voluntad de MADDI

Y Maddi explica su decisión de escapar para volver a la clandestinidad: "En el estado actual de la lucha de liberación en Iparralde, en mi opinión, la inversión militante puede - y debe - ser total. En unos pocos meses, una vez cumplida la sentencia de cuatro años impuesta por el Estado francés, yo me
encuentro libre. Sin embargo, yo no me encontraba satisfecha moralmente por esta situación personal. [...] Para mí, el trabajo por la liberación del pueblo vasco es concebible sólo en la medida que el activista está completamente inmerso entre su propia gente, escuchando las vibraciones que emanan de ese entorno. Ahora, de vuelta a la legalidad, sabía que iba a ser objetivo primordial de matones  contra el movimiento abertzale y mis oportunidades para continuar el combate sería sólo más limitadas. ¿Cómo se olvida de hecho del intento de asesinato que tenía como objetivo Xabier Manterola ([3])? Si nunca se ha reconocido, el montaje oficial, la verdadera intoxicación para convertir a la víctima en bombardero, un valor de firma para nuestros ojos. Esto nos debe dejar ninguna duda sobre el alcance limitado que nos dará a su regreso a la nuestra. Si el compromiso en la lucha de liberación nos hizo objetivos para la represión, estamos más determinados a combatir tan pronto como podamos "en la boca del lobo. "Por lo tanto, en mi primer día en la cárcel, tuve una idea: escapar. [...] La realidad nos desafía: el control policial y la ocupación militar, la economía nula a favor de todo el turismo, la opresión socio-cultural cada vez más embarazosas, etc. Frente a esta enorme empresa de demolición de la sociedad vasca, es nuestra responsabilidad volver la fuerza a  nuestro favor. Si es necesaria la movilización de todos para revertir el proceso deberá Ser, la inversión total de algunos elementos parece esencial. Por mi parte, he optado por pertenecer a esta segunda categoría de militantes. 

  

Un final trágico

Seis meses después de la fuga el 21 de junio de 1987, poco después de las 23h, en el que un 4L tomó la plaza Betti Bidart, Maddi Heguy llega en el cruce de Harrausta (La Négresse) en Miarritze. Conduce por la carretera de Arbona, vira a la derecha delante de un control de la policía y las fronteras aéreas (PAF), hacia Arrangoitze. Entonces un coche de policía la persigue. En el paso a nivel, el 4L se encuentra bloqueado por los carriles de la vía férrea  y el R18 de la PAF se posiciona para inmovilizarla

En su juicio, Betti Bidart declaró: "Mientras Maddi trataba de huir, un policía me retiene a punta de pistola, es entonces cuando el otro pega un tiro, sin previo aviso, sin nunca sentirse amenazado. Esposado y contenido por un oficial de policía, veo al otro llevar a Maddi a la enfermería en el coche. Fue en ese momento en que el tren llega, llevándose todo a su paso".([4])

En el choque, el R18 es cortado en dos. La parte frontal se proyecta contra un poste de cemento, mientras que la parte trasera es arrastrada varios cientos de metros. Maddi fue encontrada carbonizada en este montón de chatarra. El oficial también será encontrado muerto en la cuneta. Para los abertzales, es un duro golpe. El dolor y la rabia aumentan y hay más de setecientas personas que se encuentran en Heleta para el funeral de la joven militante. A pesar de una impresionante ocupación militar de la zona, las iniciales IK aparecieron en el ataúd de Maddi. El sábado siguiente, se rindió homenaje a en Heleta. Una vez más, el pueblo es invadido por los gendarmes y el GIGN sin por ello impedir intervención de IK, aunque esto último debe estar en forma de vídeo.

Después del omenaldi, los trescientos abertzales presentes se dirigen al cementerio a depositar unas flores. El acceso está bloqueado por un grupo de gendarmes y miembros del GIGN. Sin embargo, al final de una situación muy tensa,  los militantes obtienen permiso para pasar.

 

 

 

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Entrevista

«25 años después, Maddi está presente!»

 

Con motivo de los veinticinco años de la trágica muerte de Maddi, Ekaitza se ha reencontrado con uno de sus antiguos compañeros de armas ...

 

Ekaitza: Maddi ¿Por qué se escapó mientras él se quedó con "sólo" unos pocos meses de prisión para salir?

Maddi se explica con mucha claridad (véase el texto anterior): ella eligió vivir en la lucha. ¿Cuántas personas creen en los valores y no se siente actuar en consecuencia? Maddi, actuó de acuerdo a sus convicciones porque era los que -muy raros- viven de acuerdo consigo mismos.

Por otra parte, hay que recordar que en esa época, una tensión muy fuerte atravesaba Iparralde: el GAL había estado allí, los servicios de policía adoptan una actitud más agresiva contra el conjunto abertzale, IK oponen una resistencia sustancial a la opresión francesa. Maddi, Maddi, militante muy determinada, ha vuelto al campo de batalla, poniendo en riesgo su propia libertady su vida. Esta elección fue elogiada por todos sus compañeros de armas que vieron en su compromiso un acto patriótico ejemplar. Maddi estaba muy presente y era muy respetada entre nosotros ...

Ekaitza: La elección de Maddi plantea la cuestión del compromiso ...

El día del entierro de Maddi, su madre había citado los Evangelios: "No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos. "Creo que ésta es una dimensión de amor que vivió Maddi. Hoy en día, mientras que un individualismo desenfrenado reduce el personal a la mínima expresión, es bueno recordar, a través de ejemplos tales como Maddi, que todos somos capaces de dar mucho, de dar todo con una auténtica generosidad.

Es obvio que nuestras propias limitaciones añadidas a las tensiones de la vida es probable que pesan sobre nuestros compromisos. Para los que criticaron -y todavía lo hacen- el compromiso radical de Maddi, quiero preguntar si los riesgos hubieran sido los mismos para Maddi y sus compañeros si todos damos un poco más de nuestro tiempo, nuestra energía, nuestra inteligencia por el bien de nuestro país y para satisfacer nuestras demandas de justicia social? ¿La entrega total de unos pocos no es una señal de fracaso o deserción, de la mayoría?

Ekaitza: Veinticinco años nos separan de estos eventos. Y hoy en día?

Podría decirse que los años ochenta en Iparralde eran nuestros años de plomo. Mucho dolor y muchas lágrimas. Desde entonces, las luchas sectoriales se han logrado algunos éxitos, lo que demuestra, una vez más, si es necesario, las luchas todavía se terminan pagando. Pero estamos lejos de esto, el mínimo de la cual nos permite afirmar que este país, nuestro país es reconocido y que la dignidad del individuo y colectivo que viven en ella se respeta.

Pero la lucha continúa, y este es el punto esencial. En los últimos meses, hemos visto que la reivindicación ejercida por los antiguos camaradas de Maddi, además también por otros - tanto militantes(s) o el partido abertzale- la reivindicación autonómica, es objeto de renovado interés. Es probable que esto nos hace mirar hacia el futuro con optimismo. Los dramas, las injusticias no pueden nada contra el deseo del pueblo para construir un presente y un futuro de justicia y de paz.

Ekaitza: Un pensamiento final, tal vez?

Dentro de la organización Iparretarrak, Maddi fue Uda ([5]). Ahora, el primer día de verano 1987 en el que Maddi falleció en circunstancias que no pudieron ser más trágicas. El sol no muere ... y Uda, que materializa el compromiso de la hembra, es definitivamente parte de la memoria de las luchas de este país. Uda está con nosotros, irabazi arte! ([6])

(1) Uda: en verano Vasco (2) Hasta la victoria.

 

 

 

 

  

 

21 juin 1987 - 21 juin 2007 :

Il y a vingt ans disparaissait Maddi Heguy

addi Héguy, Militante abertzale

d'Heleta,est arrêtée le 21 mai 1985

à la suite des déclarations d'un salatari (1). Condamnée à une peine de quatre années d'em- prisonnement, Maddi va s'éva- der de la prison de Pau le 13 décembre 1986, en compa- gnie de Gabi Mouesca et grâce à l'intervention d'un com- mando d'Iparretarrak.

MADDI PRISONNIÈRE

Un mois plus tard, lors d'une conférence de presse clandestine, Maddi s’explique sur les circons- tances de son arrestation : « Le 21 mai, à 8 h du matin, sous prétexte d’un contrôle routier, la PJ et la gendarmerie m’interpellent sur le chemin du travail. Après une perquisition à mon domicile de Macaye qui s’avère infruc- tueuse, je suis conduite dans les locaux de la PJ de Bayonne. C’est alors seulement que j’apprends que cette arrestation matinale résulte des déclarations providentielles d’un indic nommé Olhagaray. Puis, très vite, on me conduit à mon ancien domicile d’Anglet où je me vois attribuer la responsabilité de la cache d’armes d’IK, découverte dans la cave attenante à cet appartement, quitté depuis plus de six mois. Pour justifier ma responsabilité dans cette affaire, les forces de répression ne se fondent que sur les dires d’Olhagaray et, sans plus de preuves, les incul- pations pleuvent. Dès le départ, la tactique que je choisis va consister à refuser de collaborer ; je resterai donc muette. Au départ, du moins, car par la suite, et pour répondre à la vio- lence verbale des policiers, je vais opter pour la contreattaque, en interpellant les inspecteurs sur la disparition de Popo (2). [...] Pendant plus d'un an, les juges me refuseront la confrontation que j’exige avec mon détracteur. De plus, lors de mon procès, si l’on assiste à un revirement de l’indic, seul témoin à charge, la justice n’en tient nullement compte, elle se contente d’un dossier d’instruction totalement vide. Face à cette répression aveugle, notre seule arme consiste à opposer le refus. Et, face à cet ennemi aux dents bien longues, dont le seul projet est notre anéantissement, il nous faut sans peur et avec force crier sur tous les fronts notre volonté de vivre. »

Puis, Maddi évoque sa déten- tion : « Dénigrement, mépris, menaces, provocations : il faut, c’est certain, une grande force morale pour résister à cette véri- table entreprise d’anéantisse- ment de toute identité. En outre, pour une femme, affronter le machisme ambiant n’est pas le plus facile... cela dit, c’est bien notre militantisme, le fait de nous sentir toujours partie intégrante d’une communauté de cœur, d’esprit et de lutte qui constitue le rempart essentiel contre toutes les attaques. »

LE VA-TOUT DE MADDI

Et Maddi d’expliquer son choix de s’évader pour retourner à la clandestinité : « Dans l’état actuel de la lutte de libération en Ipar- ralde, à mon sens, l’investisse- ment militant ne peut – et ne doit – être que total. D’ici quelques mois, une fois la peine de quatre ans infligée par l’Etat français accomplie, j’allais me retrouver libre. Cependant, je ne pouvais me satisfaire morale- ment de cette issue personnelle. [...] Pour moi, œuvrer à la libération du peuple basque ne se conçoit que dans la mesure où le militant est immergé complète- ment parmi les siens, à l’écoute des vibrations qui émanent de cet environnement. Or, de retour dans la légalité, je savais perti- nemment que je serais la cible privilégiée des matraqueurs du mouvement abertzale et que mes possibilités de continuer le com- bat n’en seraient que plus limitées. Comment en effet oublier la tentative d’assassinat qui a visé Xabier Manterola (3) ? S’il n’a jamais été reconnu, le montage policier, véritable intoxication visant à convertir la victime en poseur de bombes, a valeur de signature à nos yeux. Cela ne doit nous laisser aucun doute sur la faible marge de manœuvre qu’on nous accordera une fois de retour parmi les nôtres. Si l’engagement au sein de structures de la lutte de libération fait de nous des cibles pour la répres- sion, nous ne sommes que plus déterminés à la combattre dès que nous tombons “dans la gueule du loup”. Ainsi, dès mon premier jour de prison, je n’ai eu qu’une idée : m’évader. [...] La réalité nous interpelle : qua- drillage policier et occupation militaire, néant économique au profit du tout tourisme, oppres- sion socio-culturelle toujours plus prégnante, etc. Face à cette immense entreprise de démolition de la société basque, la res- ponsabilité de retourner le rap- port de force en notre faveur nous incombe. Si la mobilisation de tous est nécessaire pour inver- ser le processus, l’investissement total de certains me paraît éga- lement essentiel. Pour ma part, j’ai choisi d’appartenir à cette seconde catégorie de militants. »

UNE FIN TRAGIQUE

Six mois après l’évasion, le 21 juin 1987, peu après 23h, une 4L dans laquelle ont pris place Betti Bidart et Maddi Héguy arrive au carrefour de Harrausta (La Négresse) à Miarritze. Débouchant sur la route d’Arbona, elle bifurque sur la droite devant un contrôle de la police de l’air et des frontières (PAF), en direction d’Ar- rangoitze. Une voiture de police la prend alors en chasse. Au pas- sage à niveau, la 4L se retrouve bloquée par les rails de la voie fer- réeetlaR18delaPAFseposi- tionne de façon à l’immobiliser.

Lors de son procès, Betti déclarera: « Tandis que Maddi essaie de fuir, un des policiers me tient en joue avec son arme, c’est alors que l’autre tire un coup de feu, sans sommation, et ce sans jamais avoir été menacé. Menotté et tenu en respect par un policier, je vois l’autre ramener Maddi et l’enfermer dans la voiture. C’est à ce moment-là que le train arrive, emportant tout sur son pas- sage ». (4)

Sous le choc, la R18 est coupée en deux. L’avant est projeté contre un poteau en ciment, tandis que l’arrière est traîné sur quelques centaines de mètres. Maddi est retrouvée carbonisée dans cet amas de ferrailles. Le policier sera lui aussi retrouvé mort, dans le fossé. Pour les abertzale, c’est un coup dur. Le chagrin et la colère enflent et ce sont plus de sept cents personnes qui se retrouvent à Heleta pour les obsèques de la jeune militante. Malgré une impression- nante occupation militaire des environs, le sigle d’IK fait son apparition sur le cercueil de Maddi. Le samedi suivant, un hommage lui est rendu à Heleta. Là encore, le village est investi par les gendarmes mobiles et le GIGN, sans pour autant empêcher ni le déroulement de l’ome- naldi ni l’intervention d’IK, même si cette dernière doit se faire sous forme de vidéo.

Après l’omenaldi, les trois cents abertzale présents se dirigent vers le cimetière pour y déposer des fleurs. L’accès est barré par un groupe de gendarmes mobiles et

de membres du GIGN. Néan- moins, à l’issue d’un épisode très tendu, les militants obtiennent la libération du passage.

(1) Un « salatari » est un indi- cateur de la police.

(2) Popo Larre a participé à la fusillade du camping de Léon le 7 août 1983 qui a opposé des mili- tants d’IK à la gendarmerie. Sans nouvelles de lui depuis vingtquatre ans, l’organisation politico- militaire a toujours attribué cette « disparition » aux services de l’Etat français.

(3) Xabier Manterola, militant d’IK, a passé plusieurs années en prison. Une fois sorti, il est victime d’un attentat auquel il réchappe miraculeusement.

(4) C’était le Paris-Madrid.

 

À l’occasion des vingt ans de la disparition tragique de Maddi, Ekaitzaa rencontré l’un de ses anciens compagnons d’armes...

Ekaitza : Pourquoi Maddi s’est-elle évadée alors qu’il ne lui restait « que » quelques mois de prison à purger ?

Maddi s’en est expliquée de façon très claire (lire texte ci-des- sus): elle a choisi de vivre dans la lutte. Combien de personnes croient en des valeurs et n’agis- sent pas en conséquence ? Maddi, elle, a posé des actes conformes à ses convictions car elle était de ceux qui – trop rares – vivent en accord avec eux-mêmes.

Par ailleurs, il faut rappeler qu’à cette époque-là, une très forte tension traversait Iparralde: le GAL était passé par là, les services de police adoptaient une attitude des plus agressives à l’encontre des abertzale, tandis qu’IK opposait une résistance non négligeable à l’oppression française. Maddi, militante très déter- minée, a fait le pari risqué du retour dans l’arène des luttes, remettant en jeu sa propre liberté, et sa vie. Ce choix avait été salué par tous ses frères d’arme qui voyaient dans son engagement un acte patriotique exemplaire. Maddi était très res- pectée parmi nous...

Ekaitza : Le choix de Maddi pose la question de l’engage- ment...

Le jour de l’enterrement de Maddi, sa mère avait cité les évangiles: « Il n’y a pas de plus grand amour que de donner sa vie pour ses amis. » Je crois que c’est bien cette dimension de l’amour qui habitait Maddi. De nos jours, alors qu’un individualisme débridé réduit l’investissement personnel au minimum, il est bon de se rappeler, grâce à des parcours tels que celui de Maddi, que nous sommes tous capables de donner beaucoup, de tout donner dans une authen- tique générosité.

Il est bien évident que nos propres limites ajoutées aux contraintes de la vie sont de nature à peser sur nos engagements. À ceux qui ont critiqué – ou continuent de le faire – l’engagement radical de Maddi, j’ai envie de demander si les risques auraient été les mêmes pour Maddi et ses compagnons si nous avions tous donné un peu plus de notre temps, de notre énergie, de notre intelligence pour l’amour de notre patrie et pour répondre à nos exigences de justice sociale ? Le don total de quelques-uns n’est-il pas le signe de la défaillance, voire de la désertion, du plus grand nombre ?

Ekaitza : Vingt années nous séparent de ces événements. Et aujourd’hui ?

On peut dire que les années quatre-vingt en Iparralde ont été nos années de plomb. Beaucoup de douleur et beaucoup de larmes. Depuis, des luttes secto- rielles ont apporté quelques acquis, démontrant, s’il le fallait encore, que les luttes finissent toujours par payer. Mais nous sommes loin du compte, du minimum qui nous permettrait d’affirmer que ce pays, notre pays est reconnu et que la dignité individuelle et collective de ceux qui y vivent est respectée.

Mais la lutte continue, et c’est bien cela l’essentiel. Ces derniers mois, nous avons vu que la reven- dication portée par les anciens camarades de lutte de Maddi, mais aussi par d’autres – militant(e)s ou parti abertzale – la revendication autonomique, faisait l’objet d’un regain d’intérêt. Cela est de nature à nous faire envisager l’avenir avec optimisme. Les drames, les injustices ne peu- vent rien contre le désir du peuple de construire un présent et un futur de Justice et de Paix.

Ekaitza : Une dernière réflexion peut-être ?

Au sein de l’organisation Ipar- retarrak, Maddi était Uda (1). Or, c’est le premier jour de l’été 1987 que Maddi nous a quittés dans des circonstances on ne peut plus tragiques. Le soleil ne meurt pas... et Uda, qui incarnait l’en- gagement au féminin, fait défi- nitivement partie de la mémoire des luttes de ce pays. Uda est avec nous, irabazi arte ! (2)

(1) Uda : l’été en euskara (2) Jusqu’à la victoire.

Interview :

« vingt ans après, Maddi est toujours là ! »

 

[1] Un “salatari” es un informante de la policía.

[2] Popo Larre participó en el tiroteo del camping de León el 7 de agosto de 1983 cuando los militantes de IK se enfrentaron a los gendarmes. No hay noticias de él desde hace 25 años, la organización político-militar siempre ha atribuido la "desaparición" a los servicios del Estado francés.

[3] Xabier Manterola, militante de IK , pasó varios años en prisión. Una vez fuera, sufrió un atentado del que sobrevive milagrosamente.

[4] Fue el París-Madrid.

[5] Uda: el verano en euskara

[6] Hasta la victoria

 

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