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Algunos aspectos del desarrollo capitalista actual

La civilización capitalista no es mas que una de las mil formas históricas que ha podido tomar la civilización humana. Es esta forma de civilización que convierte la vida humana en un gran bazar en el que se compra y se vende todo; en el que todo vale en función de su capacidad de cambio; y en el que todo, incluso la persona humana, es susceptible de transformarse en mercancía.

El capitalismo aparece en la historia como una tempestad que azota a la humanidad y toma hoy la fuerza de un enorme maremoto en el que la dimensión de la ola refleja la magnitud del desastre. Un maremoto en el que el enorme nivel de acumulación de capital producido refleja también el enorme nivel de miseria visible y (en el intrincado y cuasi infinito mundo de la naturaleza humana) que oculta a su vez el muy superior nivel de miseria intangible.

Tras la caída del socialismo real, el capitalismo aparece como un maremoto orgulloso, descarnado, salvaje, que tras el dorado y luminoso panel del "nuevo orden internacional" esconde un insolente abismo de desarraigo y exclusión que adquiere la magnitud de un enorme drama universal.

Esta Ponencia, no pretende abordar el análisis riguroso de un maremoto tan complejo, dinámico y terrible para nuestro pueblo y nuestra humanidad. Con muchísima menor ambición, trataremos de reflejar algunas variables significativas que nos permitan identificar la época actual.

 

1.- La contradicción entre el carácter social de las fuerzas productivas y el carácter privado de la propiedad en el capitalismo

se traduce en el funcionamiento de una sociedad que no utiliza los avances económicos, técnicos y científicos al servicio de los intereses de la mayoría social, sino que al contrario los implementa en base a los exclusivos intereses privados de los detentores de los medios de producción. La dinámica de funcionamiento implica aquí:

Así, los datos fríos demuestras la existencia de una bolsa de pobreza de mas de 1.200 millones de personas, mientras que se generalizan los conflictos nacionales y las guerras de baja intensidad en estas latitudes, en una situación en que mas de 3.500 millones de habitantes de los países pobres disponen de un ingreso global inferior al de Francia. Así, el 23% de la población mundial perteneciente a los países industrializados dispone del 86% del producto bruto mundial, mientras que los mas de 4.000 millones de habitantes de los países pobres deben conformarse con tan solo el 14% restante.

Las estadísticas reflejan también un mundo en el que 14 millones de niños mueren de hambre, diarrea y desnutrición anualmente; donde en muchas regiones del Planeta (Centro América, etc.) la mayoría de la población está por debajo de la mitad del umbral de la pobreza; mientras el mundo emplea el 25% de sus científicos e investigadores en la industria bélica, invierte en armamento mas de 1.000 millones de dólares cada 12 horas (y ello tras la caída de la Ex-URSS) y proyecta para el año 2.020 la implantación de bases de vida humana permanente en el planeta Marte.[1]

A comienzos de los años 80, la reducción de los ingresos de los países en vías de desarrollo, provocada por el agotamiento del proceso exportador y el incremento del precio de la energía que deben pagar deben pagar, se combina con el incremento de los pagos que deben realizar esos mismos países como consecuencia de la revaluación del dólar y los incrementos de la tasa de interés (derivados de la política de oferta del presidente Reagan que financia el déficit fiscal con emisiones de Deuda Pública), convirtiendo la deuda externa en una realidad imposible de ser solventada y que estrangula los proyectos de desarrollo.

La deuda externa de los países en vías de desarrollo se ha duplicado en los últimos 10 años alcanzando la suma de 1,34 billones de dólares y ha obligado a estos países a reembolsar cerca de 140.000 millones de dólares, solamente en calidad de pago de intereses, destinados a los bancos acreedores de los países del Norte; desviando así unos recursos vitales para el desarrollo de urgentes necesidades sociales en los países pobres. América Latina es el continente mas endeudado del mundo en valor absoluto, con una deuda total de 460.000 millones de dólares que obliga a destinar un 40% de las exportaciones del continente para el pago de la deuda. Sin embargo, el África Negra, con una deuda global de 150.000 millones de dólares, tiene la mayor deuda relativa del Planeta, puesto que sus débiles economías no tienen la mínima capacidad de reembolso para solventarla.[4]

La receta mundial de las políticas de ajuste del Fondo Monetario Internacional consistente en la devaluación de la moneda nacional, la reducción de los niveles salariales, el recorte de los gastos sociales y la eliminación muchas veces de los subsidios a la alimentación, va provocar un enorme empobrecimiento de las clases populares de los países deudores, que financian así la deuda contraída por sus élites dominantes. En estas condiciones, desaparece la demanda interna de los países en vías de desarrollo y las empresas multinacionales dejarán de invertir en sus mercados.

Los límites del proceso son evidentes. En primer lugar es necesario considerar los límites económicos derivados de la contradicción de intereses existente entre los bancos comerciales, que centran su política en cobrar la deuda, y los productores del Primer Mundo, que necesitan el desarrollo de estos mercados para reubicar sus productos (habría que considerar también aquí los límites derivados de la necesaria estabilidad del Sistema Monetario Internacional). En segundo lugar es necesario considerar los límites políticos provocados por el fuerte agravamiento de la pobreza en estas latitudes y expresado en las explosiones sociales que en Brasil, Panamá, Santo Domingo, Caracas, Buenos Aires, El Cairo, Túnez, Casablanca, etc. han delimitado el horizonte de lo que están dispuestos a soportar estas poblaciones.[5]

Así, las recientes borrascas monetarias que han afectado al Franco francés, la Libra esterlina, la lira Italiana y mas recientemente al dólar (neutralizando las acciones emprendidas por las bancas centrales de sus respectivos estados) se han debido en gran parte al extraordinario desequilibrio existente entre, por una parte, la amplitud de los capitales-dinero flotantes y, por otra parte, las reservas de cambio de los bancos centrales europeos. La enorme amplitud de los capitales descritos se precisa cuando observamos que las transacciones de este capital en los mercados de cambio en un solo día laborable se elevan a 900.000 millones de dólares, lo que equivale al volumen anual del comercio mundial y a tres veces las reservas de cambio de las 7 principales potencias industriales.

En la reunión celebrada por el G-7 a primeros de julio del presente año en Nápoles, el primer ministro italiano afirmó que en la actualidad existe "una distancia entre la economía real y los mercados" y reiteró la convicción entre los líderes del G-7 de que los grandes volúmenes monetarios que se mueven diariamente en todo el mundo sobrepasan la capacidad de intervención de los bancos centrales en defensa de las monedas. En coherencia con lo manifestado desestimó la eficacia de una intervención concertada de los bancos centrales de los países del grupo en defensa del dólar.

Hay que recordar aquí que este grave problema de la especulación inmobiliaria y bursátil está en la base del crash de 1.987. Por esta razón los capitales-flotantes se han desplazado progresivamente hacia los mercados de cambio y las decisiones monetarias del 31 de julio de 1.993 aumentan de nuevo los riesgos de los especuladores y provocan su progresivo retorno a la bolsa. En Nueva York, Londres, Francfort, Tokio, etc. los cursos de las cotizaciones suben aceleradamente, pero de nuevo, este crecimiento no corresponde a un crecimiento en las mismas proporciones de la producción.[7]

  

2 El actual proceso de Internacionalización.

 

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[1] Ver Ponencia: Marco Autónomo de Relaciones Laborales, Modelo de Desarrollo y Construcción Nacional de A. Mendizabal. Jornadas sobre Marco Autónomo de Relaciones Laborales. Donostia. Noviembre - 1.993.

[2] Ver: La pauvreté dans le monde de Maryse Gaudier. Problèmes Económiques. Nº 2375 - Mayo - 1.994

[3] Ver artículo: El FMI o la dictadura del capitalismo de Jordi Cliville. Egin. 18 - Agosto - 1.994.

[4] Ver artículo: El aumento general de las desigualdades de Claire Brisset. El Estado del Mundo. 1.993. Anuario Económico y Geopolítico Mundial.

[5] En estas condiciones, el F.M.I. ha creado los "Social Safety Nets" que consisten en subsidios para paliar los efectos mas extremos de la aplicación del programa de ajuste estructural.

[6] Ver: "La explosión del desorden" de Ramón Fernández Duran. Pag. 65 - 71. Editorial Fundamentos. Madrid - 1.993.

[7] Ver: "No lloraremos por Maastricht" de Ernest Mandel. Viento Sur. Nº 10. Agosto - 1.993.