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PROYECTO DE TESIS SOBRE EL PAPEL Y LAS FUNCIONES DE LOS SINDICATOS BAJO LA NUEVA POLÍTICA ECONÓMICA [1]

  

El 28-XII-1921 el Pleno del CC del PCR analizó el papel y las funciones de los sindicatos, en vinculación con la nueva política económica. Se escucharon los informes de los camaradas Rudzutak, Andréiev, Shliápnikov (el informe del camarada Lutovínov, que había sido anunciado, no se concretó sólo porque no pudimos citar oportunamente al informante). Después de un intercambio de opiniones se decidió entregar los borradores, preliminares de las tesis a los camaradas Rudzutak y Andréiev, que integran una comisión junto con, el camarada Lenin, y se encomendó a esta comisión que elabore un proyecto de tesis que será sometido luego al Buró Político para su ratificación.

(A esto se le agregarán algunas líneas después que el proyecto sea aprobado por la comisión y también por el Buró Político.) 

 

PROYECTO

1. La nueva política económica y los sindicatos

La nueva política económica introduce varios cambios sustanciales en la situación del proletariado y, por consiguiente, en la de los sindicatos. Estos cambios se deben al hecho de que, en toda la política de transición del capitalismo al socialismo, el partido comunista y el gobierno soviético ponen ahora en práctica métodos peculiares de esta transición, actúan en una serie de aspectos en forma diferente "dé como actuaban antes, conquistan muchas posiciones mediante un "nuevo rodeo", por así decirlo; retroceden a fin de prepararse mejor para, una nueva ofensiva contra el capitalismo. En particular, hoy están permitidos y se desarrollan el libre comercio y el capitalismo, los cuales están sujetos a la regulación estatal, pero, por otra parte, las empresas estatales se reorganizan sobre la base del denominado cálculo económico, es decir, esencialmente y en grado considerable sobre la base del principio comercial y capitalista. 

 

2. El capitalismo de estado en el estado proletario, y los sindicatos

El Estado proletario puede, sin cambiar su propia naturaleza, admitir el libre comercio y el desarrollo del capitalismo sólo en determinada medida y sólo a condición de que el Estado regule (vigile, controle, determine las formas y métodos, etc.) el comercio privado y el capitalismo privado. El éxito de esta regulación depende no sólo de las autoridades estatales, sino más aun, del grado de madurez del proletariado y de las masas trabajadoras en general, luego del nivel de cultura, etc. Pero incluso con un éxito completo de tal regulación, subsiste evidentemente el antagonismo de los intereses de clase del trabajo y el capital. Por eso, una de las principales tareas de los sindicatos es ahora defender en todos los aspectos y por todos los medios los intereses de clase del proletariado en su lucha contra el capital. Esta tarea debe ser puesta abiertamente en un primer plano, el aparato de los sindicatos debe ser adecuadamente reorganizado, modificado o completado, deben ser creados, o más exactamente, están siendo creados, fondos para huelgas, etc. 

 

3. Las empresas estatales, trasladadas al método del denominado cálculo económico, y los sindicatos

El traslado de las empresas estatales al método del denominado cálculo económico está inevitable e indisolublemente vinculado a la nueva política económica y, en el futuro próximo, es seguro que este tipo será el predominante, si no el único. Prácticamente esto significa, en una situación en que se permite y se desarrolla el libre comercio, poner en gran medida las empresas estatales sobre una base comercial, capitalista. Debido a la apremiante necesidad de elevar la productividad del trabajo, de lograr que cada empresa estatal funcione sin déficit y sea rentable; debido al inevitable surgimiento de estrechos intereses departamentales y de un excesivo celo departamental aparece indefectiblemente cierto antagonismo de intereses entre la masa obrera y los directores que están al frente de las empresas estatales o de los departamentos a los que pertenecen. Por eso, también en relación con las empresas estatales es deber indiscutible de los sindicatos defender los intereses de clase del proletariado y de las masas trabajadoras contra sus empleadores.

 

4. Diferencia esencial entre la lucha de clase del proletariado en un estado que admite la propiedad privada de la tierra, las fabricas, etc., y donde el poder político está en manos de la clase capitalista, y la lucha de clase del proletariado en un estado que no admite la propiedad privada de la tierra y de la mayoría de las grandes empresas, y donde el poder político está en manos del proletariado

Mientras existan las clases, la lucha de clases es inevitable. En el período de transición del capitalismo al socialismo la existencia de las clases es inevitable, y el programa del PCR dice con absoluta claridad que sólo estamos dando los primeros pasos en la transición del capitalismo al socialismo. Por eso, tanto el partido comunista y el gobierno soviético como los sindicatos deben reconocer abiertamente la existencia de la lucha de clases y su inevitabilidad hasta que no esté terminada, aunque sea en lo fundamental, la electrificación de la industria y de la agricultura, hasta que no se corten con esto todas las raíces de la pequeña producción y del predominio del mercado. De aquí surge que en este momento no podemos renunciar de ningún modo a la lucha huelguística, ni podemos admitir por principio la ley sobre la sustitución de las huelgas por la mediación obligatoria del Estado.

Por otra parte, evidentemente el objetivo final de la lucha huelguística bajo el capitalismo es la destrucción del aparato del Estado, el derrocamiento del poder estatal de una clase dada. En cambio, en un tipo de Estado proletario de transición, como el nuestro, el objetivo final de la lucha huelguística sólo puede ser el fortalecimiento del Estado proletario y del poder estatal de la clase proletaria mediante la lucha contra las deformaciones burocráticas, de este Estado, contra sus errores y debilidades, contra los apetitos de clase de los capitalistas que eluden el control de este Estado, etc.

Por lo tanto, el partido comunista, el gobierno soviético y los sindicatos no deben olvidar de ningún modo ni pueden ocultar a los obreros y a las masas trabajadoras que la utilización de la lucha huelguística en un Estado con un poder estatal proletario puede ser explicada y justificada exclusivamente por deformaciones burocráticas del Estado proletario, por todo género de resabios del viejo régimen capitalista en sus instituciones, por una parte, y por la falta de. madurez política y el atraso cultural de las masas trabajadoras, por la otra. Pues si los tribunales y otros órganos de gobierno son creados sobre una base de clase, por los propios trabajadores, con exclusión de la burguesía del conjunto de votantes, el medio normal para solucionar los conflictos entre trabajo y capital, entre empleados y empleadores, debe ser cada vez más frecuentemente la apelación directa de los trabajadores a los órganos de gobierno.

 

 5. Retorno a la afiliación voluntaria a los sindicatos

La inscripción obligatoria de todos los obreros sin excepción como miembros de los sindicatos resultó no estar en concordancia con el grado de socialización de la industria realmente alcanzado ni con el nivel de desarrollo de las masas. La afiliación obligatoria implicó además cierto grado de deformación burocrática también en los sindicatos. Es necesario, durante un período bastante prolongado, volver con toda firmeza a la afiliación voluntaria a los sindicatos. No corresponde exigir en modo alguno a los miembros de los sindicatos determinadas ideas políticas; en esté sentido, como también en el problema de la actitud hacia la religión, los sindicatos no deben tomar partido. De los miembros de los sindicatos en un Estado proletario sólo cabe exigir comprensión de la disciplina de camaradas y de la necesidad de la unión de las fuerzas obreras para la defensa de los intereses de los trabajadores, y lealtad al gobierno de los trabajadores, es decir, al gobierno soviético. El Estado proletario debe estimular la unidad sindical de los obreros tanto jurídica como materialmente. Pero los sindicatos no deben tener derechos sin obligaciones.

 

6. Los sindicatos y la dirección de las empresas

El interés fundamental y vital del proletariado después de haber conquistado el poder estatal es el aumento de la cantidad de productos y la elevación en gran escala de las fuerzas productivas de la sociedad. Esta tarea, claramente planteada en el programa del PCR, se ha hecho ahora especialmente aguda para nosotros a causa de la ruina, el hambre y el caos de posguerra. Por eso, lograr el éxito más rápido y más estable posible en la restauración de la gran industria es una condición sin la cual resulta imposible alcanzar el éxito en la causa general de la emancipación del trabajo del yugo del capital, es imposible la victoria del socialismo. A su vez, en la situación actual de Rusia, para alcanzar este éxito es absolutamente indispensable concentrar todo el poder en manos de las direcciones de las fábricas. Estas direcciones, constituidas por regla general sobre la base de los principios de la responsabilidad personal, deben determinar independientemente el monto y pago de los salarios, la distribución de las raciones, la ropa de trabajo y todo otro tipo de suministro con la máxima libertad de acción, con el control más riguroso de los éxitos reales en el aumento de la producción, sin déficit, asegurando la rentabilidad, con una selección sumamente escrupulosa del personal administrativo más capaz y talentoso, etc.

Cualquier intervención directa de los sindicatos en la dirección de las fábricas, en estas condiciones, debe ser considerada verdaderamente peligrosa e inadmisible.

Pero sería totalmente erróneo interpretar esta indiscutible verdad en el sentido de una negación de la participación de los sindicatos en la organización socialista de la industria y en la dirección de la industria estatal. Esta participación es necesaria en formas claramente determinadas, que son las siguientes.

 

7. El papel y la participación de los sindicatos en los organismos de dirección y de gobierno del estado proletario

El proletariado es la base de clase del Estado que realiza la transición del capitalismo al socialismo. El proletariado puede cumplir exitosamente esta tarea en un país con enorme predominio del pequeño campesinado, sólo a condición de que realice en forma extraordinariamente hábil, prudente y gradual una alianza con la aplastante mayoría del campesinado. Los sindicatos deben ser los colaboradores más directos y permanentes del gobierno, que está dirigido en toda su actividad política y económica por la vanguardia con conciencia de clase de la clase obrera, el partido comunista. Siendo en general escuela de comunismo, los sindicatos deben ser en particular escuela de dirección de la industria socialista (y gradualmente también de la agricultura) para toda la masa de obreros, y después para todos los trabajadores.

Partiendo de estos principios, es preciso establecer las siguientes formas básicas de participación de los sindicatos en los organismos de dirección y de gobierno del Estado proletario:

(1) Los sindicatos participan en la composición de todos los organismos económicos y de gobierno del Estado, vinculados con la economía, proponiendo candidatos y otorgándoles voz consultiva; los sindicatos participan en estos organismos, pero no directamente, sino por intermedio de los miembros» de las instituciones estatales superiores, de los miembros de las direcciones colectivas de los organismos económicos, de los miembros de las direcciones de fábricas (donde se aplica tal sistema de dirección colectiva), de los administradores, de sus auxiliares, etc., propuestos por los sindicatos y confirmados por el partido comunista y el poder soviético.

(2) Una de las funciones más importantes de los sindicatos es la ........................

 

 

 

 

[1] Proyecto de tesis sobre el papel y las funciones de los sindicatos bajo la nueva política económica: su redacción fue iniciada por Lenin inmediatamente después del pleno del CC del PC(b)R del 28 de diciembre de 1921, con el propósito de presentarlo el 31 de diciembre al Buró Político para su ratificación. In el telefonograma que envió el 30 de diciembre a I. E. Rudzutak, A. A. Andréiev y V. M. Mólotv, Lenin les comunicaba que "había preparado un plan detallado de 12 tesis, pero sólo tengo escritas cuatro, porque trabajo con gran lentitud". Dada la complejidad del trabajo Lenin pedía que se "postergue por unos días la presentación de este problema al Buró Político, ya que pienso que no debemos apresurarnos demasiado y que es conveniente discutir este problema más detenidamente. En cuanto termine el primer proyecto, dentro de tres o cuatro días, o tal vez antes, lo enviaré a los miembros de la comisión, y decidiremos si es preciso concertar una entrevista".

El "Proyecto de tesis" fue discutido por los miembros de la comisión (A. A. Andréiev e I. E. Rudzutak) y por los miembros del Buró Político; durante la discusión se le hicieron modificaciones y agregados. El 12 de enero de 1922 el proyecto fue analizado en la sesión del Buró Político del CC del PC(b)R, y se resolvió: "Tomar como base el texto de las tesis propuesto por el camarada Lenin [...] Entregar las tesis con todas las modificaciones a una comisión de redacción integrada por los camaradas Lenin, Zinóviev, Andréiev y Bujarin para su ratificación definitiva y publicación en nombre del CC, con la indicación de que el Buró del grupo del Consejo de Sindicatos de toda Rusia apoya las tesis" (Archivo Central del Partido, Instituto de Marxismo Leninismo adjunto al CC el PCUS).

El texto definitivo de las tesis fue publicado el 17 de enero de 1922 en Pravda como resolución del CC del PC(b)R, y fue tomado por el CC como proyecto de tesis sobre el problema de los sindicatos para el XI Congreso del Partido. El XI Congreso del PC(b)R aprobó como base las tesis propuestas por el Comité Central. Cuando fue discutido en la comisión de le introdujeron algunas modificaciones.

A diferencia de las ediciones anteriores de las Obras de Lenin en las que se publicó la resolución aprobada por el CC del PC(b)R sobre la base del proyecto de teses de Lenin, en esta edición se publica dicho proyecto.    107

 

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