INDICE

 

VII         Prefacio.

1916

1-16     SOBRE EL FOLLETO DE JUNIUS
17-61   BALANCE DE LA DISCUSION SOBRE LA AUTODETERMINACION  
18               1. El socialismo y la autodeterminación de las naciones
23               2. ¿Es “realizable” la democracia en el imperialismo?
25               3. ¿Qué es la anexión?
28               4 ¿A favor de las anexiones o en contra de las anexiones?
33               5. ¿Por qué está la socialdemocracia en contra de las anexiones?
35               6. ¿Se puede contraponer las colonias a “Europa” en esta cuestión?
38               7. ¿Marxismo o proudhonismo?
47               8. Lo peculiar y lo general en la posición de los social-demócratas internacionalistas holandeses y polacos
52               9. Una carta de Engels a Kautsky
54               10. La insurrección irlandesa de 1916
59               11. Conclusión
62-71    ACERCA DE LA NACIENTE TENDENCIA DEL “ECONOMISMO IMPERIALISTA
72-78   * RESPUESTA A P. KIEVSKI (Y. PIATAKOV)
* Con asterisco se señalan los títulos dados por el Instituto de Marxismo-Leninismo adjunto al CC del PCUS.
81-137 SOBRE LA CARICATURA DEL MARXISMO Y EL “ECONOMISMO IMPERIALISTA”
83                 1. La actitud marxista ante las guerras y ante la “defensa de la patria”
90                 2. "Nuestra concepción de la nueva época”
95                 3. ¿Qué es el análisis económico?
104               4. El ejemplo de Noruega
112               5. Sobre “monismo y dualismo”
122               6. Las demás cuestiones políticas que plantea y tergiversa P. Kíevski
135               7. Conclusión. Los procedimientos de Aléxinski
138-150 EL PROGRAMA MILITAR DE LA REVOLUCION PROLETARIA
151-152 AHOGADOS EN UN VASO DE AGUA
153-157 * SALUDO AL CONGRESO DEL PARTIDO SOCIALISTA ITALIANO
158-169 LA CONSIGNA DE "DESARME”
170-186 EL IMPERIALISMO Y LA ESCISION DEL SOCIALISMO
187-190 * DISCURSO PRONUNCIADO EN EL CONGRESO DEL PARTIDO SOCIALDEMOCRATA SUIZO EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1916
191-200 UNA PAZ POR SEPARADO
201-203 TODA UNA DECENA DE MINISTROS "SOCIALISTAS"
204-216 TAREAS DE LA IZQUIERDA DE ZIMMERWALD EN EL PARTIDO SOCIALDEMOCRATA SUIZO
205                 I. Actitud hacia la guerra y hacia el Gobierno burgués en general
207                 II. La carestía y la insoportable situación económica de las masas
209                III. Reformas democráticas particularmente urgentes y utilización de la lucha política y del parlamentarismo
210                 IV.  Tareas inmediatas de la propaganda, la agitación y la organización del partido
214                 V. Tareas internacionales de los socialdemócratas suizos
217-219 * TESIS SOBRE LA ACTITUD DEL PARTIDO SOCIALDEMOCRATA SUIZO HACIA LA GUERRA
220-229 PRINCIPIOS BASICOS EN EL PROBLEMA DE LA GUERRA
230-231 SOBRE EL PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE LA DEFENSA DE LA PATRIA
232-236 LA INTERNACIONAL DE LA JUVENTUD (Nota)
237-240 ESFUERZOS PARA JUSTIFICAR EL OPORTUNISMO
241-245 EL GRUPO DE CHJEIDZE Y EL PAPEL QUE DESEMPEÑA
246         * ACERCA DE LA ENMIENDA PARA LA RESOLUCION DE BEBEL EN EL CONGRESO DE STUTTGART

1917

247-268 PACIFISMO BURGUES Y PACIFISMO SOCIALISTA . . .
249                Artículo (o capitulo) I. Un viraje en la política mundial
253                Artículo (o capitulo) II. El pacifismo de Kautsky y de Turati
259                Artículo (o capitulo) III. El pacifismo de los socialistas y sindicalistas franceses
264                Articulo (o capítulo) IV. Zimmerwald en la encrucijada . .
269-279 *CARTA ABIERTA A BORIS SOUVARINE
280-292 BORRADOR DEL PROYECTO DE TESIS PARA UN MENSAJE A LA COMISION SOCIALISTA INTERNACIONAL Y A TODOS LOS PARTIDOS SOCIALISTAS
293-302 CARTA ABIERTA A CHARLES NA1NE, MIEMBRO DE LA COMISION SOCIALISTA INTERNACIONAL EN BERNA
305-312 A LOS OBREROS QUE APOYAN LA LUCHA CONTRA LA GUERRA Y CONTRA LOS SOCIALISTAS QUE SE HAN PUESTO DEL LADO DE SUS GOBIERNOS
315-334 INFORME SOBRE LA REVOLUCION DE 1905
335-341 DOCE BREVES TESIS SOBRE LA FORMA EN QUE H. GREULICH JUSTIFICA LA DEFENSA DE LA PATRIA
342-344 LA DEFENSA DE LA NEUTRALIDAD
345-354 UN VIRAJE EN LA POLITICA MUNDIAL
355-362 ESTADISTICA Y SOCIOLOGIA
355               Introducción
355              El ámbito histórico de los movimientos nacionales
357             Capítulo 1. Un poco de estadística
363-367 ¿PANTANO IMAGINARIO O REAL?
368         * PROPOSICION DE ENMIENDAS PARA LA RESOLUCION SOBRE EL PROBLEMA DE LA GUERRA
369-372 HISTORIA DE UN BREVE PERIODO EN LA VIDA DE UN PARTIDO SOCIALISTA

MATERIALES PREPARATORIOS

375       * ACERCA DE LA DECLARACION DE LOS SOCIALDEMOCRATAS POLACOS EN LA CONFERENCIA DE ZIMMERWALD
376-378 *GUION DEL ARTICULO EL IMPERIALISMO Y LA ESCISION DEL SOCIALISMO
379-381 * GUION DEL ARTICULO EL IMPERIALISMO Y LA ACTITUD ANTE EL
382-385 * GUION DE LAS TESIS TAREAS DE LA IZQUIERDA DE ZIMMERWALD EN EL PARTIDO SOCIALDEMOCRATA SUIZO
386-387 * TESIS SOBRE LA ACTITUD DEL PARTIDO SOCIALDÉMOCRATA SUIZO HACIA LA GUERRA. Parte práctica
388-390 *GUION DE LAS TESIS PARA LA DISCUSION EN TORNO A LAS TAREAS DE LA IZQUIERDA DE ZIMMERWALD EN EL PARTIDO SOCIALDEMOCRATA SUIZO
391-394 * OBSERVACIONES PARA EL ARTICULO ACERCA DEL MAXIMALISMO
395-399 * GUIONES DEL FOLLETO ESTADISTICA Y SOCIOLOGIA
400-402* INDICIOS DE "CENTRO” COMO TENDENCIA EN LA SOCIALDEMOCRACIA INTERNACIONAL
403-404 * GUION DEL ARTICULO ENSEÑANZAS DE LA GUERRA

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407-408 Relación de obras de Lenin no halladas hasta el presente (julio de 1916-febrero de 1917)
409-410 Relación de publicaciones y documentos en cuya redacción tomó parte Lenin
411-456 Notas
457-485 Índice de obras y fuentes literarias citadas y mencionadas por Lenin
486-523 Índice onomástico
524-543 Cronología de la vida y la actividad de Lenin
544         INDICE COMPLETO

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ILUSTRACIONES

79           Primera página del manuscrito de V. I. Lenin Sobre la caricatura del marxismo y el “economismo imperialista” . —1916 . . .
160-161 Portada del núm. 2 de Sbórnik “Sotsial-Demokrata” . -1916.
303         Primera página del manuscrito de V. I. Lenin A los obreros que apoyan la lucha contra la guerra y contra los socialistas que se han puesto del lado de sus gobiernos. -1916
313        Primera página del manuscrito de V. I. Lenin Informe sobre la revolución de 1905. -1917

 

 

 

PREFACIO

 

Entran en el tomo 30 de las Obras Completas de V. I. Lenin los trabajos escritos en el período comprendido entre julio de 1916 y la Revolución Democrática Burguesa de Febrero de 1917 en Rusia.

Fue éste un período de continua ampliación de la guerra imperialista mundial, de encarnizados combates en los frentes, de vertical empeoramiento de las condiciones de vida de las masas populares, de ascenso del descontento y la indignación, de agravación de la situación revolucionaria. En Rusia, Alemania, Francia y otros países crecía el número de huelgas y manifestaciones políticas de protesta contra la guerra. Crecían y aumentaban las fuerzas de los internacionalistas en los partidos socialistas. Se extendía el movimiento de liberación nacional de los pueblos oprimidos de las colonias y los países dependientes. “Oculta en las entrañas de la guerra —escribía Lenin—,emergiendo de ella, la revolución estaba en el orden del día en 1914-1916” (véase el presente volumen, pág. 14).

Toda la marcha de los acontecimientos confirmaba que era justa la línea del Partido Bolchevique trazada por Lenin ya en los primeros días de la contienda. Bajo la dirección de Lenin el Partido de los bolcheviques condujo firme la clase obrera de Rusia hacía la revolución, mostrando a la socialdemocracía de todos los países un modelo de heroica labor revolucionaria en las difíciles condiciones del tiempo de guerra, cumpliendo el papel de fuerza de vanguardia del movimiento socialista internacional.

En las obras que entran en el tomo, Lenin sigue elaborando la teoría y la táctica del Partido Bolchevique en los problemas de la actitud ante la guerra, de la paz y de la revolución. Obtuvieron en ellas mayor desarrollo la teoría de Lenin acerca del imperialismo, la teoría leninista de la revolución socialista y la dictadura del proletariado, las conclusiones de Lenin en cuanto a la posibilidad del triunfo del socialismo inicialmente en un solo país y a la diversidad de formas de transición al socialismo, el enunciado de la significación de la lucha por las demandas democráticas bajo el imperialismo y la teoría leninista en el problema nacional— colonial.

Lenin investigaba estos problemas en lucha resuelta contra el socialchovinismo, el kautskismo (centrismo) y el llamado “economismo imperialista”, corriente oportunista aparecida tanto en la socialdemocracia de Rusia como entre las izquierdas de los partidos socialistas de otros países. Del mismo modo que en 1894-1902 los “economistas” de la socialdemocracia de Rusia sacaron, partiendo de que en Rusia se afianzaba el capitalismo, la errónea conclusión de que la clase obrera no necesitaba, supuestamente, de la lucha política, la lucha por la democracia, los “economistas imperialistas” tergiversaban la concepción marxista del imperialismo, negaban la necesidad de luchar por la democracia bajo el capitalismo monopolista, exigían que se renunciara a la consigna del derecho de las naciones a la autodeterminación y, en general, al programa mínimo, y preconizaban criterios semianarquistas en el problema de la actitud ante el Estado. Sostenían estas posiciones el grupo de N. Bujarin, Y. Piatakov y E. Bosh, que se proponía crear un “nuevo bolchevismo” “a escala de Europa Occidental”, así como varios socialdemócratas de izquierda de Holanda, Polonia, Alemania, Norteamérica y los países escandinavos.

Lenin calificó el “economismo imperialista” de caricatura monstruosa del marxismo y lo definió como viva manifestación del dogmatismo y del sectarismo en el movimiento socialista internacional. Al fijar la atención en que “es una enfermedad internacional”, Lenin señalaba el peligro que suponía y subrayaba que la tarea inmediata más importante en aquel período era la lucha abierta y enérgica contra el “economismo imperialista”. La difusión del “economismo imperialista” en las filas de los marxistas significaría un “durísimo golpe a nuestra tendencia” —escribía Lenin. Por eso “es absolutamente necesario advertir una y otra vez a los camaradas correspondientes que han caído en un pantano, que sus ‘ideas’ no tienen nada de común ni con el marxismo ni con la socialdemocracia revolucionaria" (pág. 63).

El tomo comienza por el artículo de Lenin Sobre el folleto de Junius, consagrado al análisis crítico de la errónea posición de R. Luxemburgo y el grupo La Internacional, de la izquierda alemana, en el problema nacional. Lenin valoraba altamente la actividad revolucionaria de R. Luxemburgo, de los socialdemócratas alemanes. AI propio tiempo estimaba deber suyo criticar abiertamente los errores de éstos, al igual que los de las izquierdas de otros países, subrayando que lo hacía “... como parte de la autocrítica, necesaria para los marxistas, y para verificar en todos sus aspectos los conceptos que deben servir de base ideológica a la III Internacional” (pág. 2). Después del artículo Sobre el folleto de Junius se inserta un gran trabajo titulado Balance de la discusión sobre la autodeterminación, en el que Lenin pone al desnudo los errores del punto de vista de los socialdemócratas de izquierda polacos y holandeses en el problema nacional.

Ligadas inseparablemente a tales trabajos de Lenin como Notas criticas sobre el problema nacional y El derecho de las naciones a la autodeterminación (1913-1914), las tesis La revolución socialista y el derecho de las naciones a la autodeterminación, que entraron en el tomo 27, las obras Sobre el folleto de Junius y Balance de la discusión sobre la autodeterminación, escritas en 1916, significaron un nuevo aporte a la redacción del programa nacional y el trazado de la política del Partido Bolchevique. Lenin desarrolla en ellas la teoría del problema nacional-colonial como parte integrante de la doctrina marxista de la revolución socialista y la dictadura del proletariado, de la construcción del socialismo y el comunismo.

En el artículo Sobre el folleto de Junius y otros trabajos incluidos en el presente tomo, Lenin explicó en qué consistía el error de la tesis de la imposibilidad de las guerras de liberación nacional bajo el imperialismo, tesis que partía de que en la época del imperialismo toda guerra nacional contra una potencia imperialista conduce a la intervención de otra potencia, rival de la primera, en consecuencia de lo cual toda guerra nacional se convierte en guerra imperialista. En primer término, Lenin mostró que el yugo nacional-colonial engendra ineludiblemente un antagonismo irreductible entre los pueblos sojuzgados de las colonias y los países dependientes, por un lado, y el capital monopolista de las potencias coloniales por otro, alza los pueblos oprimidos a la lucha de liberación, a las insurrecciones nacionales contra el imperialismo. Aquí Lenin presta especial atención a lo inevitable y la importancia del movimiento de liberación nacional en las colonias y semicolonias, señalando que, bajo el imperialismo, el problema nacional se erige en problema nacional— colonial. Y en cuanto a la transformación de las guerras nacionales en imperialistas, no está descartado, por supuesto, que una u otra guerra nacional pueda conducir a una guerra de potencias imperialistas, pero eso no da motivo para sacar la conclusión de la imposibilidad de guerras de liberación nacional en la época del imperialismo.

Al señalar que las tentativas de insurrección durante la Primera Guerra Mundial en las tropas indias en Singapur, en el Anam francés, en el Camerún alemán y la insurrección de Irlanda en 1916 refutaban de la mejor manera las afirmaciones acerca de la imposibilidad de guerras de liberación nacional bajo el imperialismo, Lenin expresaba el convencimiento de que la victoria del proletariado, aunque no fuese más que en una potencia imperialista, y, tanto más, de la revolución en varios países, crearía condiciones particularmente propicias para el progreso del movimiento de liberación nacional, para el éxito de las insurrecciones de liberación nacional (véase págs. 54-55). La vida misma se encargó de confirmar esta previsión de Lenin. La victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre y la formación del Estado soviético devinieron poderoso factor de ascenso de la lucha de los pueblos oprimidos contra el imperialismo. La creación del sistema socialista mundial después de la Segunda Guerra Mundial y el subsiguiente debilitamiento continuo de las posiciones del imperialismo brindaron a los pueblos de las colonias y los países dependientes nuevas posibilidades de conquistar la independencia y aceleraron en inmensa medida el proceso de desintegración del sistema colonial.

Lenin recalcaba con toda la fuerza el carácter progresista, revolucionario, de las insurrecciones de liberación nacional, de la formación, en caso de éxito de las mismas, de nuevos Estados nacionales, independientes (pág. 122). La clase obrera debe defender de la manera más enérgica el derecho de todas las naciones a la autodeterminación hasta la separación y la constitución de su propio Estado y ayudar a la insurrección de los pueblos oprimidos contra las opresoras potencias imperialistas. La sustitución del capitalismo con el socialismo constituye una época histórica, escribía Lenin, que, a la par con otros procesos revolucionarios, abarca “...toda una serie de movimientos democráticos y revolucionarios, comprendidos los movimientos de liberación nacional, en las naciones subdesarrolladas, atrasadas y oprimidas” (pág. 118). En relación con ello tiene excepcional importancia la creación de un frente revolucionario único de la clase obrera de Occidente y los pueblos oprimidos de Oriente contra el enemigo común, contra el imperialismo. Y esto implica el máximo y resuelto respaldo del proletariado a los movimientos de liberación nacional.

En los trabajos que entran en el presente tomo, Lenin somete a acerba crítica a quienes proponen que se renuncie a la demanda del derecho de las naciones a la autodeterminación por conducir, supuestamente, al socialpatriotismo y es incompatible con la actitud negativa de la socialdemocracia revolucionaria ante la consigna de defensa de la patria. Lenin vuelve una y otra vez a explicar que los marxistas no están, en general, en contra de la “defensa de la patria”, que rechazan la defensa de la patria en la guerra imperialista, pero apoyan la defensa de la patria en las guerras justas, las de liberación nacional, en la lucha por liberarse del yugo imperialista o por la independencia nacional.

Lenin mostró la absoluta inconsistencia, además, de otro argumento de quienes apoyaban la renuncia a la demanda de autodeterminación de las naciones: el de que, como se pretende, no es factible” bajo el imperialismo. En el sentido político, la autodeterminación de las naciones bajo el imperialismo es perfectamente factible. Lo ha demostrado, por ejemplo, Noruega al separarse de Suecia en 1905. Es tanto más factible la autodeterminación de las naciones oprimidas como fruto de su resuelta lucha revolucionaria contra el imperialismo. Más difícil es la lucha de los pueblos que emprenden el camino del desarrollo independiente para lograr la independencia económica, la liberación de estos países de la prepotencia de los monopolios extranjeros en su economía. Pero también esto, como muestra la vida, es factible en las condiciones presentes, al existir el sistema socialista mundial y al verse debilitado el imperialismo, al producirse el hundimiento del colonialismo, al crecer las fuerzas de la clase obrera y otros sectores progresistas en los jóvenes Estados nacionales. La creación de Estados de democracia nacional por los pueblos que han logrado liberarse, al igual que la ayuda política, económica y cultural que les prestan los países socialistas conforman el camino por el que pueden lograr la plena independencia económica. Con tal motivo adquiere especial significado la tesis de Lenin acerca de que la clase obrera de los países capitalistas adelantados, al llegar al poder, además de hacer realidad el derecho de todos los pueblos de las colonias y países dependientes a la autodeterminación, hará todos los esfuerzos posibles para acercarse a los pueblos atrasados de Asia y África que han entrado por el camino del desarrollo independiente, les prestará ayuda desinteresada, les ayudará a "... pasar al uso de máquinas, al alivio del trabajo, a la democracia, al socialismo” (pág. 126).

Lenin denunció asimismo el error de la afirmación de los “economistas imperialistas” de que respecto a las colonias es inadmisible plantear la consigna de la autodeterminación, ya que, en general, como pretenden los “economistas imperialistas”, “es absurdo plantear las consignas del partido obrero para los países donde no ha y obreros”. “Sólo los ‘economistas’, de triste memoria, pensaban que las ‘consignas del partido obrero’ se plantean únicamente para los obreros. No, estas consignas se plantean para toda la población trabajadora, para todo el pueblo”; por eso, “... aun en las colonias donde no ha y obreros, donde no ha y más que esclavistas y esclavos, etc., no sólo no es absurdo, sino que es obligatorio para todo marxista plantear la ‘autodeterminación’” (pág. 123). Además, ha y que tener presente que la reivindicación de la autodeterminación se plantea “‘para’ dos naciones: la oprimida y la ‘‘opresora"'. Lenin recordaba constantemente la tesis de Marx acerca de que no puede ser libre un pueblo que oprime a otros pueblos. La opresión nacional es una fuente de retraso artificial del hundimiento del capitalismo, de desunión de los obreros de distintas nacionalidades y de su sometimiento a la influencia de la burguesía. Sólo la aplicación práctica de los principios del internacionalismo proletario, incluida la demanda del derecho de las naciones a la autodeterminación, puede unir a los trabajadores de todas las naciones en la lucha común por el socialismo y asegurarles la victoria (véanse las págs. 33, 35, 41 y 42).

El Partido Comunista de la Unión Soviética y todos los partidos marxistas-leninistas, guiándose por estas tesis de Lenin sobre el problema nacional, siempre han educado y educan la clase obrera y todos los trabajadores en el espíritu del internacionalismo proletario, siempre han respaldado y respaldan los movimientos de liberación nacional en Asia, África y América Latina. La URSS y los demás Estados socialistas, los partidos comunistas y obreros se pronuncian resueltamente en pro de la liquidación definitiva y total del régimen colonial bajo todas sus formas y manifestaciones, aplican una política de amistad y cooperación con los pueblos que han conquistado la independencia y han creado sus Estados nacionales.

Importantes conclusiones sacó Lenin en las obras que se publican en el tomo sobre el problema de las perspectivas del desarrollo de las naciones al construirse la sociedad socialista y en el período de transición del socialismo al comunismo. Mostró lo erróneos que eran las afirmaciones de los “economistas imperialistas” de que la autodeterminación de las naciones no es aplicable a la sociedad socialista, de que, por cuanto el socialismo crea la base económica para la supresión del yugo nacional, no habrá problemas políticos en esta esfera. Lenin explicó que la opinión era absolutamente errónea tanto respecto del período de la dictadura del proletariado, del período de transición del capitalismo al socialismo como respecto de la sociedad socialista y del período de transición del socialismo al comunismo.

Una de las más importantes tareas de la clase obrera que ha realizado la revolución socialista es la agrupación voluntaria de las naciones y los pueblos, libres e iguales, y su amistad y cooperación en la construcción del socialismo. Y esto sólo es factible mediante el ejercicio consecuente del derecho de las naciones a la autodeterminación, mediante la política de igualdad de todos los pueblos. La experiencia de construcción del socialismo en la URSS, la formación del multinacional Estado socialista como unión voluntaria de pueblos libres e iguales y la creación de la indestructible amistad entre los pueblos vinieron a probar lo acertado de esta conclusión de Lenin.

Tampoco resolvían debidamente los “economistas imperialistas” el problema de las relaciones nacionales en la sociedad socialista. Declaraban que en la sociedad socialista la nación sólo tendría el carácter de unidad cultural y lingüística y que la división territorial, al persistir, dependería sólo de las demandas de la producción. Al criticar esta opinión, Lenin subrayó, en primer término, que los “economistas imperialistas” arrancaban de que con el socialismo desaparecería el Estado. Y en la práctica, el Estado en el socialismo y en el período de transición del socialismo al comunismo se mantendrá y, por consiguiente, existirá la necesidad de determinar sus fronteras. De ahí que mantenga su importancia el problema de las relaciones nacionales. "El socialismo —escribía Lenin—, al organizar la producción sin la opresión clasista y asegurar el bienestar de todos los miembros del Estado, brinda por lo tanto plena posibilidad de manifestarse a las ‘simpatías’ de la población y, precisamente como consecuencia de ello, alivia y acelera de modo gigantesco el acercamiento y la fusión de las naciones” (pág. 21). Ahora bien, imprescindible condición para ello es que el Estado socialista aplique una acertada política nacional, que asegure la plena igualdad de derechos de todos los pueblos, el universal desarrollo de su economía y cultura y su ayuda mutua fraternal.

Lenin subrayaba la indestructible relación entre el problema de la autodeterminación de las naciones y el problema general de la lucha por la democracia y señalaba que los “economistas imperialistas” habían falseado la actitud del marxismo ante la democracia, que no habían comprendido la significación de las reivindicaciones democráticas bajo el imperialismo y la necesidad de conjugar la lucha por la revolución socialista con la lucha por la democracia. Lenin ofreció una exposición de todos los aspectos de este importantísimo problema en los artículos Acerca de la naciente tendencia del economismo imperialista", Respuesta a P. Kievski (Y. Piatakov) y Sobre la caricatura del marxismo y el” economismo imperialista" .

Antes que nada Lenin explicó la razón de que la lucha por la democracia adquiera en la época del imperialismo especial significado. La superestructura política que se erige sobre el capitalismo monopolista, escribía Lenin, es el viraje de la democracia hacia la reacción política. Tanto en la política exterior como en la interior, el imperialismo tiende hacia la vulneración de la democracia. Pero estas mismas tentativas del capital monopolista engendran poderosas fuerzas opuestas. “El capitalismo, en general, y el imperialismo, en particular —escribía Lenin—, transforman la democracia en una ilusión; pero, al mismo tiempo, el capitalismo engendra las tendencias democráticas en las masas, crea las instituciones democráticas, exacerba el antagonismo entre el imperialismo, que niega la democracia, y las masas, que tienden a ella (pág. 75).

Bajo el capitalismo, la democracia es limitada, formal e hipócrita, y el imperialismo vulnera hasta esta democracia, la burguesa. Pero de ahí no se desprende en absoluto, como suponían los “economistas imperialistas”, que cabe renunciar a la lucha por las transformaciones democráticas, al programa mínimo, que la lucha por la democracia se “contradice” con la revolución socialista, oscurece y aleja la consigna del viraje socialista.

El proletariado, enseñaba Lenin, no puede mantenerse indiferente ................   [..........................]

 

 

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