Categoría: CARR Edwar H.
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INDICE

Parte B

LA UNION SOVIETICA Y ORIENTE
37. La política en el Este
38. El Oriente Medio
39. El sur de Asia
40. China en revolución
41. Mongolia Exterior
42. Japón y Corea
 
Parte C
LA ESTRUCTURA DE LA COMINTERN
43 Organización
44 Organismos auxiliares
45. La juventud comunista internacional (KIM)
46. El Programa de la Comintern
Nota A. La colaboración militar soviético-germana
Nota B. Las escuelas Lenin
Lista de abreviatura
Indice analítico

 

Parte B:

LA UNION SOVIETICA Y ORIENTE

 

Capítulo 37

LA POLITICA EN EL ESTE

 

La primera fase de la política oriental del Gobierno soviético y de la Comintern encontró su expresión característica en el Congreso de Bakú de septiembre de 1920, que estuvo fundamentalmente centrado en las cuestiones del Oriente Próximo y Medio y dirigido principalmente contra el Imperio británico y la política imperialista de Gran Bretaña. Si éste consiguió algún éxito fue a lo largo de 1921, ya que, tras la conclusión del acuerdo anglo-soviético de marzo de 1921, se fue esfumando la ola de entusiasmo revolucionario por los pueblos orientales. El tercer congreso de la Comintern, en junio-julio de 1921, ignoró prácticamente la cuestión de Oriente[1]. Hasta ese momento, el Extremo Oriente no había desempeñado más que un papel secundario, de forma intermitente, en los planteamientos de los dirigentes bolcheviques. En el congreso de Bakú surgió la posibilidad en el IKKI (Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista) de organizar un congreso parecido para los pueblos del Extremo Oriente[2]. Pero las condiciones aún no estaban maduras y hubo que esperar hasta la primavera de 1921, en el momento más álgido de la campaña contra Ungern-Sternberg en Mongolia Exterior[3] para que se organizase un comité o secretariado del Comintern para el Extremo Oriente, con base en Irkutsk, bajo la dirección de Shumyatsky, un funcionario de la oficina de Siberia del comité central del partido, situada en Omsk[4].

En julio de 1921, una vez finalizado el tercer congreso de la Comintern, y cuando el Ejército Rojo había completado con éxito su campaña contra Ungern-Sternberg en Mongolia Exterior, el IKKI dio instrucciones a Radek, Popov y Trilisser para que estableciesen contactos con los representantes de los países de Extremo Oriente con el fin de preparar un congreso que llevaría el nombre de Congreso de los Explotados de Extremo Oriente[5]. Enprincipio se había previsto que el congreso se realizaría en Irkutsk en noviembre de 1921, pero finalmente tuvo lugar en Moscú el 21 de enero de 1922 [6]. La contrapartida extremo-oriental del congreso de Bakú no fue más que un pálido reflejo de lo que había sido su predecesor, y tampoco fue determinante para que Moscú se interesara más directamente en las cuestiones de Extremo Oriente. A la transferencia del Congreso a Moscú siguió, al menos aparentemente, la liquidación del secretariado de Irkutsk, que, compartiendo el destino de los tres secretariados de la Comintern en Europa, dejó de existir a comienzos de 1922 [7].

 La idea de abrir un nuevo cauce para la política soviética y la actividad revolucionaria fue penetrando lentamente en Moscú. Safarov, poco antes del cuarto congreso de la Comintern, en noviembre de 1922, presumía de la existencia de partidos comunistas en todos los países del Este, aunque todos ellos se viesen obligados a trabajar ilegalmente[8]. Zinóviev, en el informe principal del congreso, se limitó a repetir algunas declaraciones optimistas rutinarias[9].

Pero Bujarin, en su extenso proyecto de programa de la Comintern, despachaba la cuestión colonial en unas pocas frases, en las que indicaba, en términos convencionales, que de ahora en adelante habría que prestar más atención al problema; y Radek contestó, no sin una buena dosis de cinismo, a aquellos delegados diciéndoles que «el interés venía determinado por los hechos»[10]. El congreso adoptó una larga resolución analítica, de carácter bastante ecléctico, sobre la «cuestión del Este», pero sin señalar orientaciones revolucionarias claras[11]. Por otra parte, en la resolución se planteaba la necesidad de crear un departamento oriental —el primer departamento geográfico que iba a surgir en la Comintern[12]—. El tercer congreso del KIM, que tuvo lugar inmediatamente después, organizó una «peque ña comisión» para los países occidentales y coloniales; pero a excepción de China y de Mongolia Exterior no encontró ninguna actividad sobre la que informar. Para los países coloniales no tenía «material, únicamente proyectos»[13].

En este primer período, las escasísimas actividades de la Comintern en el Extremo Oriente se vieron eclipsadas por las de la Profintern (Internacional Sindical Roja). Dado que la Profintern no había conseguido en Europa ni siquiera el limitado éxito, o ilusión de éxito, de la Comintern, y como la IFTU, que levantaba barreras infranqueables a la actividad de la Profintern en Europa, nunca había prestado demasiada atención a los trabajadores de los países del Este, era natural que los esfuerzos de la Profintern se replegasen con suma flexibilidad en aquella dirección. Antes de la fundación de la Profintern, en julio de 1921, el Mezhsovprof había dividido su trabajo en cinco secciones geográficas, una de las cuales correspondía a los «países del este», y establecido una oficina en el secretariado para Extremo Oriente de la Comintern en Irkutsk; pero sus contactos con el Extremo Oriente eran claramente muy débiles[14].

Con ocasión del congreso fundacional de la Profintern, Lozovski explicó los peligros de que el movimiento obrero del Este adoptase posiciones chovinistas si llegaba a vincularse más de la cuenta con el movimiento de liberación nacional, y lanzó un llamamiento para la formación de un movimiento fundamentado en bases inequívocas de clase[15]; y el congreso aprobó una resolución general bastante

 superficial sobre «El Movimiento Sindical en el Próximo y Extremo Oriente y en las Colonias»[16]. Durante el Congreso de los Explotados del Extremo Oriente, celebrado en Moscú en enero de 1922, el comité ejecutivo de la Profintern organizó una comisión especial para abordar el problema del movimiento sindical en los países orientales. La comisión parece que trabajó al margen del congreso, y desde luego no se la menciona en los informes de las sesiones. Pero sus reuniones se prolongaron durante tres días. Lozovski se dirigió a ella en un discurso de dos horas de duración, en el que insistió sobre la importancia del movimiento sindical, y algunos delegados también informaron sobre las posiciones de los sindicatos en sus respectivos países. Tras el informe se produjo un debate, en el que participaron delegados de los sindicatos chinos, indonesios, coreanos y japoneses. Lo más importante, sin embargo, era que por primera vez se establecían contactos entre la Profintern y el incipiente movimiento sindical de Extremo Oriente[17]. A comienzos de marzo de 1922, la segunda sesión del Consejo Central de la Profintern decidió que, a la vista de la progresiva industrialización de los países del Este, era necesario organizar un comité especial de la organización para dirigir directamente la agitación entre los trabajadores de estos países; se encargó a Reinstein y Katayama de esta tarea, y se designó a Semaun para representar a la Profintern en Indonesia[18]. El 2 de marzo de 1922, mientras el Consejo se encontraba reunido, se celebró una conferencia de los trabajadores del transporte del Extremo Oriente, bajo los auspicios del Comité Internacional de Propaganda del ramo del transporte[19], en la que participaron delegados de los ferroviarios indonesios y de los marineros japoneses, chinos e indios; uno de los delegados fue encargado del trabajo entre los marineros japoneses[20].

 Por esas mismas fechas se produjo otra iniciativa de signo diferente. En junio de 1922, el congreso de los sindicatos australianos —inspirado indudablemente por el ejemplo de la conferencia diplomática de Washington— decidió convocar en Sydney, para junio de 1923, una conferencia sindical de los países del Pacífico: eran los países convocados Japón, China, Australia, India, Java, Estados Unidos, Canadá y Filipinas[21]. Aunque esta propuesta no condujo a ningún resultado, es de suponer que no fue vista con muy buenos ojos por parte de Moscú, sobre todo porque la Rusia soviética se encontraba al parecer excluida. El cuarto congreso de ia Comintern, de noviembre-diciembre de 1922, intentó truncar la iniciativa australiana proponiendo, en su resolución sobre la cuestión del Este, que «los representantes del proletariado revolucionario de los países del Pacífico organizasen una conferencia del Pacífico para estudiar las tácticas correctas a seguir y las formas correspondientes de organización para lograr una unión real del proletariado de todas las razas en el Pacífico»[22]. El segundo congreso de la Profintern, que tuvo lugar inmediatamente después, mantuvo esta misma orientación. Su resolución más importante, en el apartado dedicado a las actividades del Comité Internacional de Propaganda, insistía sobre la necesidad de organizar «a los trabajadores del transporte en general, y a los trabajadores del transporte de los países que bordeaban el Pacífico en particular», así como en la necesidad de crear «comités de puertos que servirán como instrumentos de coordinación entre los marineros de todo el mundo»[23].

Una resolución especialmente dedicada a «los sindicatos en el Este y en los países coloniales y semicoloniales» finalizaba con una decisión de «reunir, al mismo tiempo que el próximo congreso de la Profintern, una conferencia lo más amplia posible de organizaciones sindicales revolucionarias de los países coloniales y semicoloniales de todo el mundo». Mientras tanto, el establecimiento de comités de puerto en los puertos principales serviría como lazo de conexión entre el Este y el Oeste: ésta iba a ser la tarea a desarrollar por «una conferencia especial de trabajadores de los transportes con la participación de la Profintern»[24]. A! mismo tiempo que el congreso, se celebró una conferencia del IPC de los trabajadores del transporte, en la que aparecieron por primera vez como miembros del comité delegados del sindicato marinero chino y de los sindicatos de ferroviarios de Indonesia[25]. Y en junio de 1923el consejo central de la Profintern daba nuevas instrucciones al IPC de los trabajadores del transporte sobre el trabajo de los comités portuarios[26]. Este fue, sin duda, el acercamiento más prometedor a los trabajadores orientales que se había producido hasta el momento.

La actitud de los trabajadores de los países que tenían posesiones coloniales o que se beneficiaban de la explotación de territorios coloniales o semicoloniales planteaba un problema particularmente delicado. En el segundo congreso de la Comintern, en 1920, cuando se discutió por primera vez seriamente la cuestión del Este, los delegados británicos habían confesado que la mayoría de la clase obrera británica sería hostil «a la lucha revolucionaria de los pueblos coloniales contra el imperialismo británico»[27]. Pero las implicaciones de esta actitud, tanto para los partidos comunistas como para las organizaciones sindicales de los países imperialistas, no fueron asumidas por Moscú. Tampoco . . . . . . . . . . [   . . . . . . . . . . ]

 

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